Veinte.

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Alfredo y yo nos asomamos al pasillo mientras que los gritos y la risa de Marta desaparecían.

— ¿Por qué grita? - bostezó Ryan saliendo - bastante sexy - de la habitación.

— Le han gastado una broma a Justin —Alfredo encendió de nuevo la cámara para enseñarle la broma a Ryan. Este río cuando terminó de verla.

— Voy a buscar a Marta —dije frunciendo el ceño al no escuchar a ninguno de los dos.

Bajé las escaleras para ver a Marta entrando en casa mojada.

— El muy idiota me tiró al mar y luego me revolcó por la arena. - reí.

— ¿Dónde está? —le pregunté.

— No lo sé.

— Toma una toalla —dijo Jeremy entregándole una toalla blanca a Marta.

— Gracias —dijo secándose un poco.

— Voy a ver —salí y entrecerré mis ojos debido al sol.

Me quedé parada allí hasta que vi una sombra por detrás. La esquivé corriendo hacia la derecha y vi a Justin mojado.

— No escaparás.

Él corrió hacia mí y bajé las escaleras que daban a la playa, con cuidado de no caerme. Cuando puse mis pies en la arena corrí lo más rápido que mis piernas me permitían, mientras ¡ reía y miraba hacia atrás para ver como de lejos estaba Justin. Una de las veces que miré hacia atrás lo vi lejos de mí, por lo que sonreí. Cuando miré hacia delante algo me hizo pararme en seco... ¿Eso era un cerdo? El cerdo me miró y empezó a caminar hacia mí. Corrí de nuevo hacia atrás encontrándome con Justin que venía corriendo hacia mí. Él me miró confuso y paró en seco cuando me vio llegar hacia él. Salté a sus brazos poniendo mis piernas alrededor de su cintura. Justin me sujetó por mi trasero.

— Se supone que debes huir de mí - dijo con la respiración agitada.

— Hay un cerdo allí - señalé con mi dedo hacia atrás. Justin pasó sus manos desde mi trasero a mis muslos.

— Estamos en Pig Island, es normal que haya un cerdo allí —rió.

— ¿Me traes a una Isla donde hay cerdos por la playa? —lo miré y me fije que ya no tenía harina.

— ¿Te dan miedo? - me preguntó.

— No estoy acostumbrada a ver cerdos sueltos. No me agradan mucho los animales

— Oh, entonces creo que ya tengo mi venganza —volvió a poner sus manos debajo de mi trasero apretándome fuerte contra él.

— ¿Perdón? —Pregunté viendo como él caminaba dirección al cerdo—. Ni se te ocurra acercarme —intenté bajarme de él presionando su pecho con mis manos.

— Piénsatelo mejor antes de hacerme una broma, nena —sonrió—, aparte, no hace nada —miré hacia abajo para ver el cerdo allí, me subí como pude más arriba de Justin—. Tranquila —acarició la cabeza del cerdo.

— Está bien, pero quiero a eso lejos de mí.

— ¿Qué tal si le damos a que chupe tu pie? —giró dándole la espalda al cerdo y poniendo mis pies a su alcance.

— ¡Justin! —me quejé intentando recoger los pies—. No es gracioso, deja de hacer eso. Se supone que corrí a ti para salvarme, no para que me pusieras de nuevo al lado de lo que huía.

Justin empezó a caminar de nuevo por donde habíamos venido.

— Okay, ya pensaré en otra cosa, esto no ha acabado —lo miré y quité un mechón de su pelo que caía por su frente para después volver a poner mis brazos alrededor de su cuello.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora