Veintinueve [III]

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Vi sacar de su bolso varias correas negras. - Me lo regaló Marta un día, una broma pesada delante de todos nuestros amigos. Pensé que no iba a usarlo nunca.

Me acerqué y cogí uno de ellos, lo que se ponía alrededor de la muñeca era suave, por lo que no tenía riesgo de hacerse daño, se abrochaban con facilidad y no dude en dirigirme a la cama. Até la correa a ella y después en el otro lado.

Giré mi rostro para ver a Abigail mirándome. - ¿De verdad quieres que te ate? Si no quieres, lo dejamos.

Ella negó con la cabeza, sonriendo y se acercó a mí. Sus labios besaron los míos y no tardó en quitarse los zapatos y estar en la cama.

Me quité la camisa, tirándola en el sofá y después todo lo demás, cogiendo un preservativo del bolsillo del pantalón y poniéndolo encima de la mesita.

Encendí las lamparitas que estaban a los lados de la cabecera de la cama y apagué la luz del techo, para hacer el ambiente cálido. Me subí en la cama y cogí una de las muñecas de Abby y la até, después la otra.

Ella lamio sus labios y la observé. Me lo había imaginado, pero nada comparado con verlo. - Voy a correrme con solo mirarte - me puse entre sus piernas y pase mis manos desde sus pechos hasta sus piernas.

Ella soltó una risita - Me siento absurda así.

La miré. - ¿Absurda? Pondrías hasta el hombre más gay.

Ella rio y pasé un mano por su feminidad, tapada aun por la ropa interior. - ¿Estás mojada? - pregunté, pasando de nuevo.

- Un poco - dijo en voz baja.

Quería y necesitaba que esta noche disfrutara. Quería escucharla gemir mi nombre, quería de aferrara a mí como muchas veces antes lo había hecho.

Me acerqué a ella y la besé, dejándome caer un poco para estar en contacto con su parte intima. Ella levantó sus caderas puse mi mano en su cintura, acaricie con mi pulgar su piel y bajé mi mano, separé su ropa interior con mis dedos y los pasé por su humedad.

Su cuerpo reaccionó a mi toque y alzó las caderas. Bajé mis besos por su mandíbula y por su cuello, mordiéndolo. Metí un dedo, sintiéndola mojada, después metí otro. - Oh, Justin. - susurró. Deje escapar uno de sus pechos y puse mi boca en él. Y con mi lengua torture su pezón, tirando de él.

Abigail gimió. Saqué su otro pecho y saqué mis dedos para quitarle la ropa interior. Ella siempre solía estar depilada, ya que apenas nos veíamos y venía preparada. Me puse a la altura de su feminidad y volví a tantear allí para volver a meter mis dedos.

Abigail gimió cuando sintió mi boca también, moviendo mi lengua de arriba abajo, saboreándola. Ella movió sus caderas y con mi mano libre sujete su abdomen. Me incorporé un poco y moví mis dedos más rápido.

Ella se agarró a las correas y cerró los ojos. - ¡Oh!

Apreté mi mandíbula, siguiendo con la misma velocidad. Toqué uno de sus pechos y con mi pulgar masajeé su pezón. Ella empezó a gemir y sentí sus paredes contraerse - Justin - sabía lo que quería decirme, iba a llegar a su orgasmo. No me importara que llegara con mis dedos, aún la noche no había acabado.

Ella gimió, alzando sus caderas, agarrándose a las correas, sus paredes contrayéndose y mojando mis dedos.

Ella respiró agitada y abrió sus ojos. Sus mejillas estaban sonrojadas y sus labios un poco hinchados. Sus pezones rosados ahora estaban rojos e hinchados. Sus ojos estaban brillantes y saqué mis dedos.

Sin pensarlo, puse mis dedos cerca de su boca entreabierta. Ella me miró insegura, pero la abrió un poco más y metí mis dedos. Su lengua recorrió mis dedos y mi pene palpito por la necesidad.

Undercover // Justin Bieber Where stories live. Discover now