Treinta y tres- Treinta y cuatro- Treinta y cinco.

Start from the beginning
                                    

Cuando nos acercamos a la salida Abby se tapó la cabeza y abrí la ventanilla para meter la tarjeta. La barrera se abrió y cerré la ventana. Me puse mis gafas de sol y cuando me dirigí hacia delante flashes saltaron.


Ella fue tapada con mi chaqueta todo el camino. Aparqué en casa y me bajé. Ayudé a Abby a ponerse los zapatos y después la cogí. Abrí la puerta de casa con un poco de dificultad y la cerré con mi pie. Encendí las luces y subí las escaleras. Me dirigí a mi habitación y destapé la cama para dejarla acostada. Le quité los zapatos y ella metió sus pies dentro de las mantas. La tapé y besé su frente - Voy a comprarte las medicinas. Ahora vengo.

- Vale - dijo acurrucándose bajo las mantas.


Abby se llevó el día siguiente en la cama, todo el día. Volví del estudio y la encontré acurrucada en el sofá mientras que Tust merodeaba por ahí. Ella murmuró algo en español hacia Tuts y sonreí.

- Hola - me acerqué a ella y besé su frente. - ¿Cómo te encuentras?

- Bien, supongo - su voz estaba un poco ronca.

- ¿Te parece si te ayudo a ducharte? - me senté a su lado y cogí un mechón de pelo que se había escapado de su moño.

-Si, por favor - dijo - Ni siquiera tengo fuerzas para levantarme de aquí.-  Me puse la visera hacia atrás y la ayudé a levantarse. La cogí en peso y la llevé a la habitación, pero en vez de dejarla en la cama la dejé en la tapa del W.C. Abrí el grifo y esperé a que el agua se pusiera templada y puse el tapón para llenar la bañera. Cuando me giré vi a Abby sentada en el W.C de una forma extraña, como si estuviera recostada en él. Mientras que la bañera se llenaba me fui a la habitación y me puse una camiseta de tirantes blanca y unas calzonas negras. Fui descalzo hasta el baño y apagué el grifo cuando estuvo lleno. La miré y me acerqué a ella.

- ¿Te tomaste las medicinas? - ella asintió. Se sentó bien y tiré del dobladillo de la sudadera que le había dejado, dejándola en sujetador.

- Si - se levantó y bajé sus leggins. Ella se sentó y le quité sus calcetines y sus leggins dejándolos a un lado.

- ¿Desayunaste antes? - ella se levantó con mi ayuda y se apoyó en mi pecho. Pasé mis brazos por su espalda para desabrocharle el sujetador.

- No.

- Deberías de a ver desayunado, es malo que te mediques sin nada en el estómago - desabroché el sujetador. Me separé un poco de ella y bajé las tiras por sus brazos. Ella agachó su cabeza mientras lo hacía. Tiré el sujetador donde estaba la demás ropa y le levanté el rostro por el mentón.
Sus mejillas estaban un poco sonrosadas.

- ¿Tienes fiebre o te da vergüenza? - alcé una ceja.

- Creo que ambas - se encogió de hombros y sonreí. Puse mis labios en su frente notándola caliente.

- Voy a quitarte lo que te queda - ella mordió su labio y le bajé sus bragas y ella las echó a un lado con sus pies. Lo que me gustaba de Abby es que siempre estaba depilada, o por lo menos cuando la había visto. La acompañe a la bañera y la ayudé a meterse. 

Ella se sentó y soltó su pelo haciendo que callera desordenado por su espalda. Me puse de rodillas frente a la bañera y Abby me dio la espalda. Cogí la manguera y la abrí. Empecé a mojar su pelo, a lo que ella echó la cabeza hacia atrás para que no le diera en su cara. Me eché champú en mis manos y lo esparcí por su pelo suavemente con las yenas de mis dedos. 

Lo enjuagué y después de que ella se lavara el cuerpo salió y la lié con una toalla que le llegaba hasta sus tobillos. Sequé un poco su pelo con una toalla pequeña y la volví a sentar en el W.C. Sequé su espalda, sus piernas, brazos y su abdomen. Le puse una camiseta mía blanca de mangas cortas y unos pantalones de chándal suyos.


Le puse un pequeño taburete delante del espejo y ella se sentó y se apoyó en el lavabo. Saqué un peine y le cepillé el pelo.

- No lo haces nada mal - murmuró.

- Pues es mi primera vez - sonreí.
- Serás un buen padre - ella no levantó su cabeza de sus brazos.

- Eso espero - sonreí para mi mismo. - Tendremos muchos hijos - esperé su reacción.

- Creo que te has equivocado, no soy una coneja - reí - Aparte, no me gustan los niños.

- ¿No te gustan los niños? - pregunté extrañado y ella negó con su cabeza.

- Solo para un rato. Saqué el secador y lo enchufé y empecé a secarle el pelo mientras ella seguía echada en sus brazos. Cuando lo tuvo casi seco guardé el secador y la ayudé a levantarse.

- No me encuentro bien - jadeó apoyándose en mi.

- Creo que te vendría bien una sopa - la dejé en la cama y ella se acostó.

- No tengo hambre - dijo con la boca pequeña.

- No me importa, te haré una sopa y créeme, te la comerás. - Bajé las escaleras y entré en la cocina. - Vamos a hacer una sopa Tuts - le dije, ya que estaba siguiéndome. - A ver... - busqué en la despensa - aquí está el sobre. - Cogí el sobre y miré la parte de atrás para leer las instrucciones. - Llene una cacerola con agua. - cogí una cacerola pequeña y la llené hasta la mitad.

Undercover // Justin Bieber Where stories live. Discover now