"¿Dónde nos metemos ahora?" Eso fue lo que me preguntó la mirada de Valerie en el instante en el que empezamos a reaccionar por lo dicho por Andrei. La única que parecía realmente paralizada era Mónica. Todos empezamos a ponernos de pie. Valerie me tomó de la mano señalándome que debíamos alejarnos. Yo le lancé un vistazo a Mónica. Ella lo notó y asintió con levedad. Con Valerie fuimos los primeros en alejarnos. Los demás no tardaron en seguir nuestro ejemplo. No tardamos en dispersarnos. Miré una última vez sobre mi hombro hacia la fogata y pude distinguir cómo Andrei se acercaba a Mónica y con cuidado se acomodaba frente a ella, forzándola casi a mirarlo.
-No puedo creerlo -oí a Valerie enfatizar cada palabra a mi lado.
-Yo menos.
-Esto es serio.
-¿Estás hiperventilando? -la miré extrañado, centrando mi atención en ella.
Había empezado a caminar dando vueltas en pequeños círculos o a mi alrededor.
-Creo que sí -contestó -Dios mío...
Oí que empezaba a murmurar por lo bajo, como hablando para sí misma, lanzando de cuando en cuando una mirada hacia atrás pero obligándose rápidamente a apartar los ojos de Andrei y Mónica.
-Hey... ¿Qué tienes, angelito? Creo que estás más nerviosa que si te hubieran dicho lo mismo a ti -bromeé.
-¡Obvio! -exclamó -¡Es mi amiga! Pobre... solo de imaginarme cómo se siente... uf...
-¿Tú crees que ahora estén juntos?
Valerie detuvo sus pasos nerviosos un instante meditando mis palabras.
-No sé. Quizás no. Creo que estaban intentando dejarlo.
-¿Qué?
-Tal y como oyes.
-¿Por qué se complican tanto? -solté un bufido.
-Porque se quieren -me miró como si fuese más que evidente.
-Ya pues. Él la quiere ¿no?
-Sí -asintió.
-Ella lo quiere ¿verdad?
-Eso mismo.
-¿Entonces?
-No es tan fácil.
-No veo cuál es el puto problema -me quejé.
-Eso es cosa de ellos -me aclaró mi novia con más paciencia de la que probablemente yo mismo me habría tenido -A nosotros como amigos nos toca apoyarlos en lo que decidan hacer.
Estaba por contestar cuando empezó a golpearme insistentemente el brazo.
-¿Qué ocurre? -la miré extrañado.
-¡Vienen para acá!
-¿Qué demonios?
Con las justas llegué a hacer el ademán de asomarme antes de que Valerie me detuviera. Como pudimos nos escapamos intentando pasar desapercibidos.
-¿Dónde se han metido los demás? -me quejé entre dientes.
-Ni idea -se encogió de hombros.
-¿Vamos al cuarto? -pregunté sin saber muy bien qué decir o hacer.
-Aunque amaría aceptar esa propuesta, corremos el riesgo de luego perdernos de todo.
-¿Insinúas que podría distraerte? -sonreí ufano y burlón.
Valerie se giró hacia mí atacándome con la mirada.
-Tranquila -reí.
-Quiero saber qué está pasando -protestó.
-Podemos acercarnos e intentar oír algo -ofrecí.
-Eso estaría mal -me reprendió.
-También lo quieres -canturreé solo para fastidiarla.
-¡No! No me tientes. Son conversaciones privadas. Pri-va-das.
-Bah -hice un gesto de fastidio -como si Mónica no les fuera a contar cada detalle.
Valerie abrió la boca como para protestar y se vio obligada a cerrarla al no saber bien qué responder. Ambos intentamos mirar hacia nuestro lugar anterior. Intercambiamos una mirada sorprendida al notar que Andrei y Mónica ya no estaban ahí.
-Deberíamos seguirlos -una voz a nuestras espaldas nos sobresaltó.
Hernán y Melanie parecían esperar una respuesta de nuestra parte.
-Si adivinas a dónde se fueron... -bufé.
-Creo que por allá -señaló hacia la playa.
-Ojalá todo salga bien para ambos -susurró mi novia.
-No puedo creer que esto haya terminado pasando -murmuró incrédulo, Hernán.
-Definitivamente nadie esperaba algo así cuando empezamos a jugar -lo apoyó Melanie.
-Pobre Mónica... creo que después de esto va a necesitar un momento de chicas -dijo Valerie.
-¿Cómo? -la miré extrañado.
-Claro. Si las cosas terminan bien, me imagino que esta noche no los separa nada ni nadie, pero si deciden tomarse un tiempo aparte para asimilar todo o, por el contrario, algo sale mal, Mónica va a necesitar urgentemente reunión de amigas.
-¿Cómo? -repetí asombrado.
-Mucha comida -respondió Melanie, más concentrada en su celular que en contestarme -Listo -alzó la mirada dirigiéndose a Valerie -acabo de hablar con Tami, ella está en la cocina rogándole a los cocineros que nos preparen una de esos queques de chocolate con relleno derretido y helado. Van a ponerlo a tu cuenta, gordito -se giró hacia Hernán.
-Perfecto -asintió mi novia.
-Esperen ¿qué? -mi mirada pasó de una a otra.
-Noche de chicas, guapo -me dijo Melanie.
¿Cómo? Eso estaba mal. Maldito Andrei. Eso no iba para nada con mis planes para esa noche. Valerie pareció entender al instante lo que me ocurría. Me regaló una sonrisa tristona. Me abrazó con fuerza. Por un segundo me sentí algo incómodo pero al instante le devolví el abrazo inclinándome un poco y apartando algo torpemente su cabello deposité un suave beso en su cuello, aprovechando para disfrutar el aroma de su shampoo. Ignoré las miradas de nuestros amigos.
-Castiel, en se... -empezó a susurrar Valerie de manera que solo yo la escuchara.
De pronto se separó y sacó su celular al que miró extrañada. Sus ojos se abrieron sorprendidos. Melanie tenía casi la misma expresión mientras contemplaba a su vez la pantalla de su propio teléfono.
-¡Mensaje de Mónica! -exclamó la pelirroja.
-¿Qué dice? -inquirió Hernán.
-¿Está bien? -pregunté en simultáneo, preocupado.
Las chicas intercambiaron una mirada.
-Tenemos que irnos.
-¿Cómo?
-Castiel, te cuento lo que pueda, luego -me dijo Valerie dándome un rápido beso en los labios.
Melanie hizo lo propio con Hernán. Luego ambas chicas se alejaron casi corriendo. Mi hermano se acercó y nos quedamos mirándolas hasta que las perdimos de vista.
-Esto tiene que ser una broma -mascullé.
-Y de pésimo gusto.
-No puedo creer que nos dejaron de lado -me quejé.
-A la mierda... ya sabremos luego.
-Tienes razón. Solo espero que todo esté tranquilo.
Caminamos hacia la piscina casi sin darnos cuenta de lo que hacíamos.
-¿Cigarro? -Hernán me ofreció la cajetilla.
No dudé en aceptar. Nos acomodamos en unas bancas y acabamos nuestros cigarros lentamente, en silencio. Ambos miramos la cajetilla cuando tiramos el resto del cigarro, como dudando de si coger otro o no.
-Esto está demasiado tranquilo... -susurró mi amigo.
-Sobre todo en comparación al ruido que tenías pensado armar esta noche en tu cuarto ¿no? -me burlé.
-Bestia -rió -como si tú no hubieras querido hacer lo mismo.
-Oe, con respeto ah, respeto, por favor -bromeé haciéndome el ofendido.
Reímos entre dientes.
-¿Chicos? -una voz suave nos hizo levantar la mirada y descubrir a una de las chicas que atendían en el restaurante del hotel -¿Son Castiel y Hernán? -preguntó.
Asentimos algo aturdidos.
-Me pidieron que los llame.
-¿A dónde vamos? -hablé al instante.
-El grupo está en el comedor, en el segundo piso, en la parte del bar.
-¿Cómo andan los ánimos? -inquirió Hernán.
-Ni idea -se encogió de hombros -solo hablé con una chica pelirroja.
-Gracias -susurró mi hermano y la mesera se alejó.
Intercambiamos una mirada.
-¿Vamos? -pregunté poniéndome de pie.
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Holi de nuevooo! No pensaba publicar tan seguido este capítulo, pero me he dado un tiempito extra para escribirlo, en parte porque se los debía y en parte porque ayer fue cumpleaños de una lectora super importante para mí (Feliz día de nuevo!!! (ahora atrasado jejeje) ). Gracias a todos por el apoyo. Siempre es genial ver cómo les gusta la novela.
Estos capítulos son cortesía de Tchaikovsky y Juan Luis Guerra jajajajajaja He estado escuchando bastante a Tchaikovsky ahora último (¿Qué puedo decir? Amo la música clásica y Tchaikovsky es mi favorito <3 ) para escribir. Me inspira un montón. Y Juan Luis Guerra ha sido una mini manía que cogí en estos dos últimos caps por nostalgia. Mi mejor amiga me metió el gustito. Ahora les juro que adoro algunas de sus canciones. (Te extraño befa!) Naturalmente no estoy mezclando El Lago de los Cisnes con Bilirrubina, pero por momentos escucho uno y por momentos otro... En fin... espero no haberles aburrido con eso jajajaja no sé porqué se los cuento... Es importante para mí.
Un beso! Intentaré darles nuevos capítulos pronto!