Añadiéndole que Justin había twitteado. Primero miré las llamadas perdidas. Después el mensaje de mi madre.

« Hola nena, se que estás en LA con tu súper ídolo y no quieres saber nada de mi, pero escríbeme cuando puedas.»

« Hola mamá, estoy bien, quizás vuelva antes de tiempo, ya te contaré »


Después leí el tweet que había puesto Justin.

« Where are you? »

Suspiré y abrí los mensajes de Marta, donde me preguntaba que estaba pasando. Le expliqué por encima y después de respirar hondo abrí los de Justin.

« ¿Dónde estás? »

« ¿Por qué te has ido?

« ¿Que está mal? »

« Si es por lo de tmz, lo siento, me disculpé, ¿No debí de haberte juzgado »

« ¿Estás bien? »

« Coge el teléfono, Abby »

« Estoy preocupado »

« Por favor »

« Lo siento si te hice daño, supongo que debes golpearme ahora » Sonreí con tristeza.

« No sé lo que ha pasado pero creo que debes de darme una explicación, no puedes hacerme esto »

Lamí mis labios y cerré los ojos con fuerza sintiéndome verdaderamente mal. Abrí los ojos y vi que me había hablado.

« Estas conectada, háblame por favor, dime algo »

El móvil vibró en mi mano y vi que me estaba llamando. Miré hacia arriba evitando que mis lágrimas no salieran, no otra vez.

« Nunca quise hacerle daño a tu corazón » me envió. 



Dormí la mayor parte del día, hasta el punto que no me sentía muy bien por la noche.

- Estás pálida - Atifa me observó.

- No me encuentro muy bien - me senté en el sofá y rodeé mis piernas con mis brazos.

Atifa me tocó la frente - No tienes fiebre.

- Es solo dolor de cabeza y de garganta, se me pasará. - Mi móvil volvió a sonar y Atifa me miró.

- Lleva toda la tarde llamándote, Abby. - se sentó a mi lado.

- Lo sé.

- ¿Que vas a hacer? - me encogí de hombros.

- Estuve llamando a la compañía para que me adelantara el vuelo, y me dijeron que fuera al aeropuerto y cuando hubiera un hueco libre que entrara en el avión, pero eso son horas allí, y no me encuentro muy bien -cerré los ojos. Mi móvil volvió a sonar haciéndome abrir los ojos, Atifa estaba en la cocina. Me levanté y cogí el móvil, descolgué y me lo puse en la oreja mientras caminaba hacia la habitación.

- ¿Abby? - La voz de Justin sonó preocupada. - ¿Donde estas?

- Estoy bien, solo deja de llamar, eso ya es acoso.

- Estaba preocupado. - se quedó en silencio - Vuelve conmigo. - cerré los ojos e hice un puchero con mi labio inferior.

- Te dije que tuvieras cuidado con mi corazón. Te quiero de una manera en la que tú nunca podrás corresponderme. Es mejor que dejemos esta locura.

- ¿Qué? No, ¿Por qué dices eso?

- Justin, déjalo, por favor. - me tumbé en la cama.

- ¿Es que no quieres intentarlo? ¿Tiras todo esto por la borda antes de seguir intentándolo?

- Oh venga ya - me indigné. - Tú eres el que no lo intenta.

- ¿Que no lo intento? ¿En serio?

- Si, en serio - estornudé.

- Jesús

- Gracias - limpié con un papel mi nariz. - Tengo que colgar.

- Dime dónde estás.

- No.

- Joder, Abby, por favor.

- Adiós - colgué y puse el móvil a un lado sintiendo como mis ojos me quemaban por la necesidad de llorar y porque me estaba poniendo enferma.



 Justin

Cuando iba llegando a casa de Selena lo pensé mejor. No podía hacer esto. Paré el coche a un lado y mordí mi labio pensando. Maldita sea. Yo no era así, tenía que volver a casa. Marqué el número de Selena y esperé a que ella contestara.

- ¿Si?

- No puedo ir, tengo cosas que hacer, nos vemos pronto - colgué y arranqué el coche. Pensé a donde podría llevar a Abby.


Podría llevarla a tomar un helado y podríamos ir a la playa, aún era temprano. O quizás podría llevarla al cine, o... Simplemente podíamos saltar en la cama elástica de mi jardín y después la invitaría a cenar. Solo quería verla disfrutar. Y me di cuenta de que me importaba su estado de ánimo. Quería que ella estuviese bien, hacerla feliz...

Fui un estúpido al acusarla por lo de las fotos, me sentí como una autentica mierda.

Podía reservar el jet privado y llevarla a Miami, o a las Vegas, o podía llevarla a Nueva York. Estuve pensando lo mejor mientras volvía a casa. Estaba ilusionado por eso, quería decirle que tenía una sorpresa y ver su cara de emoción mientras preguntaba que sería.

Aparqué y entré en casa. - ¿Abby? - la llamé. - ¿Nena? - fruncí el ceño y salí al patio esperándola ver en la piscina. Ella no estaba por allí. Subí las escaleras y entré en mi habitación, tampoco estaba. - ¿Abby? - volví a llamarla y bajé las escaleras. Vi en la barra de la cocina un papel y lo miré.


« Te dije que tenía miedo de que me hicieras daño, y lo hiciste »

 
El aire se quedó atrapado en mi garganta. Y subí las escaleras de dos en dos para volver a mi habitación. Miré en los cajones, su ropa no estaba. Me senté en el borde de la cama y volví a mirar el papel. ¿Que había hecho?

Apoyé los codos en mis rodillas y dejé caer mis brazos mientras sostenía el papel. Esas palabras resonaban en mi cabeza como una canción pegadiza. Saqué el móvil del bolsillo y la llamé.

Prácticamente me llevé toda la tarde llamándola, enviándole mensajes y escribiendo.

- Ella volverá - me dijo Twist dándome una cerveza y sentándose a mi lado mirando lo que había escrito.

- No estoy tan seguro - le di un largo trago a mi cerveza.

- Tío, eres Justin Bieber.

- Ahg, eso no es suficiente - negué con la cabeza.

- Esta canción es buena - dijo leyendo de mi cuaderno. - ¿Cuando la escribiste? - miré a que canción se estaba refiriendo.

- Ayer - Twist me dio el cuaderno y apunté la fecha.

- Aunque es un poco sucia Hold tight - leyó el título.  - ¿La escribiste mientras lo hacías con ella? - rió.

- Después, cuando se quedó dormida. Tenía las letras y la melodía en mi cabeza.... Necesito ir al estudio. - me levanté y volví a coger mi móvil. Después de llamar a Tay volví a llamar a Abby y lo cogió. No se escuchó nada.

- ¿Abby? - pregunté preocupado- ¿Donde estas?

- Estoy bien, solo deja de llamar, eso ya es acoso.

- Estaba preocupado. - me quedé en silencio - Vuelve conmigo. - le rogué y me senté en el borde de la cama.

- Te dije que tuvieras cuidado con mi corazón. Te quiero de una manera en la que tú nunca podrás corresponderme. Es mejor que dejemos esta locura. - algo se clavó en mi corazón.

- ¿Qué? No, ¿Por qué dices eso?

- Justin, déjalo, por favor.

- ¿Es que no quieres intentarlo? ¿Tiras todo esto por la borda antes de seguir intentándolo? - me pasé una mano por mi pelo.

- Oh venga ya - sonó indignada- Tú eres el que no lo intenta.

- ¿Que no lo intento? ¿En serio? - me levanté y empecé a caminar por la habitación.

- Si, en serio - ella estornudó.

- Jesús.

- Gracias, tengo que colgar.

- Dime dónde estás.

- No.

- Joder, Abby, por favor. - le rogué  frustrado.

- Adiós - colgó. Tiré el móvil enfadado a la cama. Necesita verla, no podía estar tranquilo si no sabía dónde estaba. Tenía que desahogarme.

Undercover // Justin Bieber Where stories live. Discover now