Justin apareció por la puerta y se sentó a mi lado poniendo una mano en mi rodilla. - ¿Te parece si hoy vamos a algún sitio? - le pregunté.

- Claro, donde quieras - me sonrió.

- ¿Dormiste bien? - miré su mano encima de mi rodilla y me fijé en sus dedos y en las venas de su mano.

- Si - sus tripas rugieron.

- Creo que tengo que alimentarte - sonreí y me levanté.

- Lo dices como si fuera un animal - Justin me siguió y solté una risita.

- ¿Café y tostada? - le pregunté entrando en la cocina.

- Si - se apoyó en la encimera. Saqué el pan y después de cortarlo lo puse en la tostadora.

- He pensado que podíamos ir a un parque - dije llenando dos tazas de leche.

- ¿Qué clase de parque?

- Uno donde hay césped, y sitio suficiente para jugar o dar un paseo. Incluso pensé en hacer unos bocadillos y comer allí - dejé de mirar como los vasos daban vueltas en el microondas y lo miré.

- Eso es perfecto. - dijo dándole la vuelta a las tostadas.

- Bien - saqué los vasos del microondas y los dejé encima de la encimera. - Le preguntaré a Daniel si quiere venir. - En una taza eché varias cucharadas de café y en el otro cola cao.

Justin se puso detrás de mi poniendo sus manos en mis caderas. - Te veo un poco distante - susurró.

- No estoy distante - removí el café después de echarle azúcar.

- ¿Segura? - su voz salió ronca. Me giré y lo miré. Su pelo caía hacia abajo debido a que no se había peinado.

- Si - le sonreí.

- Tu sonrisa no llegó a tus ojos. ¿Qué es lo que ocurre? - me encogí de hombros y bajé mi mirada - Cariño, se honesta - levantó mi mentón para que lo mirara. - Podemos hacer que esto funcione. Solo quiero que me des una oportunidad. - suspiré. Justin juntó su frente con la mía. Abrí los ojos.

- Huele a quemado - él abrió los ojos confuso y se separó de mi. Alcancé el pan que estaba en la tostadora y cogí el pan con cuidado de no quemarme, viendo que estaba negro. Miré a Justin y este negó con la cabeza. - ¿Raspo o hago otras? - le pregunté. Justin terminó de darle un sorbo a su café.

- Raspa - se encogió de hombros. Cogí un cuchillo y raspé en el fregadero lo quemado, quitando todo lo negro. Después le echamos mantequilla. - Bueno - dijo mordiendo la tostada - no es la mejor tostada que he comido, pero es algo.

- Si hubieras estado pendiente... - lo miré de reojo.

- Oh, ¿Ahora yo tendría que haber estado pendiente?

- Yo estaba preparando las bebidas - mordí la tostada.

- Oh, si tu no hubieras estado distante yo no te hubiera preguntado y podría a ver estado pendiente de las tostadas. - lo miré mal.

- No es mi culpa que te preocupes por mi - me encogí de hombros y sonreí inocente. Justin sonrió.

- Ni tanto - murmuró. Cogí un poco de mantequilla y manché un poco su cara.

- ¿Puedes recordarme por qué te quiero? - dijo limpiándose donde había manchado.

- Bueno, porque te apoyo y te amo - dije mientras Justin me miraba alzando una ceja - Porque soy amable, divertida y... Soy tu belieber favorita. ¿Qué puedo decir? - me encogí de hombros y le sonreí.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora