65.- Esto debe ser una pesadilla.

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Miranda


Camine sin voluntad hacia el Audi donde me estaba esperando Pat, aun no entraba en él. Seguía lloviendo y estábamos empapados, tomo mi mano impidiendo que subiera, miro mis ojos que no dejaban de derramar lágrimas y me dedico una tierna y compadecida mirada.

—Deja que pase toda esta conmoción de la perdida de sus padres, está dolido, no está pensando con claridad.

— ¿Escuchaste lo que me dijo? —pregunte sollozando tratando de controlar las lágrimas pero era inútil. Pat asintió meneando la cabeza.

—Insisto, trata de ser fuerte, estarás con él para apoyarlo en esta pérdida al igual que a sus hermanos, no lo dejaras solo y se dará cuenta de que se equivocó, es normal que desconfié de todo el mundo...trata de ponerte en su lugar, acaba de ver morir a sus padres a unos metros de él, está hablando con el dolor dominándolo.

—Y me está lastimando, Pat.

—Lo sé preciosa, pero solo por esta vez entiendo que su dolor es más fuerte y abrasador, intenta olvidar lo que acaba de decirte y ejerce tu papel de novia comprensiva y cariñosa...ahora es cuando más lo necesita, cuando todo esto pase te lo agradecerá—Pat tenía razón, siempre sabía que decirme, mi vida sin él sería un auténtico desastre de sufrimiento y arrebatos impulsivos que él había impedido muchas veces. Deje subir a Pat a la parte trasera y subí al Audi poniendo el cinturón de seguridad, marque el número de teléfono de la mansión y hable al manos libres.

—Jackson; dile a Jessica que despierte a Iker y a Isabella, llegamos en veinte minutos—Jackson afirmo del otro lado del teléfono y colgué. No conduciría rápido, no quería llegar a la mansión para enfrentarnos a la pequeña Isabella. Como le dices a una niña de siete años que sus papás murieron, no hay palabras para hacerlo, no existe expresión y reacción para comunicar algo de esa magnitud.

Alec se mantuvo en silencio mirando hacia la ventanilla todo el camino hasta la mansión, cuando estacione el Audi en la entrada, nos quitamos el cinturón, quería darle la mano para hacerle saber que me tenía, que no lo dejaría solo para que enfrentara a su hermanos, pero no sabía si rechazaría mi contacto, me arriesgue tomando su mano, me miro sorprendido pero no retiro la mano, suspire ruidosamente e imprimí toda la ternura que había en mi cuerpo para mirarlo, parpadeo tratando de retirar el enojo y la tristeza de sus ojos y poder corresponderme con una mirada llena de dolor.

—Estamos juntos en esto amor...afrontaremos y superaremos esto juntos...tu dolor es mi dolor y no te dejare solo...—dije con el nudo de la garganta ahogándome, me estaba obligando a no llorar, necesitaba estar fuerte para el momento de encarar a los hermanos Hoffmann, después de todas esos sentimientos y dolor casi había olvidado que estábamos escurriendo empapados, junto con Patrick. Lo que me importaba era que la fortaleza y la resignación del hombre que amo no se esfumaran. Alec esbozo lo más parecido a una leve sonrisa de consentimiento—Te daré fuerza si es que la necesitas, te daré apoyo para afrontar esta perdida, te daré las palabras que necesitas para hablar con tus hermanos y te daré valor para afrontarlos...todo lo que necesites puedes tomarlo de mi Alec—mi voz sonaba muy débil y la verdad era que así me sentía, primero la evidente culpa por haberles obsequiado el coche, las palabras de Alec antes de subir al Audi y el dolor de tener que confrontar a sus hermanos para darles la horrible noticia.

—Gracias—dijo casi en un susurro lleno de dolor. Bajamos del Audi, caminando hacia las escaleras de la entrada, era cerca de la media noche, la mansión estaba muy bien custodiada por mi gente de seguridad, entramos en la casa y Jackson nos recibió.

PREFIERO MORIR ©Where stories live. Discover now