PREFIERO MORIR ©

6.- El mejor candidato.

Eran finales de Agosto y el otoño se sentía cada vez más crudo, vientos helados que indicaban que el invierno se acercaba a pasos agigantados, lo naranja que se tornaban las hojas de los arboles tapizando el suelo que se convertía en una crujiente alfombra. Nos encontrábamos a dos días de la gran inauguración del hotel que había planeado en Dubái y justo esa tarde tomaríamos nuestro vuelo tío Michael y yo. Alec llevaba cerca de dos meses trabajando para mí y para ser justa era excepcional en lo que hacía, incluso congeniaba perfectamente con mi tío, charlaban y bromeaban como si tuvieran años de conocerse y mi tío le había dado atribuciones extras por la simpatía que había entre ambos. Yo pasaba la mayoría del tiempo con él, eso dio paso a que nos conociéramos mejor y que incluso mi tío considerara darle el visto bueno como mi pareja sentimental. Deje de divagar entre mis pensamientos cuando mi teléfono celular emitió la melodía de llamada entrante.

—Hola cariño, ¿qué tal tu día? —pregunto mi tío del otro lado de la línea con un tono un poco agitado.

—Bien tío, y el tuyo no parece que vaya muy bien, ¿acaso estas molesto?—dije analizando el tono de voz que emitía.

—Que bien me conoces cariño, pero sí parece que algo salió mal con el embarque que va a Colombia, tengo que arreglarlo, y llamaba para decirte que te alcanzare en Dubái, probablemente…mañana por la mañana.

— ¿Qué? Bueno eso, es…está bien, gajes del oficio, promete que estarás haya mañana, por favor.

—Si cariño te lo prometo, pero no te iras sola hoy, ya me encargue de eso—fruncí el ceño con expresión de duda en el rostro al escuchar la afirmación de mi tío.

—Hable con Alec y acepto encantado partir contigo hoy por la tarde a Dubái, de hecho debe estar llegando a tu oficina en estos momentos—y por coincidencia o acción profética, tocaron suavemente la puerta de mi elegante oficina, abriendo la puerta y asomando un poco el rostro lo vi, pude distinguir esos ojos verdes y su cabello que se encontraba algo despeinado.

—Hola Miranda, ¿puedo pasar?—le hice una seña con la mano para que pasara.

—Si tío de hecho acaba de llegar, pero enserio ¿él fue el mejor candidato para acompañarme a Dubái? —la verdad era que la idea de viajar con el me parecía maravillosa, pero quería molestarlo y divertirme un rato, primero muerta antes de aceptar que ese hombre estaba ganando terreno en alguna parte de mí. Note como Alec alzaba una ceja como cuestionándome.

—Si princesa, sabes que se ha ganado mi confianza, quiero que él te acompañe y aprovechamos para que cuide de ti, tengo que irme los problemas no se resolverán solos.

—Está bien tío, solo porque insistes iré con él, cuídate mucho por favor—colgué la llamada para dirigirme a Alec que se encontraba sentado en la silla del otro lado de mi escritorio.

—El señor Michael te dio la maravillosa noticia de que viajare contigo.

—Si y no sé qué tiene de maravillosa Alec—dije despreocupada mientras acomodaba unos papeles que llevaría a Dubái en una carpeta y revisaba los últimos detalles.

—Pues ya sabes, tu…yo…Dubái, eso suena bastante bien para nuestra primera cita ¿no? —levante la mirada para ver su divertida expresión, sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

—Supongo que cualquiera se habría vuelto loca por una propuesta como esa viniendo de ti Alec.

—En efecto Miranda, pero la única que me interesa que se vuelva loca por tener una cita conmigo eres tú y por lo que veo eso está muy lejos de pasar—su tono de voz era pícaro y divertido así que no sabía si estaba hablando enserio y le reste importancia pero me relaje antes de contestarle, para darle una respuesta inteligente que lo confundiera, cuando ponía cara de confusión se veía muy tierno e incluso inocente.