Cuarenta y cuatro.

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Tener en cuenta las fechas en las que pasan las cosas. 

3 de Mayo del 2017. Tel Aviv, Israel

Scooter, Micah y Benjamin habían venido a verme, o más bien a ver la ciudad también. Hacía una semana que no sabía nada de Abigail y estaba desesperado por hablar con ella. Le había enviado mensajes pero ni siquiera los había abierto.

Sabía que había sido un capullo, pero tenía miedo. Miedo que le hicieran daño de nuevo, miedo de todo lo que estaba pasando. Cuando me habían llegado las amenazas, llamé a Ricardo para asegurarme que ella estaba bien. Necesitaba verla feliz y no sabía cómo, necesitaba verla sonreír como lo hizo cuando me vio por primera vez en su casa, necesitaba que se riera risueña como lo había hecho anteriormente. Y aunque ahora también sonreía, no era como antes.

Sabía que todo lo que había pasado la tenía mal, pero pensé que se le pasaría. No pensé que necesitara ayuda, pensé que las pesadillas se irían, que volvería a bromear como siempre.

Me equivoqué. La vi rota y hundida, no sabía cómo ayudarla. Pensaba que alejarla de mí era la mejor opción, él no la quería conmigo. Si la dejaba, podía estar a salvo.

Sabía que no podía hacerlo. No cuando la quería de la manera en la que lo hacía. No cuando la vi allí, llamándome idiota, cuando la vi cansada en la cama y se desmayó entre mis manos. No podía dejarla, ella era mía y nadie iba a quitármela.

— Bueno... -Scooter se sentó a mi lado-, ¿Cómo está Abby?

— No sé nada de ella.

— Tienes que dejar que sane, que se aleje de todo un tiempo.

— ¿Y si no vuelve?

— Volverá. Te quiere. Tengo algunas fotos de su sesión, ¿Quieres verlas?

— Sí.

Sonreí al ver la última. No podía negar que ella era sexy como el infierno y dulce también. Ella era sexy sin querer serlo. Con una camiseta mía y su cabello desordenado, sin maquillaje y esa mirada inocente.

Me volvía loco.

Siempre me había vuelto loco, por eso fui a buscarla. Porque no podía sacar de mi cabeza su mirada inocente y su sonrisa.

— Ella estaba muy nerviosa —dijo Scooter pasándome las fotos—, pero lo hizo muy bien.

— Debería de haber estado allí.

— Estás con el tour. No puedes estar en todos lados.

— ¿Crees que cuando tengas un descanso del tour ella estará mejor?

Lo miré, no lo sabía, pero no podía pasar mucho tiempo sin ella.

— No lo sé. Me hubiera gustado que me acompañara en esta etapa, ir los dos al cumpleaños de Za.

— Bueno, es para su bien.

— Lo sé.

**


ABIGAIL

30 de Abril del 2017

No me gustaba que me dijeran cómo tenía que vivir la vida, y supongo que por eso no fui a un psicólogo antes. No me gustaba que nadie supiera como me sentía, cómo de dolida estaba. No me gustaba que me vieran llorar, y mucho menos que me estuviera dando motivos para dejar mi relación con Justin porque "quizás es lo mejor para ti".

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora