Capítulo 52. El comportamiento de María.

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Alana estaba muy nerviosa, le costaba respirar. La situación delante de ese trabajador, había sido muy violenta y vergonzosa.

-¿Está usted bien, doctora?- el celador sabía que esa mujer era oncóloga en el hospital.

-Sí, muchas gracias por ayudarme.

-Joder con los pacientes…No sé que se piensan, que pueden ir agrediendo a los sanitarios como si nada…- el hombre pensó que esa mujer sería una paciente descontenta de la doctora - bueno, la dejo tranquila, me voy que me esperan en quirófano.

-Gracias.

Alana se quedó sola en las escaleras, y sin poder evitarlo, se echó a llorar. En ese momento prefirió mil veces que María hubiera sido una paciente enfadada con ella, y no su pareja la que la estaba agrediendo. No podía seguir así. Esa mujer la estaba llevando al abismo. Sabía que debía dejarla, sólo que no tenía el valor y las fuerzas suficientes para hacerlo. Además, como le había dicho a Raquel, le servía para poder mantener las distancias con Laila.
Su cabeza le iba a explotar, porque sabía que debía dejar esa relación que tanto daño le estaba haciendo, pero por otro lado también creyó que seguiría con María como si nada, si todo seguía igual. De lo que se alegró fue de que Raquel no presenciara la discusión que acababa de tener con María, porque conociéndola hubiera mandado a la abogada a la mierda.

Después de unos minutos, Alana se dirigió a unos servicios próximos para poder lavarse bien la cara. En media hora empezaban las consultas y no podía aparecer en su primera consulta con el rostro hinchado por haber llorado.


Cuando por fin la doctora terminó su jornada laboral, no le apetecía nada ir a su casa, porque no tenía ninguna gana de ver a María y tener que seguir discutiendo con ella. Cuando el celador las había pillado discutiendo en las escaleras, Alana se fijó perfectamente en la ira que llevaba la abogada cuando se vio en la obligación de soltarla de la muñeca e irse para evitar males mayores. Así que sería fácil que cuando se la encontrara en casa, quisiera seguir con la discusión. Además, se fijó en su muñeca y esta vez le había dejado una buena marca. Lo que le faltaba.

Alana le escribió a Raquel y le dijo que se iba para casa, y que ya se verían al día siguiente. No quería verla en ese momento por si su amiga deparaba en la marca de la muñeca. No tenía ninguna gana de darle explicaciones. La oncóloga se encontraba muy perdida por cómo estaba yendo todo en su vida. Pero sólo debía darse cuenta que era ella la que debía tomar la decisión y con ello cambiar el rumbo de su vida. Era ella la dueña de esa vida, y era ella la que debía hacer algo al respecto.

Cuando llegó a su casa, suspiró pausadamente antes de bajarse del coche. Se dio cuenta rápidamente que lo mejor era enfrentarse al problema cuanto antes, por lo que decidió ir a casa y hablar con María de lo que había ocurrido entre ellas en el hospital.

Antes de abrir la puerta de casa volvió a coger todo el aire que pudo, y luego lo soltó paulatinamente. Por fin abrió la puerta envalentonada. Y María, cómo no, ya estaba esperándola en el salón. Alana se dirigió directamente a donde estaba María.

-María…Hola. Tenemos que hablar.

-Alana…Cariño, perdóname…No sé qué me pasó cuando te vi tomando algo con Raquel. Siento celos de verte con otra mujer.

Alana no se creía lo que estaba escuchando de boca de su pareja. La situación se le había ido de las manos hacía tiempo atrás.

-María, lo siento, necesitas ayuda psicológica. Yo no te puedo ayudar. Nuestra relación dejó de serlo hace tiempo atrás. Ésto no funciona. Debemos dejarlo.

-No, por favor, no puedes dejarme, si lo haces voy a caer en un abismo. Te necesito en mi vida, lo eres todo para mí, por eso siento celos de cualquier persona que se te acerque…Joder, no me entiendes - le dijo la abogada llorando y acercándose a ella para abrazarla.

-No, no te entiendo en absoluto, María, y no, no quiero seguir con esta relación. Me estás ahogando con tus celos, tus manías y tus despropósitos. Tú y yo no estamos hechas la una para la otra.

-No me digas eso, Alana, claro que estamos hechas la una para la otra…fíjate qué bien nos va la vida, lo tenemos todo para ser felices juntas.

-Yo no soy feliz así, y tú tampoco lo puedes ser. No te engañes, además, ¿Qué es lo que tenemos?¿Dinero?¿Estatus? Me he dado cuenta que para mí eso no es la felicidad. Ahora me basta con ver un bonito amanecer o un increíble atardecer, o con poderme sentar en un banco de un parque sin hacer nada, sólo observando a los pájaros volar o a los niños jugar, o viendo una bonita obra de arte…Ahora soy feliz con ese tipo de cosas - le espetó la oncóloga a su pareja. Sabía que María la estaba intentando manipular.

-Dame una oportunidad más, confía en mí…Y yo confiaré en ti aunque me cueste la vida, por favor, mi amor…Es que si me dejas mi vida se va a la mierda. Además…Tú no eras antes así, Alana. Siempre te han gustado los lujos, al igual que a mí.

-Bueno, no es que me hayan gustado, es a lo que mis padres me han acostumbrado siendo ellos afamados médicos. Es lo que he vivido toda mi vida. Pero ahora mi escala de valores ha cambiado. Yo ya he conseguido todo lo que debía conseguir. Ahora quiero vivir la vida, así de simple.

-Vale…Entonces vívela conmigo…Por favor…Haré terapia si es necesario, pero no quiero perderte - la abogada no iba a dar su brazo a torcer, y Alana lo sabía, por lo que después de tanto insistir, ésta se dejó abrazar finalmente por su novia, muy a su pesar. Le sorprendió que María dijera de hacer terapia, era la primera vez que decía eso. Se dejó abrazar derrotada, porque siempre era lo mismo, y ella siempre acababa por ceder…Estaba ya muy cansada de eso, sólo le faltaba un pequeño empujón para terminar por ser ella la que decidiera si seguía o no con esa relación sin ningún futuro. Sabía que cada vez estaba más cerca de por fin dar ese paso, y quisiera o no María, lo terminaría dando, y ésta tendría que respetarla.

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Hoy quiero dedicarle el capítulo a una de mis lectoras más especiales.
JazzG7_7 ,muchas felicidades en tu día. Aquí estamos para endulzarte un poco más el cumple.

Matices y colores (8° Historia)Where stories live. Discover now