54.- Sedantes.

1.6K 159 8
                                    

Miranda


Observe a Grecia, tenía el semblante de estar revelando un asesinato o un secreto muy obscuro, quizá porque Evan y yo anduvimos formalmente en la preparatoria, pero ella nunca me comento nada, si me hubiese dicho que se sentía atraída por el yo jamás hubiese aceptado andar con Evan.

—Hey, mírame—le dije en un susurro a Grecia que levanto la mirada para encontrarse con la mía. — ¿Evan? —pregunte esbozando una sincera sonrisa, de verdad me alegraba que sintiera algo por él, harían una linda pareja. Grecia asintió levemente con la cabeza alzando la comisura de sus labios en una hermosa sonrisa— ¿Y porque parece que me estuvieses confesando que te interesa Alec? —pregunte divertida codeando sus costillas.

—Bueno...ya sabes...porque...tú y Evan tienen un pasado...como pareja—dijo haciendo pausas entre cada palabra, esto era una novedad para mí, ver a Grecia hablándome como si fuera a lanzarme sobre ella como una total fiera, me sorprendía.

—Eso es pasado y nada más...y si en ese entonces me hubieses contado lo que sentías, yo jamás habría aceptado andar con él—dije levantando la mano como haciendo una promesa irguiéndome en mi lugar.

—Bueno, tampoco me interpondría entre ustedes, Evan estaba loco por ti y sería muy injusto de mi parte quitarle la posibilidad de estar contigo, tú también lo querías así que digamos que fue un acto de buena voluntad—dijo como recordando nuestros tiempos de preparatoria.

—Bien, bien...pero es pasado, Grecia, déjalo ahí...ahora es diferente, yo no podría estar con nadie más que no fuese Alec, él es mi presente y anhelo que sea mi futuro...nada me haría más feliz—hable gesticulando un estúpida sonrisa, esa misma estúpida sonrisa que se adueñaba de mi rostro cuando hablaba de Alec.

—Miranda estas enamorada, estúpidamente y perdidamente enamorada de Hoffmann, escucharte decir esas cursilerías es tan extraño, normalmente la que dice cursilerías soy yo—dijo reprimiendo una risita totalmente divertida, le reprendí con el cojín de nuevo.

—¿Y qué hay de ti, señorita acusaciones? Estas más que interesada en Evan y no puedes ocultarlo, por lo menos ya no más—resoplo de manera totalmente audible.

—No quiero ocultarlo, por eso te lo estoy diciendo...pero no sé si en este momento sea correspondida, por lo que he sabido él regreso para reconquistarte, Miranda—objeto desanimada.

Evan no lograría nada tratando de reconquistarme, Alec, había hecho bastante bien su trabajo de conquistarme como para poder fijarme en alguien más.

—Puedo asegurarte que después de hoy no pretenderá nada más conmigo, por lo menos no después de lo que nos dijo a Alec y a mí en la habitación de Henry, antes de salir de ahí...no tienes idea de cuánto me alegro de que así sea, debiste ver como discutían, en una ocasión pelearon aquí en mi habitación terminaron apuntándose con sus armas, se dejaron irreconocibles—dije sonriendo divertida, recordando, ahora sonreía pero ese día sentía que el corazón se me salía por la boca del susto. Grecia rio junto conmigo imaginándose como puedo haber sido.

— ¿Enserio llegaron a tanto?

—Sí, parecían dos niños, tío Michael tuvo que intervenir y aunque a la fecha no sé qué les dijo, debió de haber funcionado, no volvieron a golpearse—dije aspirando profundo, para recuperar el aire de los pulmones a causa de estar riendo.

—Pues los últimos días estuvieron muy amigables uno con otro, inclusive parecían amigos...creo que tu secuestro los unió, hicieron una tipo tregua, es una lástima que hayan tenido que secuestrarte para que ambos se dieran cuenta de que podían llegar a ser colegas, compañeros y porque no amigos—dijo Grecia como si eso fuera lo más lógico y normal y yo me quede imaginándolos trabajando juntos, hablando sin pelear habría sido algo épico.

PREFIERO MORIR ©Where stories live. Discover now