Capítulo 88. Preparándose para la exposición.

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Los días fueron pasando, y la exposición se estaba acercando. Laila estaba muy nerviosa por el estreno de la presentación de su obra, además de sentirse muy triste por no saber nada de Alana. Luego los efectos de la quimioterapia comenzaron a hacer estragos en su frágil y delgado cuerpo. No era para menos. Pero Laila intentaba llevarlo lo mejor que podía, aunque le costaba un mundo ver las cosas de forma positiva, estando tan mal física y mentalmente. Cuando pensaba en la oncóloga, se arrepentía de haberla tratado como lo hizo el día que la vio en el hospital de día. Y para colmo, tenía que ver más a menudo a Laura. Ésta se disculpó con ella por su comportamiento en su casa alegando que era muy sensible a todo lo relacionado con la salud y las enfermedades, pero a Laila esa respuesta le pareció más bien una excusa. Laura no era para ella a pesar de seguir intentando que cayera en sus encantos. La joven esperaba mucho más de la persona que supuestamente la amara, y tenía claro que la galerista, en las malas, la podría dejar tirada. Por todo ello, Laila sólo quería tener con Laura una relación lo más profesional posible y poco más, aunque ésta insistía en verla para tomar algo o cenar, y hablar de cosas que no estuvieran relacionadas con el arte. En realidad la galerista bebía los vientos por la artista, pero lo hacía a su manera.


Alana también estaba muy nerviosa, entre que se moría de ganas de ver a Laila, y que María seguía acosándola mandándole regalos caros a casa, hacía que perdiera los estribos a la mínima de cambio, estando muy irascible por nada. Ella siempre  rechazaba lo que la abogada le mandaba, e incluso los tiraba a la basura. No quería saber nada de ella. Y se estaba comenzando a desesperar al no tener noticias de la profesora.

Raquel no sabía qué más podía hacer para levantar el ánimo de Alana, porque todo lo que hacía era en vano. Hasta que una tarde, en el trabajo, le dijo algo que la dejó completamente sorprendida.

-Alana, por cierto, Laila expone pasado mañana,¿no?

-Sí, cómo pasa el tiempo. Espero que después de su primera quimioterapia, esté en condiciones de llevar a cabo la exposición. Sé lo importante que es para ella ese estreno. Puede servirle de puente para exposiciones más importantes.

-Bueno, para ti también es importante que ella exponga.

-¿A qué te refieres?

-A que el viernes os vais a volver a ver, Alana.

-¿Qué?¿Dónde?¿En el estreno de su exposición? ¿Pero tú estás loca?¿Cómo me voy a presentar allí si la última vez que la vi me dijo que no teníamos nada de qué hablar?

-Alana, claro que vamos a ir. Porque yo no quiero perderme su obra. Quiero verla con mis propios ojos y vamos a ir juntas.

-Raquel…De sólo pensar en ir a su exposición me tiembla todo el cuerpo…No puedo ir…No quiero que me vuelva a mandar a la mierda, no estoy preparada para que eso ocurra. Además, es su noche y no quiero perjudicarla de alguna manera.

-¿Pero cómo la vas a perjudicar? Vamos hombre, si ella tendrá las mismas ganas o más de verte. Vamos a ir juntas y no se hable más. Te mueres por verla, sé sincera, Alana, y mejor oportunidad que ésta…Además, no tenemos mejor plan para el viernes y estoy segura que la galería va a estar llena, si por toda Sevilla está el precioso rostro de la super artista Laila Román. Todos querrán verla y conocerla.

Alana estuvo pensando en lo que había dicho Raquel, y de sólo pensar en ir a la exposición de su querida Laila, hacía que el corazón latiera con furia y su estómago se revolviera incontroladamente. Esa mujer ponía todo su cuerpo patas arriba. Tenía un efecto único y arrollador sobre ella. Y tenía que reconocer que cuando a Raquel se le metía algo en la cabeza, siempre terminaban haciéndolo. Por lo que se veía la noche del viernes en la galería Zurita junto con su amiga y, cómo no, babeando por Laila estando ésta completamente ocupada atendiendo a todos los allí presentes, lo que le faltaba. Laila tendría la excusa de ser esa su noche, para no hacerle caso a ella. Pero como bien había dicho Raquel, eran más fuertes las ganas que tenía de verla que el sentirse rechazada por la joven. Quizás era mejor arriesgarse e ir a la galería Zurita. Tal vez Raquel tenía razón y debían ir, si quería conseguir hablar con la profesora, y cómo no, verla.



El viernes por fin llegó, y con él el esperado estreno de la obra de Laila. Laila no se encontraba tan mal como otros días anteriores como consecuencia de los efectos de la quimioterapia, por lo que se alegró por ello. Era una mujer muy positiva y tuvo en cuenta que podría estar peor dadas las circunstancias. Debía darlo todo en el estreno y sabía que le iba a tocar atender a los allí presentes y posibles compradores de alguno de sus cuadros. Sólo esperaba que su obra gustara y algún cuadro se vendiera.

Para el estreno, eligió una blusa de seda muy fina, con una bonita falda negra ajustada a sus bonitas y marcadas caderas, y unas sandalias con un tacón considerable. Tenía que dar una buena imagen, lástima que su melena larga y llamativa no la iba a acompañar ese día tan importante para ella, pero en realidad no la necesitaba para triunfar esa noche en la galería Zurita. Porque eso es lo que iba a hacer allí. Y no pensó en ponerse ningún pañuelo porque algo de pelo tenía, a pesar de llevarlo demasiado corto, Isabel había hecho un buen trabajo el día que se lo cortó. Más adelante le tocaría raparse la cabeza, pero prefirió no pensar en ello, cuando llegara el momento de hacerlo, lo haría sin más, porque sabía que una vez que se curara, volvería a tener su preciosa melena de vuelta.


El viernes Alana había pasado un día para olvidar. Los nervios no la dejaron tranquila ni un sólo instante. Aún estaba dudando si ir al estreno de la obra de Laila, porque a ratos pensaba que si la joven pasaba de ella o la rechazaba, le iba a dejar el corazón peor de lo que ya lo tenía. Por lo que al mediodía llamó a Raquel para decirle que no contara con ella para ir a ver la obra de Laila. Pensaba que no estaba preparada para verla, y era mejor ser sincera consigo misma y de paso con Raquel.

Matices y colores (8° Historia)Where stories live. Discover now