Treinta y tres [I]

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Canción: Tom Odell - Heal (se recomienda escuchar con el capítulo)

ABIGAIL

Estaba sentada en mi cama, mirando a la pared. Aún podía sentir sus manos sobre mí, sus golpes y patadas. Si me concentraba, podía oír su voz, gritándome, diciéndome que lo había traicionado. Rogué para que me dejara, lloré y grité de dolor, pero nada hizo que el parara. Me dejó allí sola, hasta que llegó la policía. Él sabía todo, así que era una persona que tendría que estar cerca de mi círculo de conocidos.

Le había dado la descripción de él a la policía, había descrito día tras día. Él había limpiado todo antes de irse, incluso mi sangre. Todo había desaparecido de allí, excepto yo.

Miré las marcas de mis muñecas y miré a la puerta, donde Justin estaba mirándome con las manos metidas en sus bolsillos. — ¿Hora del baño?

Me di cuenta que estaba anocheciendo. ¿Cuánto tiempo llevaba mirando a la pared? Me levanté de la cama y cogí la ropa interior. Cuando me giré, Justin ya había cogido el pijama.

Diego, Víctor, Fernando, Teresa y Guille habían estado viéndome. Todos me habían abrazados, aliviados y preocupados, como estaba yo también. Había notado la mirada penetrante de Justin mientras Diego y Víctor me abrazaban. Mi prima había optado por escribirle a Justin para preguntarle como estaba, ya que no cogía el teléfono.

Me dirigí al cuarto de baño y vi que la bañera estaba llena.

— No tenías por qué hacerlo —solté la ropa interior en el mueble.

— Quería hacerlo —dijo tras de mí.

— ¿Puedes dejarme sola? —me giré para mirarlo.

— No.

Junté los labios en una fina línea, mirando sus ojos. No ganaría esta vez. Me giré y toqué el agua con la punta de mis dedos, estaba perfecta. Me quité las zapatillas y los calcetines. Justin cerró la puerta, aunque no había nadie en casa. Me quité los pantalones y después mi camiseta. No tardé en quitarme la ropa interior y meterme en la bañera, haciendo que el nivel del agua subiera un poco. Mojé mis brazos y me eché hacia atrás para meter la cabeza debajo del agua. Salí y pasé mis manos por mi rostro.

— Debería de quedarme esta noche en el hospital —dije.

— No —Justin se acercó y se arrodilló al lado de la bañera—. Aún no.

Miré hacia abajo, frunciendo el ceño y viendo los hematomas de mis piernas. Justin tocó los chupetones de mi cuello, que bajaban hasta mi hombro.

— Se está muriendo —susurré.

— Sí —dijo después de un momento.

— No le queda mucho.

— No.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Justin empezó a lavarme el pelo mientras yo pensaba. Mientras antes me hiciera a la idea de que mi madre iba a morir, menos dolería.

Metí la cabeza debajo del agua para enjuagarla. Justin llevaba una sudadera de purpose tour y tenía sus mangas hacia arriba para no mojarse.

— Quiero escuchar música —le dije.

Justin alzó una ceja. — ¿Ahora?

— Por favor.

Él se levantó, se secó las manos y cogió su móvil. — ¿Qué quieres escuchar?

— Katy Perry, legandary lovers.

— ¿Katy Perry?

— Sí, tengo esa canción en la cabeza desde hace tiempo —susurré, apoyándome en la bañera— ¿Puedes dejarme sola cuando lo pongas?

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora