Undercover // Justin Bieber

Cuarenta y cuatro.

Gemí entre dientes y di con mi cabeza en el cabecero de la cama. - Auch - me quejé.

- Lo siento - Justin sonrió, frotó mi cabeza y me besó. Cogió mis caderas y puse mis manos cerradas en puños en el cabecero para que Justin no me echara hacia atrás y me diera de nuevo. Él aumentó el ritmo y clavó sus dedos en mis caderas haciéndome jadear. Esto era jodidamente intenso, iba a romperme. Justin empezó a gemir y junté mis labios para no hacer ningún ruido, quería escucharlo. Sabía que él no tardaría en llegar. Gruñó mientras echaba su cabeza hacia atrás y sentí que se estaba viniendo. Miré su cara, su cuello y su pecho, iba a venirme yo también con tan solo mirarlo.

Dio varias embestidas más y aminoró el ritmo y me miró. - ¿Te he dicho alguna vez que eres preciosa? - susurró. Me sonrojé y mordí mi labio. Dejé de hacer presión con mis manos en el cabecero y puse mis manos en sus mejillas cuando él bajó para besarme. Sus dulces labios tocaron los míos y miré sus ojos cuando nos separamos.

- Te quiero - dije. Verdaderamente, lo sentía así. Él me hacía sentir especial, y aparte de mi amor incondicional de fan, también lo amaba por cómo era, y por cómo se comportaba conmigo.

- Yo también - volvió a besarme. Sabía que él no me quería de la misma forma que yo lo quería a él.

Nos duchamos entre bromas y risas. Estaba tumbada en la cama, Justin estaba a mi lado sentado, apoyado en el cabecero con el portátil en sus piernas subiendo la canción y dando RT.

Miré su perfil maravillada. Me gustaba observarlo. A veces pensaba cómo yo podía gustarle a él, pero después pensaba que era un chico normal, viviendo en un gran mundo, y de que como a todo chico le gustaban las chicas extravagantes y las normales... ¿No?

Dejé que mi mente vagara por todo lo que había sucedido estos días y sentí como mis ojos se cerraban poco a poco.

Sentí un ruido y algo moverse a mi lado. Abrí los ojos con dificultad y vi a Justin incorporarse para apagar la alarma. Volví a cerrar los ojos y sentí algo en mi nariz. La arrugué y abrí los ojos para encontrarme a Justin besando mi nariz. Sonreí adormilada. - Ven aquí - Justin abrió sus brazos y me abracé a él fuertemente. Sintiendo su calor y su aroma. - No quiero que te vayas.

- Yo no quiero irme - murmuré.

- No te vayas, quédate aquí.

- Tengo que hacer trabajos y asistir a la universidad.

- ¿Cuando empiezan tus exámenes?

- Febrero. - ambos nos quedamos en silencio, simplemente disfrutando de nuestra compañía. - Será mejor que me levante, tengo que arreglarme.

- Estás preciosa así - miré hacia arriba.

- Eres un mentiroso - besé su clavícula y me levanté con mucha fuerza de voluntad.

- No, quédate, estábamos muy bien así - tiró de mi mano para que no me levantara.

- Oh venga - tiré de su mano - No hagas esto - sonreí y me safe de su agarre. Cogí la ropa que estaba encima de una silla. Me quité la camiseta y me puse una camiseta azul de mangas largas ajustada. Después me puse unos pantalones vaqueros. Sentí las manos de Justin alrededor de mi cintura. Apoyé mi cabeza en su pecho y puse mis manos encima de las suyas.

- Me ha alegrado tenerte aquí estos días - rozó con su nariz mi pelo e intentó morder mi oreja.

- No puedes - reí.

- Claro que puedo - quitó una de sus manos de mi cintura y quitó el pelo de mi oreja. Sentí sus dientes en ella.

- Eso no vale - reí y su risa ronca me hizo estremecerme. Besó mi cuello y llevé una mano a su nuca. - No llegaré a tiempo - susurré. Justin se separó a regañadientes de mí.