Día 114

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Diario de Marco

Hoy, en el curso de escritura creativa, Ernesto llegó tarde otra vez. Por lo que entiendo, desde el primer día de clases explicó que por su horario de trabajo y el lugar de su oficina, no podía llegar a tiempo.

El profesor planteó un ejercicio. Todos íbamos a escribir tres palabras en una tira de papel, para luego ponerla en una bolsa. Después cada uno sacaría una tira de la bolsa y con esas tres palabras escribiría un texto breve. No era importante terminar con un texto pulido o coherente. El ejercicio consistía en jugar con las posibilidades. Cuando saqué el papel de la bolsa, por alguna razón, ya sabía que encontraría el nombre "Walt Disney". En efecto, allí estaba, junto a las palabras "mesa" y "congeladora". Teníamos cinco minutos para escribir el texto. El mío quedó así:

Walt Disney metió la pizza en la congeladora, pero cuando la abrió horas después, la pizza había desaparecido. Como tenía mucha hambre, en la mesa dibujó una pizza que se fue convirtiendo en una pizza verdadera y caliente. Cuando se la comió, Walt Disney empezó a desaparecer. Sus últimas palabras fueron: "Si comes una pizza, preocúpate de comer siempre una pizza verdadera".

Algunos se rieron y el profesor dijo que tenía mucha imaginación. Le tocó el turno a Ernesto y antes de que empezara a hablar, yo tenía la fuerte intuición de que le había tocado la palabra "Hormiga" en su ejercicio, lo cual resultó cierto. Tenía que escribir algo con las palabras "Hormiga, "griego" y "paraíso". Su texto quedó así:

Existe un paraíso donde las hormigas no trabajan y se la pasan leyendo clásicos griegos. En mi mente pude escuchar el inicio del comentario de otra persona, que decía: "Sería interesante que las hormigas leyeran La Odisea...". Sucedió tal cual, un profesor de historia, que se sentaba a mi lado, hizo el comentario: "Sería interesante que las hormigas leyeran La Odisea en una versión donde Ulises es una hormiga que tiene que cruzar un charco de agua para regresar a Ítaca". La gente se reía de las ideas que había provocado el ejercicio. Yo estaba muy serio preguntándome ¿Cuántas veces se ha repetido este momento? Y de repente, lo que pasó con Horacio hijo, el proyecto Sasha, las noticias de este año que pude ver en la televisión; todos esos elementos se volvieron familiares. El dibujo de Horacio de los triángulos llenos y vacíos, ¿acaso no lo había interpretado antes? Mi padre leyéndome capítulos completos de Moby Dick, ese recuerdo tan querido, parecía adquirir una nueva energía. ¿Acaso iba a nacer de nuevo y mi padre me iba a volver a leer esos capítulos? ¿Por qué todo esto se está repitiendo? Tuve la ligera certeza de que el proyecto Sasha había fallado una y otra vez por una secuencia en la que algo siempre salía mal. Y que se nos estaba dando una nueva oportunidad, una y otra vez.


La vida de HoracioWhere stories live. Discover now