La vida de Horacio

Día 82

Estaba entre dormido y despierto, con los ojos cerrados. Pude ver una pantalla. Una escena donde un hombre con un maletín salía de un edificio. Caminaba varias cuadras hasta llegar a una casa. Tomaba un vaso de agua, luego prendía una PC. Se ponía a tipear cosas. La imagen se iba haciendo más pequeña, se encerraba en una burbuja, que iba tomando solidez, como si se convirtiera en una bola de cristal. Alguien podía ver a través de esa bola. Era alguien parecido al hombre del maletín. Su contextu­ra era delgada. Vestía camisa y corbata. La bola se dilataba, lentamente, convirtiéndose en otra pantalla. El hombre que veía la pantalla tenía un control remoto con el que podía retroceder y avanzar las imágenes. En un momento cambió de canal. Apare­ció un niño vestido con corbata y camisa, cuyos rasgos eran parecidos al hombre del maletín y al que observaba la bola de cristal. Preguntó: ¿cuántas dimensiones existen? Luego cogió una tiza y escribió un número de seis cifras que mutaba constante­mente en la pizarra. El niño me dijo: "Es mejor que abras los ojos, tomes un vaso de agua, te eches a dormir y te olvides de esto". Entonces abrí los ojos, tomé un vaso de agua; intenté dormir, pero no pude.

Ahora estoy escribiendo esta línea en mi diario.