2.- Tio Michael.

8K 524 5
                                    

Tío Michael había trabajado mucho para protegerme de la justicia cuando entre en el negocio, identidades falsas, pasaportes e identificaciones modificadas, muchas cuentas bancarias en el extranjero donde las grandes cantidades de dinero se encontraban resguardadas en diferentes países para no levantar sospechas sobre la rapidez con la que aumentaban los números en cada cuenta, varias empresas legales entre ellas constructoras, acciones mayoritarias en casas de moda de prestigio, cadenas hoteleras de 5 estrellas con mucho éxito, y cadenas de restaurantes con franquicias en la mayor parte del mundo además de una cadena de comida rápida que se extendía a lo largo de Norteamérica ya que esta era más reciente, pero estaba teniendo mucho éxito, todo esto para tener una vida con la misma calidad que la mafia ofrecía en caso de que todo el “negocio familiar” se viniera abajo, además tenía comprada a mucha gente con puestos importantes en las organizaciones de gobierno más influyentes, trataba de mantenerme lejos de la lupa de los buros de investigación más importantes que por años habían estado detrás del apellido Anderson.

Tuve que aprender las técnicas de la policía e investigación especial entrando en la CIA con una falsa identidad para saber con detalle cómo funcionaba y poder usar sus recursos contra ellos mismos, gracias a toda la gente corrupta que logramos comprar no fue difícil y después desaparecí sin dejar rastro alguno, como si nunca hubiese estado adentro.

Era de las pocas mujeres en la mafia, sin embargo era la más importante la “hija de Max Anderson” ese título lo merecía de familia, pero el respeto me lo había ganado a pulso ya que era estricta, frívola y calculadora con todos los hombres con los que trabajaba, con las mujeres era un poco más comprensiva.

—Hola tío, cenaremos juntos hoy, tengo que darte unos informes—dije al manos libres mientras salía del edificio poniéndome mi abrigo, era verano, pero estaba lloviendo y el viento soplaba haciendo que la piel descubierta debajo de mi falda de tubo se erizara al contacto con el frio húmedo.

—Si cariño, ¿dónde te parece bien?

—En mi casa tío, te veo en 20 minutos—dije terminando la llamada subiendo a mi auto deportivo del año, no podía negar que todo lo que llevaba de vida había estado llena y rodeada de lujos, todo lo que quería solo hacía falta pedirlo, casas y departamentos en casi cualquier parte del mundo, viajes, autos, eventos exclusivos, ropa y calzado de las casas de moda con más prestigio, fiestas de cumpleaños memorables, membresías casi imposibles de conseguir, entre muchas otras cosas, en pocas palabras la vida que llevaba era bastante cara y ostentosa. Conduje hasta mi casa en uno de los condominios más caros de Nueva York, deje el auto en el porche y entre a la casa haciendo ruido con mis tacones en las baldosas de la entrada.

—Hola Jackson, ¿ya está tío Michael en casa?—pregunte al mayordomo que justo cuando cerré la puerta de mi auto ya había abierto la puerta de la gran mansión, le entregue el abrigo y mi bolso caminando hacia el interior.

—Si señorita Miranda, ya la espera en el comedor.

—Gracias Jackson, por favor informa a la cocina que en 20 minutos pueden servir la cena.

—Claro, como usted ordene—entre al comedor donde ya estaba mi tío que al verme se levantó de su asiento con una ancha sonrisa en el rostro.

—Cariño todos los días te ves así de hermosa—dijo con tono paternal y me abrazo fuertemente sin lastimarme.

—Eso es lo que dicen en las calles tío—dije sonriendo separándome de el para sentarme en la silla que estaba a un costado de él.

—Tienes el buen gusto y la belleza de tu madre Miranda, tu padre estaría muy asombrado de el gran parecido que tienes con ella—mi cabello castaño obscuro y mis ojos marrones con destellos rojizos eran los mismos que mi madre tenía.

—Si lo sé, es una verdadera lástima que no está aquí para verlo—dije casi en un susurro.

—Estoy seguro de que esta siempre contigo cariño—dijo tomando mi mano para luego soltarla.

—Pero dime cariño, ¿cuáles eran los informes que querías entregarme?

—Jackson…—llame a mi mayordomo para que me llevara la carpeta ya que la había dejado en el bolso de mano que le entregue cuando llegue, le hice una seña y de inmediato supo que era lo que quería, regreso casi fugazmente con la carpeta negra de piel y me la entrego para luego retirarse.

—Informes y buenas noticias tío, estos son los números de las cuentas en Italia están subiendo de manera exorbitante así que tuve que sacar algo de dinero de ahí y abrir una nueva en otro estado—dije mientras hábilmente señalaba las cantidades de muchas cifras en los papeles, mi tío me miraba expectante y paternal, ¿orgulloso quizá? No lo sé, pero no le quise dar importancia a la mirada hasta que hubiese terminado.

—Estas son de todas las demás cuentas, también están subiendo pero podemos estar tranquilos por ahora, además se me ocurrió que podríamos abrir otro hotel en Dubái, ya hice los estudios correspondientes y creo que sería una buena inversión, además pensé en fusionarlos…hotel y restaurante en el mismo lugar, ¿qué te parece? —mire a mi tío esperando que contestara y esbozando una gran sonrisa comenzó a hablar.

—Me parece que aprendiste bien, en este punto es donde me doy cuenta que el alumno supero al maestro.

—Todo lo que se, es gracias a ti tío.

—Y a tu terquedad cariño, aunque para serte sincero creo que habría sido un desperdicio dejarte fuera del negocio—sonreí plácidamente y comenzó a hablar de nuevo.

—Creo que es una excelente idea cariño y sabes que la apoyo incondicionalmente.

—Ok entonces comenzare a mover a la gente de las constructoras, ya tengo todas las ideas en mi cabeza, te avisare cuando esté listo para que vayamos a la gran inauguración—le sonreí mientras empezaban a servir la cena.

PREFIERO MORIR ©Where stories live. Discover now