— ¿Cómo te han ido estos días?

Me encogí de hombros mientras mi vista seguía fija en un punto delante de mí. – Bien, supongo.

— Te sacó a bailar al escenario. Let me loooove you- cantó.

Reí un poco – Sí... todo va bien.

— ¿Y respecto tus sentimientos hacia él? – lo miré y él frenó en el semáforo en rojo.

— Lo estoy superando. – me miró. – En serio. – reí ante su mirada.

— No sé qué tiene ese chico.

— Yo tampoco.

— Luces cansada.

— Estoy agotada, no he dormido nada. – me apoyé en la ventanilla.

— Ahora duermes.

Ni siquiera había podido conciliar el sueño en ese cómodo y caro colchón en Islandia, no iba a poder hacerlo en la cama de Diego. Pero me equivoqué. Era tanto el sueño que apoyé la cabeza en su almohada y me quedé dormida.

Olí a pizza y me desperté. Diego sostenía una pizza de queso al lado de mi nariz. Sonreí de lado. - ¿Qué haces?

— Es hora de cenar. Decidí despertarte con el rico olor de la pizza.

— La de queso es mi preferida.

— Lo sé, por eso la pedí.

Sonreí y me levanté con ganas de hincarle el diente a la comida. Me senté en el sofá y no tardé en coger un trozo de pizza y morderlo. Lo saboreé y miré a Diego. – Gracias.

— No tienes que darlas. – mordió su trozo de pizza. - ¿Sabes que Tamara ha dejado a Víctor?

— ¿Sí? – dije con la boca llena. - ¿Por qué?

— Decía que estaba cansada de él, que no le dedicaba el tiempo que se merecía.

Alcé una ceja y bebí del vaso de agua. – Increíble. Víctor siempre ha sido muy atento con ella, ¿no?

— Sí, por eso Víctor estaba hecho mierda.

El timbre sonó y Diego se levantó para abrir. Seguí comiendo y fijé la vista en el programa que estaban echando en la televisión. Miré hacia atrás para ver a Víctor entrar. – Hey – dije levantándome.

Víctor se acercó y besó mi mejilla. – Hola, no sabía que estabas aquí.

— Me voy mañana. – el asintió y se sentó a mi lado mientras que Diego fue a ocupar el sitio de antes.

— ¿Qué ocurre? ¿Fuiste a hablar con Tamara? – preguntó Diego.

Víctor suspiró pesadamente. – Sí, pero no quiso hablar conmigo. No la entiendo. De la noche a la mañana me deja, sin ningún motivo aparente, estábamos bien.

— ¿Has bebido? – le preguntó Diego.

— Un poco – suspiró Víctor. - No entiendo a las mujeres – me miró.

— A mí no me mires, yo no entiendo a los hombres. – Víctor sonrió de lado. ¿Qué país toca mañana?

— Alemania.

— Alemania – susurró Víctor. – Tiene que ser muy bonito. Sobre todo si te pagan la estancia allí.

— Sí – susurré. – Pero es aburrido.

— ¿Aburrido?

Asentí. – Muy aburrido.

Aburrido porque me llevaba todo el día en la habitación del hotel hasta que llegaba la hora de ir al estadio. No tenía a nadie allí con quien poder ir a visitar la ciudad, y había pensado seriamente en unirme a los bailarines en el tour que hacían por la ciudad.

Undercover // Justin Bieber Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon