Día 233

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Diario de Marco

Hoy fue mi primera reunión con los niños X, de esas reuniones "oficiales" en las que solo pueden asistir niños X. Lo primero que llamó mi atención fue la mirada de Alanis. Con su ceño fruncido, me analizaba con detenimiento; parecía tener el don de ver a las personas más allá de sus cuerpos. Amanda, siempre en silencio, la cargaba con un rostro lleno de calma.

Unos doce libros en varios idiomas fueron puestos sobre la mesa, muy cerca a Milena.

—Empecemos con el primer mensaje —dijo Eva.

Milena escogió un libro, abrió una página al azar, señaló con el dedo un fragmento y se lo pasó a Gunter, que leyó algo en alemán. Después, él mismo hizo la traducción: "Usted, querido señor, es tan joven, está tan lejos de toda iniciación...".

Cartas a un joven poeta, de Rainer Maria Rilke —dijo Teseo—. La selección de libros la hice yo.

—Estamos usando los libros como oráculos —dijo Eva—. Ahora necesitamos interpretar la frase...

—Quiere decir que Marco no está preparado para su misión como niño X —interrumpió Cronos—. Y que debemos tener cuidado con...

—Es muy pronto para desalentar a un nuevo miembro del equipo —dijo Milena, con una voz que intentaba ser tranquilizadora.

—Escoge otra cita, por favor —dijo Eva, dirigiéndose a Milena, que cogió otro libro y leyó:

"Durante toda mi vida he buscado a las gentes sencillas, queriendo unirme a ellas, pero como es natural nunca lo he conseguido...".

Extinción, Thomas Bernhard —dijo Teseo—, otro título de mi biblioteca. 

—Es un mensaje para Marco —volvió a interrumpir Cronos—. Quiere decir que debe ser más humilde y reconocer que...

— ¡Basta, Cronos! Párala ya. Además, puede ser un mensaje para nosotros —dijo Milena. 

—Son mensajes que tienen que ver con el encuentro de Marco y Nimrod mañana —dijo Nadenka, con un español algo enredado, pero que se dejaba entender. Me sorprendió cómo Eva, Nadenka y Gunter habían aprendido tan rápido a hablarlo.

Otro de los niños X habló. No recuerdo quién porque tuve un mareo fuerte. Algo que no era extraño. Tuve que salir de la reunión.

Ahora es de noche y me pregunto si estoy preparado para entrar en la casa abandonada. Eva me dijo que solo mañana se sabría quién de los niños X iba a acompañarme.

La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora