Día 43

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Diario de María

Le pedí a Marco el teléfono de la pitonisa que alguna vez recomendó. Que Horacio no se entere, le dije.

En la sala de espera una pareja de amigas conversaba. Una se notaba afligida, la otra la consolaba. Entraron. Su consulta demoró casi una hora. Cuando fue mi turno, la pitonisa salió un rato a tomar un vaso de jugo de naranja. Me preguntó si tenía sed, le dije que estaba bien. No quise decir nada hasta empezar la consulta.

Entré. La habitación era simple. Una mesa de cristal, el cuadro de un ángel que parecía mirar al paciente. Una pirámide encima de un viejo archivador.

Preguntó si la consulta era para mí. Le dije que era para mi hijo Horacio, y que quería saber si podía ver algo de su futuro. Ella cerró los ojos, frunció el entrecejo. Después de unos minutos, habló: Su hijo está rodeado de cuerpos geométricos... Esferas, cubos, pirámides, y figuras más complejas... Nunca vi algo así... No sé de dónde le viene esta protección... No puedo obtener información de él... Me es imposible...

Con un sentimiento que era mezcla de perplejidad y decepción, decidí contarle todo sobre Horacio. Le hable de la forma en que cumple años, de las palomas mensajeras, de Óbninsk. Incluso saqué una foto de él, sonriendo, junto a su dibujo enmarcado de un prisma. Le pedí que intentara de nuevo. Ella miró la foto con dedicación. Cerró los ojos otra vez. Frunció el entrecejo. Esperé varios minutos hasta que dijo:

Veo a un hombre entrando en un bar. Debe tener unos treinta años. Lleva un maletín. Está muy cansado. Se encuentra con un amigo. Conversan. No puedo escuchar bien lo que dicen. Hay mucho ruido en el bar... el hombre del maletín le dice al otro que tiene mucho trabajo... que este año 2015 es en verdad importante para él... acaba de decir algo más... no entiendo bien la frase... algo así como... el día 17 me equivoqué de narrador varias veces...

La pitonisa abrió los ojos súbitamente. Dio un largo suspiro, exhausta. Toda esta información está como protegida, dijo. Me cuesta mucho entrar en ella. Le voy a dar el número de mi maestra... No le voy a cobrar nada.


La vida de Horacioحيث تعيش القصص. اكتشف الآن