- ¡Para! -reí.

Justin me cogió y me hundió. Me dejó salir a la superficie. - Mira, ahora estás -dijo con su mano en mi cabeza-, y ahora ya no estás -volvió a hundirme y cerré la boca intentando no abrirla para reírme. Me dejó salir. Lo empujé y empecé a reírme.

- ¡Eres tonto!

- ¡Eres tonto! -repitió con una voz fina.

- Yo no hablo así -me crucé de brazos.

- Yo no hablo así -me imitó y lo miré entrecerrando los ojos para después sonreír un poco. Me imitó y le saqué la lengua, lo hizo también. Le guiñé el derecho y él lo repitió, pero la cosa se complicó cuando le guiñé el izquierdo. Él lo intentó y solté una carcajada-. No puedes, no puedes -canturreé. Y lo hizo, haciéndome abrir la boca indignada-. ¡Me has tomado el pelo!

Justin rio y me tiré encima de él para intentar hundirle, siendo un fracaso rotundo. Él me tenía cogida de la cintura mientras yo intentaba hundir su cabeza, al final, él me echó hacia atrás con facilidad y volví a tener mi cabeza bajo el agua. Él puso mis piernas en sus hombros por lo que me costaba levantar la cabeza.

Al final del día, solo éramos dos chicos viviendo en un mundo demasiado grande, aprendiendo a vivir con miedo, críticas y acoso. Intentando que el amor que sentíamos por el otro fuera suficiente para mantener todo a flote, y lo estábamos logrando.

Pedimos una pizza esa noche y nos sentamos en sofá, viendo HBO. La verdad es que había tenido que convencerle de dejar de ver esas series antiguas a las que no les veía la gracia y él aceptó. La pizza aún quemaba y lo observé mirar la televisión, poniéndonos al día con Juego de Tronos, él no perdía detalle de lo que estaba sucediendo y al morder la pizza, el queso se quedó por el camino y cayó en su barbilla, haciéndolo gritar y maldecir. No pude hacer otra cosa que reírme. Justin tiró el trozo de queso a la caja y le di una servilleta.

- Mierda, cómo duele -se puso la Coca-Cola fría en la barbilla.

- Claro, eres un intenso, aún quema.

- Joder -se sentó de nuevo en el sofá y soplé el trozo de pizza que tenía en mi mano-. ¿No te ha sorprendido lo que acaba de pasar? -preguntó refiriéndose a las serie.

- Sí, claro, es muy fuerte -mordí la pizza.

- ¿Ya has visto el capítulo? -Aun mordiendo la pizza lo miré y mi mirada hizo que él me descubriera-. ¡Lo has visto! -Dijo indignado-. Dijimos que íbamos a verlos juntos y que ninguno se adelantaría

Mordí el trozo y hablé con la comida en la boca. - ¡No podía aguantar! Siempre tardamos mucho en verlos.

- No me fiaré de ti más -mordió el trozo de pizza y no pude evitar reír.

- Vamos, no te enfades -me apoyé en su hombro-. Solo he visto este.

- ¿Solo este?

- Solo este -besé su mejilla pero él seguía con el ceño fruncido.

- Sigo enfadado -reí y me puse bien para seguir cenando.

Esther estaba dormida en el sofá, al lado de Justin, yo estaba apoyada en su hombro mientras terminábamos de ver el capítulo y un brazo me rodeaba a mí y otro a Esther. Toqué su barba y sonreí. Recordaba perfectamente cuando solo le salía un pequeño y raro bigotillo y se creía más mayor por eso. Ahora tampoco tenía mucho, pero era algo.

- ¿Qué miras? -preguntó.

- Estás sexy así.

Él sonrió de lado. - Siempre estoy sexy.

Undercover // Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora