Conversaciones imprevistas

Start from the beginning
                                    

-El que quedó mal fui yo. Debí haberte dicho. Lo siento, angelito. En serio. Y si te sientes muy incómoda en la misma casa que ella, nos podemos ir.

-No digas tonterías.

-Estoy hablando totalmente en serio.

-¿Hace cuánto? -preguntó muy suavemente.

-Hace dos años... un poco menos, un poco más...

-Solo fue...

-...¿una pasada de copas? -completé por ella la frase -total y absolutamente. Si nos hubiéramos reconocido o al menos hubiéramos sido conscientes de lo que hacíamos jamás habría pasado.

Valerie soltó un suspiro como queriendo deshacerse de toda posibilidad de llanto de una. Tomó un poco más de agua.

-¿Fue tu primera? -sonó más calmada y hasta algo curiosa aunque un leve temblor me reveló que la respuesta a esa pregunta significaba bastante para ella.

-No -contesté con sinceridad.

-¿Te acuerdas de quién fue la primera? -recuperó su tono burlón.

Tras dudar unos instantes, asentí. Intercambiamos una rápida sonrisa.

-Perdona por no haberte contado... el tema jamás salió a conversación y ni le di importancia.

-¿Cómo puedes no darle importancia a algo así? -pareció horrorizarse.

-Porque no significó casi nada más que un buen rato. No la quería de esa manera ni la quiero de esa manera -me encogí de hombros.

Valerie frunció el ceño y se giró hacia su pizza que probablemente se estaba enfriando. Sin muchas ganas comió un poco antes de volver a dejarla en el plato.

-Hubiera sido un poco raro que me lo contaras de pronto -susurró como admitiéndolo de la nada.

-Exacto. No creo que quieras que te cuente mis... -medité un instante cómo debía llamarlos -¿encuentros?

-No -se apuró a decir con firmeza -con saber de uno he tenido bastante.

-Lo lamento, angelito.

Me sonrió rápida y levemente.

-Si quieres ve yendo -me dijo con calma.

-¿Y tú?

-Prefiero terminar mi pizza aquí. Luego voy.

-Me quedo contigo entonces.

-Aún quiero tener un rato sola, Castiel -me miró apenada como preocupada de fastidiarme.

No pude evitar sentirme algo dolido. Debió reflejarse en mi rostro porque su expresión se dulcificó.

-No estoy molesta -me aseguró -ni un poquito. Es solo que... aún no sé cómo manejarlo. Estoy dolida, no digo que sea tu culpa -se apuró en añadir al ver mi cara -pero me siento dolida. Necesito pensar y relajarme. A solas.

Asentí y me paré lentamente, sin ningún ánimo de hacerlo.

-¿Solo estás con las chicas por diversión, entonces? -preguntó en un susurro cuando me volteé.

Estaba de espaldas a ella pero el dolor en su tono me lastimó. Yo estaba causando todo eso.

-El punto es que jamás estaba con ellas -susurré antes de girarme hacia ella nuevamente -Y si estás pensando en ti, pues claro que me divierto contigo pero no de esa manera, no a costa de ti. Me divierto contigo conversando y bromeando. Ya te lo dije, esto no es un juego para mí. Necesito que me creas.

-Te creo -me aseguró con total sinceridad.

-Bien -murmuré.

-Te doy el alcance en un ratito ¿Sí?

-¿De verdad no prefieres que me quede?

Negó con la cabeza.

-Pero sí quiero un beso -murmuró con una sonrisa tristona.

Le devolví la sonrisa e hice lo que me había pedido.

-¿Todo está bien? -sentí un nudo en mi garganta.

-No del todo -admitió sin problemas -pero nada está mal.

-Valerie... -había súplica en mi tono.

Me sentía patético. La situación era hasta algo patética.

-Esa no es la actitud que me gusta en mi chico malo -me reprendió cariñosamente.

-¿Me perdonas?

-No hay nada que perdonar... salvo que no me dejas comer en paz mi pizza -bromeó aunque fue claro que había dicho en serio lo primero...y quizás también lo segundo.

Reí entre dientes y levanté las manos indicando que me rendía. Retrocedí un par de pasos mirándola fijamente antes de girar y cambiar mi objetivo... Tomás.


The Real Bad Boy (PUBLICADO)Where stories live. Discover now