¿Vergüenza? Nunca

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-¿En serio?

-Si me avergonzara, no estaría contigo -le dije con indiferencia encogiéndome de hombros -tampoco me sentaría delante de medio colegio a conversar contigo en el patio.

-¿Me alegro? -sonrió burlona.

-En todo caso, quizás tú deberías avergonzarte de mí ¿no? -bromeé.

-A veces -contuvo a medias una sonrisa.

Giró la cabeza para mirarme. Ella estaba sentada en la banca y yo descansaba echado a su lado. Rió al ver mi expresión.

-Hablando de eso -me puse de pie de un salto y me paré delante suyo -No te importa si la gente se entera ¿o sí? ¿Cómo funciona la cosa? O quieres mantenerlo entre nosotros e ir diciéndole poco a poco a la gente o no sé qué tontería similar. Que conste que ya le conté a mi hermanito.

-¿Ah sí? ¿Qué dijo? -sonrió enternecida, ignorando la primera parte de mis preguntas.

-No mucho. Me imagino que te lo presentaré -me encogí de hombros -puede parecer muy tierno, pero el peque puede llegar a ser un fastidio.

-Tu sonrisa dice otra cosa -observó.

-No le hagas caso a mi sonrisa. Le tendré cariño al enano (y eso no es algo que suela admitir) pero de que puede ser una joda, puede serlo.

Valerie rió divertida.

-No me respondiste la pregunta -le recordé.

Clavó sus preciosos ojos en los míos.

-Puedes decirle a todo el colegio, si quieres -me aseguró.

-¿Estás convencida? -contuve una sonrisa.

-Sí... -me miró como sospechando algo.

-Perfecto -le dediqué una sonrisa.

-Castiel... ya me asustaste ¿en qué estás pensando? -me estudió con un par de ojeadas.

-Tú ve a clase tranquila. O mejor, quédate.

-Definitivamente sé que debería preocuparme. ¿Qué vas a hacer?

Sonriendo engreídamente le indiqué con un gesto que prestara atención. Me alejé a buen paso en dirección al cuartito. Pude sentir la mirada de Valerie clavada en mi espalda.

-¿Hernán? -llamé a mi mejor amigo por teléfono -aléjame al director de su oficina por favor. Solo unos minutos ¿sí?

Sin dudarlo, accedió y poco después escuché un jaleo que se armaba en el patio. Por los gritos que me alcanzaban me imaginé que Hernán había simulado una pelea. No pude contener una sonrisa. No pasó mucho rato antes de que el director saliera disparado de su oficina a la que me metí sin perder un instante. Apoderándome del micrófono que daba al amplificador me aseguré de que estaba encendido. Dándole un par de golpecitos comprobé el sonido.

-Hola a todos -el grito del director llegó hasta su oficina y tranquilamente cerré la puerta con llave para asegurarme de que no me interrumpiera -¿Ven a esa linda chica en el patio que probablemente esté muriendo de vergüenza o con cara de que me va a matar? Valerie, espero que sigas por ahí porque sino todo el mundo te va a estar buscando por las puras. Bueno gente, esa chica es mía. O yo soy suyo. Aún no entiendo cómo funciona esto de estar con alguien del todo. El punto es que es mi novia. Solo quería contarles. ¡Ah! Y añadir que no podría estar más orgulloso -escuché que empezaban a golpear la puerta -Ya han venido a castigarme. Por lo visto estaré en problemas. No importa, valió la pena. Valerie, te encuentro donde siempre. ¡Muéranse de envidia todos los demás!

Dejé caer el micrófono y un chillido espantoso resonó en los amplificadores del colegio. Aprovechando, escapé por la ventana de la oficina y salí a buen paso, sin mirar atrás en dirección a los jardines. Riendo entre dientes, escuché sus maldiciones. Naturalmente sabía que el culpable era yo, pero no tenía como probar nada, al menos de momento. Claro que me castigarían de todas maneras.

-¡¿Qué has hecho?! -Valerie me recibió con una sonrisa que se contradecía con su tono de reproche.

-¿No te siguieron? -la miré sorprendido tomándola de la muñeca y obligándola a esconderse conmigo detrás de unos arbustos.

-Medio colegio lo intentó. Supe evadirlos -me explicó con orgullo.

-¿Cómo? -eché un vistazo a nuestro alrededor.

-Soy magnífica.

Me giré nuevamente hacia ella y no pude evitar sonreír.

-No estás nada mal, angelito.

-Sé que soy mucho mejor que eso -alzó el mentón.

-¿Ah sí?

-Si no, no estarías conmigo -dijo confiada.

-Muy buen punto -fingí meditarlo.

-Es la primera vez que no me dices "angelito" sin algún dejo burlón -notó.

-Me has lavado el cerebro.

-Se nota -se burló -has hecho un tremendo escándalo. ¿No te arrepientes? -rió.

-Ni una pizca. Tu sonrisa hace que valga la pena -me detuve unos instantes dándome cuenta de lo que acababa de decir -finjamos que jamás hice ese comentario.

-Eso cuesta un beso -comentó coquetamente.

-¿Cuesta? -me burlé en broma -Deberías estar regalándome besos al por mayor por el hermoso gesto que he tenido contigo.

-Creí que era desinteresado -se hizo la inocente.

-Eres un fastidio -la rodeé de la cintura con un brazo y la pegué a mí.

-Eso es lo que sucede si pasas mucho tiempo con el chico malo -se encogió de hombros.

-¿De veras? Yo creí que el que estaba cambiando era yo, de tanto pasar tiempo con una chica buena.

-Me dirás "angelito", pero no hago milagros -bromeó.

-Lograste hacer que hiciera algunas tareas. Mi mamá llamaría a eso un milagro.

Valerie rió, recostándose contra mí unos instantes dejándose jalar.

-Sospecho, sin embargo que el milagro no va a repetirse -alzó sus ojos hacia los míos.

-Ya veremos...

Iba a añadir algo más cuando el timbre me interrumpió. Valerie me miró entristecida.

-Tengo que ir a clases -se puso de pie.

-Prepárate para el interrogatorio -reí.

-Seré valiente -fingió solemnidad en tono bromista.

-No esperaría menos de ti.

-¿Tú qué harás? -me preguntó dando los primeros pasos que la alejaban de mí.

-Me parece que tengo que hacerle una pequeña visita a nuestro querido director.

-No la pasarás muy mal ¿o sí? -me miró preocupada.

-Nah -hice un gesto despectivo -en todo caso, él será quien se lleve un mal rato.

Riendo, Valerie se apuró en alejarse para no llegar tarde a clase. En cuanto la perdí de vista solté un suspiro. Ahora sí que estaba en problemas. Si el director decidía ponerme el castigo fuerte, podían llegar a ser diez puntos. Y eso, podría significar que me expulsaran. Mierda.

The Real Bad Boy (PUBLICADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora