Capítulo 15. En la consulta.

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A la hora acordada, Isabel recogió a Laila en coche. Cuando la vio aparecer, se fijó que su amiga, a pesar de denotar mucho cansancio, estaba guapísima, y sonrió para sus adentros.

-Hola Laila...¿Tendrá que ver que vas a ver a la doctora Del Olmo para haberte puesto tan guapa?

-¿Qué? Pero si llevo unos jeans normales y una blusa muy fina...Nada raro ni diferente en mí, Isabel.

-Laila, estás preciosa, qué quieres que te diga, y si la doctora no es lesbiana, vas a conseguir que lo sea. Estoy segura de eso. Es que tienes el don de dejar huella en toda persona que te conoce.

-Sólo dices esas tonterías porque eres mi amiga y quieres que me anime. Bueno, pues te diré que hoy sólo me ha animado lo de la exposición, por lo demás, me vienen muy bien tus ánimos, si te soy sincera.

-Ya lo sabía yo...Anda, vamos.


Las dos mujeres esperaron más bien poco en la sala de espera del hospital. La oncóloga llamó rápido a Laila. Y cuando la mujer dijo su nombre en alto, la profesora no pudo evitar tensarse.

-Vamos, Laila, relájate. Entremos - le dijo Isabel a su amiga, cogiéndola de la mano para que se tranquilizara.

Cuando entraron en la consulta, mientras Laila miró fijamente a la mujer que tenía enfrente, ésta prefirió no sacar sus ojos de la pantalla de su portátil, de lo nerviosa que se encontraba. Parecía una chiquilla sin saber qué debía hacer o decir.

Laila la saludó mientras le hacía una revisión ocular muy completa. Se fijó que llevaba su preciosa melena recogida en una coleta alta, y llevaba una blusa algo escotada que le quedaba muy bien con la bata puesta. La profesora no pudo evitar mirarle el escote a la mujer, hasta que ésta dejó de mirar la pantalla y por fin consiguió mirar fijamente a Laila a los ojos. No le pasó desapercibido dónde tenía los ojos su paciente, y consiguió sonreír para sus adentros a pesar de ponerla más nerviosa de lo que ya estaba.

-Hola Laila, buenas tardes. ¿Cómo has pasado estos días? - le preguntó la doctora mirándola ensimismada a los ojos. Esa mujer tenía la mirada más bonita que había visto en su vida.

-Bueno, le mentiría si le dijera que he estado bien. Los dolores se intensifican, como también el cansancio. Y para colmo sigo adelgazando.

-Vale. Laila, necesito ver lo que pesas, y me gustaría auscultarte. Por cierto, ¿De qué trabajas? - Alana tuvo que preguntarle eso a pesar de saber perfectamente que su paciente era profesora.

-Soy profesora de instituto.

-Ven conmigo para pesarte -Laila se levantó de la silla y siguió a la doctora. Se subió a la báscula y la doctora memorizó el peso de la joven.

-Bueno, si te parece, te puedo dar la baja y así te quedas en casa descansando. Te va a venir muy bien. ¿Estás comiendo menos que antes?

Mientras Laila se quitaba la blusa para que la doctora pudiera auscultarla, miró a los ojos fijamente a la doctora, y ésta palideció.

-Doctora, no sé lo que usted me recomienda, pero prefiero trabajar hasta que aguante. Mis alumnos me necesitan, no puedo dejarlos de lado. Y puede ser que el apetito lo esté perdiendo.

-Laila, estoy segura de eso, pero...Pondrán a otra profesora de sustitución, quizás te venga bien descansar - le contestó la mujer a su paciente. En realidad había comenzado a preocuparse por ella más de lo que debía. Y si por ella fuera, le daría la baja a Laila en ese mismo instante.

-Perdone doctora, pero a mi amiga Laila no puede sustituirla cualquier profesor. No sabe cómo son los alumnos con los que tratamos. Ella es la mejor profesora con diferencia de todo el instituto y los chicos la quieren a ella. Entiendo perfectamente cuando mi amiga ha dicho que no quiere dejarlos de lado. Tiene un vínculo con cada chico que nadie ha conseguido tener- le dijo Isabel a la doctora Del Olmo para echar una mano a su amiga. Pero esta se avergonzó al instante por lo que acababa de decir su amiga de ella.

A la doctora no le sorprendió que Laila fuera de ese tipo de personas capaz de sacar lo mejor de sus alumnos, si a ella misma la había trastocado simplemente con dos visitas a su consulta. Esa mujer tenía algo que la hacía única y muy especial.

Ahora fue Alana la que miró fijamente a Laila. Las dos mujeres se quedaron unos segundos eternos mirándose a los ojos, hasta que la doctora tuvo que hablar si no quería perderse por horas en el clarísimo verde de los ojos de su paciente.

-Laila...Túmbate en la camilla, por favor - consiguió decirle la doctora mientras se ponía los guantes de trabajo e intentaba no mirar más de la cuenta el bonito busto y abdomen de su paciente.

La mujer se acercó a la profesora, poniendo sus cuidados dedos sobre el abdomen de Laila. Ésta cerró los ojos, y su olfato se desarrolló de forma automática. El perfume de Alana invadió las fosas nasales de Laila, y pensó que estaba soñando al poder oler a su doctora y además teniendo los dedos de ésta acariciando su abdomen con cierta delicadeza.

Ni Alana quería sacar sus dedos de la piel de Laila, ni ésta deseaba que los retirara. Esas dos mujeres estaban más que perdidas. Pero lo que Laila sintió cuando Alana la tocó, fue algo completamente inexplicable. Cómo unos simples dedos podían hacerla sentir tantísimo. Era algo muy parecido a lo que el arte la hacía sentir. Pero cuando por fin la doctora retiró muy a su pesar sus dedos de Laila, la magia que ésta había sentido, se evaporó de golpe.

-Laila, ya te puedes vestir. Gracias.

Isabel se había percatado perfectamente de la tensión que había entre esas dos mujeres. Y ya no sólo por parte de la doctora Del Olmo, sino también por parte de su amiga. A ésta le gustaba la doctora, no le cabía la menor duda, y cuando salieran de la consulta, esperaba que su amiga fuera sincera con ella.

Alana esperó pacientemente a que Laila se pusiera de nuevo la blusa y se sentara en la silla para poder explicarle lo que se le venía a su paciente. La doctora se fijó en cómo Laila se abotonaba la blusa, y se fijó también en los bonitos dedos que ésta tenía. Sus manos delicadas eran preciosas y de sólo imaginar que esos dedos eran capaces de hacer arte, se removió en su silla inquieta.

Matices y colores (8° Historia)Where stories live. Discover now