C.F.C.S.

Arco 9.4

Tan pronto como Reibar abrió la puerta, vio a Jing Yang escupiendo un bocado de sangre negra y roja. Justo en los segundos que se congeló en la puerta, Jing Yang ya estaba tumbado en la cama, escupiendo continuamente un chorro de sangre.

Reibar recuperó el sentido e inmediatamente presionó el timbre a lo largo de la pared, gritando: "¡Llama al doctor por aquí, inmediatamente! ¡Ahora mismo!"

Reibar caminó rápidamente hacia la cama y sostuvo a Jing Yang en sus brazos. Mirando su rostro pálido, preguntó: "¿Qué pasa?"

Jing Yang se apoyó contra su pecho y sacudió la cabeza débilmente. No había controlado su fuerza adecuadamente y se fue por la borda. Después de escupir tanta sangre, sintió que su cuerpo estaba vacío y débil. ¿Cuánto tiempo le tomaría compensar toda esa sangre?

El médico aún no había llegado, pero los guardias y el ama de llaves se apresuraron. Creyeron que Reibar había resultado herido, olvidando por completo lo fuerte que era Reibar. ¿Cómo podría ser posible que se lastimara fácilmente en su propio castillo?

Cuando vieron a Reibar sosteniendo un débil Jing Yang y un gran charco de sangre en el suelo junto a la cama, todos quedaron atónitos.

"¿Por qué estás congelado allí, por qué no traes rápidamente al médico?" Reibar rugió a los hombres fuera de la puerta.

"Sí, sí King, el doctor ya está en camino". El ama de llaves respondió.

Para cuando el doctor en el castillo llegó apurado, Jing Yang ya había caído en coma por vomitar demasiada sangre. Reibar lo ayudó a acostarse en la cama y dejó que el médico revisara su estado. Él mismo seguía de pie junto a la cama, frunciendo el ceño con fuerza ante la cara del hombre en la cama.

Después de que el médico terminó de examinar a Jing Yang, Reibar inmediatamente preguntó: "¿Cómo está ahora? ¿Es potencialmente mortal?"

El médico respondió: "Mirando el color de la sangre que escupió y su estado físico, debería ser envenenado, pero para descubrir el veneno en sí, aún tendré que analizar un poco de sangre para saberlo. Es solo que..."

"¡¿que mas hay?! ¡No sigas esperando!" Reibar ya estaba muy ansioso, y en este momento todavía estaba haciendo una pausa y escondiendo cosas, pensó que este médico estaba realmente cansado de vivir.

El médico lo siguió de inmediato: "Su cuerpo parece ser un poco especial. Cuando lo examiné, descubrí que su cuerpo era muy diferente al de la persona promedio ".

"Es una sirena artificial". Dijo Reibar.

"¿Sirena artificial?" El médico miró a Jing Yang con cierta sorpresa y dijo: "No parece que sea posible".

Después de que el médico dijo eso, sacó un instrumento y examinó a Jing Yang nuevamente, y luego le dijo a Reibar con certeza: "Su físico es muy especial, pero definitivamente no es una sirena artificial. Aunque después del examen no se parece a una sirena natural, tiene un útero en su cuerpo, por lo que la probabilidad de que sea una sirena natural es aún mayor ".

Reibar había comprado a Jing Yang de la casa de subastas de sirenas artificiales, pero ahora el médico le dijo que este hombre era una sirena natural. Entonces, ¿por qué apareció en la casa de subastas? Era ilegal comprar y vender sirenas naturales, y las sirenas naturales disfrutaban de los mejores tratamientos y beneficios, por lo que no habría necesidad de venderse.

"¿Cuándo se despertará?" Reibar estaba muy confundido, pero ahora no era el momento de pensar en estos temas. En cualquier caso, podía esperar a que se despertara y dejar que se lo explicara él mismo. Lo más importante ahora era si podía despertarse y cuándo podía despertarse.