Treinta y seis [I]

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No corregido.

Levanté mi cabeza de la almohada con pesadez cuando escuché gritos. Aún con los ojos medio cerrados me levanté y fui al balcón. No veía nada, pero los gritos estaban cada vez más cerca. Salí de la habitación dispuesta a ir a la entrada para averiguar qué estaba pasando y por qué me habían despertado de mi dulce y reparador sueño solo dos horas después de haberme acostado.

Abrí la puerta y lo que vi me dejó sorprendida. Justin estaba de espaldas, respirando agitado mientras levantaba su mano para que el montón de chicas que había allí pararan.

— ¡No me toquéis la cara! —gritó—. ¡No me toquéis la cara! —volvió a gritar.

Giró su rostro cuando las chicas miraron más allá de él y su mirada se encontró con la mía. Caminó hacia mí y puso su brazo alrededor de mis hombros haciendo que mi brazo pasara por su cintura.

Me guio dentro de casa y levantó mi mentón para dejar un pequeño beso en mis labios.

— ¿Estás bien? —preguntó Laura—. ¿Qué ha pasado?

— Demasiadas chicas —Carl entró—. Hola, Abigail.

Él se acercó a mí y le di un pequeño abrazo. Justin empezó a hablar demasiado rápido y no pude entenderlo, así que apreté su mano y me separé de él para volver a la habitación y acostarme de nuevo. Justin no tardó en entrar a la habitación y se acercó a mí para besar mi mejilla.

— ¿Estás cansada? —tocó mi pelo y disfruté cuando lo hizo.

— Sí.

— Descansa, me daré una ducha.

Sentí sus calientes y suaves labios sobre mi piel y no tardé en volver a quedarme dormida.

Miré a mi alrededor, todo era caos y confusión. La gente iba de un lado a otro, siguiendo órdenes de personas que sabían lo que teníamos que hacer. Estábamos en un puente y teníamos que pasar al otro lado en barcas, ya que apenas quedaba parte del puente. Me asomé y vi que de la otra parte del puente salía humo negro y no tardé en ver el fuego. Un barco estaba quemándose, la gente intentaba saltar al agua o saltar a la otra barca, huyendo de las llamas.

Tienes que ir, Abby —me giré y vi a Justin allí.

Miré de nuevo las barcas. — ¿Y tú?

Iré más tarde, vamos.

Me monté en una de las barcas y lo miré. Su rostro lucia preocupado y cansado. Mi corazón empezó a bombear con fuerza y me tapé los oídos al escuchar un ruido ensordecedor. De un momento a otro, estaba en el agua. Salí a la superficie y miré a mi alrededor. Vi a una niña patalear en el agua y nadé hacia ella para cogerla, estaba llorando.

Tranquila, tranquila —susurré.

Miré a la orilla, donde estaba Justin, llamándome para que volviera. Me acerqué a la orilla con dificultad y Justin alargó sus brazos para cogernos.

//

Entré a una especie de garaje y lo que vi me dejó sorprendida. Gente comiéndose sus joyas para que estuvieran en un lugar a salvo. Ni siquiera sabía qué pasaba. ¿De qué estábamos huyendo?

Pasé por delante de ellas y llegué a un salón blanco. Justin estaba de espaldas y se giró para mirarme. — Es la hora.

Vi a tres personas más allí, dos chicas y un chico más pequeño que nosotras.
Miré a Justin confusa. — Tienes que salir de aquí, Abby —me dio una maleta y la cogí.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora