Temas de familia

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Su mensaje avisando que llegaría en cinco minutos me sirvió casi como despertador. Tenía demasiada flojera como para correr así que me tomé la molestia de asumir que no le importaría acompañarme mientras desayunaba. Estaba vaciando los bolsillos de un par de pantalones que estaban tirados por ahí en busca de monedas (y encontrando de paso cigarrillos, un par de encendedores y basurita) cuando escuché cómo sonaba el timbre. Abrí la puerta de mi cuarto y pude oír la puerta abrirse y a mi hermanito saludar con emoción a mi novia. Me relajé sabiendo que el enano la recibiría bien.

-¿Y tu hermano? -preguntó Valerie con dulzura.

-Aún ni baja a desayunar -me acusó el muy traidor.

Se suponía que yo se lo diría bonito. Valerie rió antes de decirle algo más que no alcancé a oír. A duras penas logré distinguir sus pasos hacia la cocina. Maldito enano suertudo. Saldría ganando de esto. Riendo entre dientes terminé de arreglarme. Bajé la escalera sin hacer mucho ruido.

-¿Puedo preguntarte algo serio?

Me detuve en el último escalón al oír la pregunta de Valerie al peque. Esto podía ser divertido. Desde donde estaba podía ver por la entre abertura de la puerta la cocina. El microbio estaba comiendo algo que parecían waffles mientras Valerie le acariciaba cariñosamente el cabello.

-Claro -mi hermanito estiró el cuello para poder regalarle una sonrisa.

Valerie se la devolvió, enternecida. Noté que dudaba unos instantes antes de preguntar. ¿Qué estaba pasando por su mente? Me pregunté una vez más si no debería entrar pero decidí forzar mi paciencia y aguardé junto al pie de la escalera.

-¿Extrañas a tú papá?

¿Qué mierda? Sentí como se tensaban los músculos de mi cuello. ¿Qué carajo se metía en mi vida familiar? Peor aún ¿Cómo diablos se le ocurría hablarle del asunto a mi hermano? Si tenía tanta curiosidad podía hablar conmigo pero no tenía porqué meter al enano en el asunto. Casi me abalancé hacia la cocina. La respuesta de mi hermano me detuvo casi en seco.

-Casi no lo conocí -la calma y el relajo en su tono me tranquilizaron un poco.

Con cuidado de no hacer ruido me acerqué a la puerta asomándome ligeramente.

-¿En serio?

Apreté los puños al oír la pregunta de Valerie. ¿Qué buscaba? Me forcé a mantenerme en silencio. De pronto me di cuenta de lo mucho que me interesaba su respuesta. Jamás habíamos hablado de nuestro papá y no tenía la menor idea de lo que mi hermanito sentía o pensaba al respecto. Nunca le había dado importancia dado que nunca pensaba en el tema. Por primera vez me pregunté el por qué.

-Sip -contestó el enano -Ni sé cuándo se fue. Mami me dijo alguna vez, pero creo que no le gusta hablar del tema así que no le pregunté. No me acuerdo de él.

-Ah...

-Creo que en todo caso le afectó a Castiel -continuó el peque antes de que Valerie pudiera decir algo más -Aunque creo que ni le importó. No sé.

-¿Nunca has querido un papá?

-¿Para qué?

Su respuesta me dejó helado. Por lo poco que podía ver, Valerie estaba igual.

-¿Cómo? -inquirió perpleja mi novia.

-¿Para qué quiero un papá?

Valerie balbuceó incapaz de hallar las palabras adecuadas.

-¿Qué hace un papá? -preguntó el peque.

-Oh bueno... pues un papá te cuida, te quiere, te enseña, te protege...

The Real Bad Boy (PUBLICADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora