La vida de Horacio

Día 267

Blog de Ernesto

Un pescador chino sale mar adentro en su bote llevando una brújula. Su mente le indica buscar unas coordenadas. No sabe para qué lo hace, pero no puede resistirse. Ha tenido visiones, mientras pescaba, de una luz que solo aparecía cuando él llegaba en su bote a dichas coordenadas. La luz tenía forma tubular y permitía comunicarse con un hombre al otro lado del mundo. De ese hombre solo sabe una cosa: está dentro de una pequeña pirámide.

***

Un niño de espaldas hacia mí, vestido como un caballero medieval, cargando una espada en el desierto. El rumor de un mar embravecido se oye a lo lejos.

—¿Escuchas ese mar? —me pregunta el niño.

—Sí —respondo—. Se está acercando.

—Mientras tenga la espada no podrán con nosotros —dice el niño.

—¿Quiénes somos nosotros? —le pregunto.

—Los protectores de la Figura —contesta.

—¿Y el mar, qué es?

—Los que quieren la Figura para destruirlo todo.

Veo un mar negro, hace mucho ruido. Dentro de él alcanzo a divisar miles de rostros cadavéricos, como si se tratase de un ejército de muertos. El agua negra está llena de bocas que quieren devorarlo todo.

***

Tres colibríes forman un triángulo en el aire. Cuando uno se mueve, los otros lo siguen, de tal modo que nunca dejan de formar un triángulo. Sé que alguien los dirige, pero no lo puedo ver. Ahora bajan sin cambiar su formación, están a solo unos metros delante de mí. Tengo el impulso de correr y saltar dentro del triángulo. Apenas lo hago, desaparezco.