51.- Era orden, no una opción.

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Miranda


Corrimos por el pasillo escuchando como la lluvia de balas no cedía, Alec me llevaba en brazos y me sentía inútil, delante de nosotros iba Evan que llevaba a Grecia de la mano para que corriera más o menos a su ritmo, detrás de nosotros Patrick y tío Michael cargaban sus armas, llegamos a la planta baja, y antes de salir escuchamos a tío Michael gritar por encima de todo el estruendo de las balas azotar con las paredes de la mansión.

— ¡Escuchen, en treinta segundos dejara de disparar para volver a recargar, tendremos tan solo treinta segundos para llegar a los autos y salir de aquí! ¿Entendido? —asentimos a modo de confirmación­.

—Alguien podría darme un arma—espete en voz alta.

—Los cubriremos, Miranda—dijo Patrick contando el tiempo en su reloj de mano.

—Alec me lleva en brazos y estamos demasiado expuestos así, o me dan un arma o me bajare y correré por mi cuenta—dije decidida, me miraron con recelo por mi terquedad.

—Carajo Miranda, se te ocurre ser terca en este momento.

—Mierda Pat, dame una estúpida arma—me extendió un arma que saco de su espalda, la cargue y mire a Alec que negaba con la cabeza.

—Listos para salir en 3...2...1—dicho esto, el ruido se detuvo y salimos por la gran puerta. En el suelo había restos de manera, de vidrio y cuerpos de hombres muertos, más de nuestra gente nos cubría mientras íbamos corriendo en dirección a donde se supone que habían dejado los autos, dentro del alcance de mi vista, observe tres helicópteros, uno sobrevolaba en el mismo lugar, otro se alejaba y el que nos disparaba cambiaba de dirección para poder dispararnos hacia dónde íbamos corriendo, observe al piloto del helicóptero que estaba muy por debajo de donde se está permitido sobrevolar, el mismo que nos disparaba no llevaba casco y la Miranda asesina tuvo una idea.

—Alec, detente—le dije al oído.

—Claro que no, te necesito viva, linda—si no se detenía no podía llevar a cabo mi plan contra el piloto, seguramente no acertaría.

—Era una orden, no una opción, Alec ¡detente! —sin embargo no se detuvo siguió corriendo haciendo caso omiso de mis palabras, me desespere y de un salto me libere de los brazos de Alec cayendo al suelo dolorosamente sobre mis pies descalzos, me incorpore y corrí unos metros en dirección al helicóptero tratando de esquivar los obstáculos en el piso, a mi espalda escuche los gritos de Grecia que no entendía lo que decían y a Patrick.

—Demonios, Alec ve por ella, quedan tan solo diez...nueve—dijo Pat enfurecido y preocupado, me detuve firme a una distancia considerable, apunte con elegancia hacia el vidrio del helicóptero y dispare cuando Pat comenzó a contar a los lejos.

—Mierda, Miranda...cinco...cuatro...—jale el gatillo, mi bala atravesó el vidrio y dio en mi objetivo, atravesando también la cabeza del piloto, justo después de que este presionara el botón que accionaba las armas de nuevo, todo paso como en cámara lenta, después de disparar y notar que había triunfado en mi intento, Alec se tiro sobre mí, salvándome de manera magistral de la lluvia de balas.

—Mierda, Miranda ¿acaso pretendes morir? —sonreí por mi triunfo y por tenerlo encima de mí, la adrenalina me hacia sonreír como estúpida después de haber acertado en mi blanco. Alec estaba agitado por haber corrido detrás de mí, me tomo en brazos de nueva cuenta para alejarnos de lugar donde el helicóptero se desplomaría, se echó a correr una vez más, reprendiéndome por mi acto, en esta ocasión llegamos a los autos, todos me reprendieron por lo que para mí era una gran hazaña.

—Por favor, no me paso nada y logre mi cometido, no soy una niña—dije despreocupada mientras me miraban enojados y negaban con la cabeza.

— ¿No cambiaras nunca verdad, Miranda?—pregunto Pat pasando una mano por su cabello que ya se encontraba alborotado.

PREFIERO MORIR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora