Dos.

39.2K 1.4K 115
                                    

Las chicas hablaron rápido entre ellas, y no las entendí.

— Okay, Okay —dijo la rubia—. Tranquilicémonos. Es su vida... —dijo intentando calmarse.

— Si pero... —la pelirroja suspiró.

— ¿Sabes si hay algún McDonald's por aquí cerca? Siento que voy a desmayarme de hambre —pregunté.

— Claro —contestó la rubia—. Por cierto, soy Keyla.

— Angélica —dijo la pelirroja.

— Susan —dijo otra chica rubia.

— Encantada de conoceros— sonreí.

— ¡Vamos a hacernos una foto! —gritó emocionada Keyla.

Sonreí. Después de hacernos varias fotos nos dirigimos a McDonald.

//

Entré en el ascensor detrás de varias personas y me apoyé de lado en la pared. Estaba agotada.

Cuando el ascensor paró en la planta cuarta me bajé y caminé hacia mi habitación. Saqué la tarjeta de mi bolso y la metí en la ranura que servía como cerradura. Entré en la habitación tiré el bolso a un lado y decidí darme una ducha.

No había ni rastro de Justin. Estaba molesta porque ni siquiera se había dignado a venir a verme. Me duché mientras escuchaba un poco de música. Me puse mi albornoz y sequé mi pelo con una toalla.

Escuché unos golpes en la puerta y terminé de ponerme la ropa interior. Amarré mejor el lazo del albornoz alrededor de mi cintura y caminé hacia la puerta. Giré el pomo y la abrí lo suficiente para ver quien había tras ella. Me encontré con un torso desnudo. Subí la mirada para encontrarme con los ojos de Justin. Mi corazón bombeó nervioso al verlo.

— Hola —me sonrió—. ¿Puedo pasar?

— Si —abrí la puerta poniéndome detrás de ella y él entró.

Llevaba unas calzonas azules oscuras. Y en sus pies llevaba unas zapatillas de estar por casa. Su pelo iba totalmente desordenado, cosa que me hizo gracia, pero me contuve una carcajada.

— ¿Cómo te fue el vuelo? —preguntó mirando la habitación.

— Estuvo bien —dije y mordí mi labio de los nervios. Justin me miró y lamió sus labios—. Voy a cambiarme —señalé el baño.

— Claro, esperaré aquí —metió las manos en sus bolsillos.

Asentí y me dirigí al baño a punto de empezar a hiperventilar. Cerré la puerta del cuarto de baño y mordí mi labio para no gritar de los nervios.

Me quité el albornoz, me puse el sujetador y una camiseta blanca de mangas cortas ajustadas. Después me puse unos pantalones negros de pijama y un poco anchos. Me miré al espejo y me puse bien mis pelos.

Respiré hondo y salí descalza de nuevo a la habitación, arrastrando los bajos de los pantalones de mi pijama. Lo vi sentado en uno de los sofás dándole vueltas a su móvil, me senté en el de enfrente, dejando la mesa pequeña de cristal de por medio.

Puse mis piernas cruzadas encima del sillón. Sentada tipo indio. Lo miré, él levantó la vista y me miró. Lamí mis labios secos y mordí todo mi labio inferior nerviosa.

— ¿Por qué reservaste mi vuelta dentro de dos días? Podría haberme ido mañana —dije echándole valor.

— Bueno, pensé que podríamos pasar un tiempo juntos.

— Ah, ¿Cómo lo has estado hoy? —alcé una ceja.

— He estado ocupado con unos asuntos —dijo molesto.

— ¿Selena es un asunto? —uní mis labios en una línea.

— Si, ¿Tienes algún problema? — frunció su ceño.

— ¿Problema? ¿Yo? Por favor —bufé y crucé los brazos debajo de mi pecho—. Solo no entiendo cómo puedes ser tan tonto.

— ¿Qué dijiste? —dijo incrédulo.

— Que no entiendo cómo puedes ser tan tonto —volví a repetir.

Él puso muy mala cara y se puso de pie y acercándose peligrosamente a mi.

— No vuelvas a decir eso —dijo con voz dura, señalándome con el dedo.

— Lo diré las veces que quiera —le desafié frunciendo mi ceño.

Justin se separó de mí.

— ¿Estás así por Selena? —alzó una ceja.

— No. Te comportaste como un capullo fuera.

— Eso no es asunto tuyo.

— No me importa, llego a estar ahí, te veo pasar así, ignorándonos por completo, y me tienen que recoger del suelo mientras lloro. ¿Sabes la de horas que esperamos para verte? ¿Aunque solo sean cinco segundos? No, claro que no. Pero... ¿Sabes lo que más me molesta? Que cuando estas con ella cambias. No eres tú —me puse de pie.

— No entiendes nada.

— Si, tienes razón, no lo entiendo.

— Estas hablando de algo que no sabes, Abby.

— Hablo de lo que veo, es mi opinión.

— Ella no es mala —dijo.

— No estoy diciendo que lo sea.

— Es mi vida.

— Lo sé, pero nos haces daño. Estamos aquí por y para ti. Siempre. Lo prometimos. Pero estamos cansadas.

— ¿¡Pero no entiendo que os molesta que la vea!? —desesperó.

— ¡Porque eres un jodido idiota cuando estas con ella!

Justin me miró.

— Estas celosa por qué no pasé el día contigo porque estuve con ella.

Lo miré seria.

— ¿Celosa?

— Así es, por eso estás tan enfadada — sonrió de lado metiendo sus manos en los bolsillos de sus calzonas.

Abrí la boca y la volví a cerrar.

— Bien, lo que tú digas —cogí mi móvil y lo puse en la mesita de noche—. Buenas noches, Justin —dije abriendo la cama.

— No quiero que estés enfadada conmigo, en verdad no sé por qué te enfadas, debería de estarlo yo. Estas juzgando mi vida privada —lo miré.

Era cierto. Pero estaba... ¿desilusionada? ¿Dolida? Porque pensé... que quizás... le gustaba... O yo que sé.

— Lo siento —murmuré moviendo mi cabeza de un lado a otro.

— No hay problema.

Tensé mi mandíbula para no echarme a llorar.

— Estoy cansada, me gustaría irme a dormir —dije mirando sus zapatillas azules.

— Claro, buenas noches —vi que sus zapatillas se acercaron a mí.

Cogió mi mentón y lo levantó. Me dio un fugaz beso en mi mejilla y se separó de mí.

— Te veo mañana, descansa —cogió su iPhone y salió la habitación.

Dejé que el nudo que tenía en mi garganta saliera y suspiré. Me sentía estúpida. Apagué la luz y me metí entre las mantas.

�r_��yo

//

NA: Recuerdo perfectamente ese día y como de mal nos sentó a todas o a la mayoría, que el pasara delante de esas fans sin ni siquiera saludar. (Sobre todo después de que Jelena hubiera acabado en año nuevo)

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora