Wattpad Original
Te quedan 6 partes más de forma gratuita

83. Ki y Suo

20.3K 2.4K 1.3K
                                    

Esto es real jajaja.

Gracias por esperar. Disfruten el capítulo, monstruitos.



***

¿Qué tan constante sería Sauto? ¿Qué tanto control poseía sobre sí mismo?

Quizá la segunda pregunta era la más acertada e importante se debía conocer de él, porque lo que sucedió esa mañana, no podía ni compararse con todas las cosas que pude haber imaginado jamás.

Los temblores en el castillo no eran novedosos, pero sí que eran aterradores cuando se era consciente de la razón detrás. Por eso, cuando empecé a percibir las fuertes sacudidas, lo primero que pasó por mi mente fue que el castillo volvía a estar bajo ataque. La idea cada vez más era creíble cuando, tras levantarme de la cama, fui a abrir las ventanas de mi aposento y decidí mirar al exterior.

El bosque parecía inquieto, la copa de los árboles se movía con ímpetu, como si algo se abriera paso entre ellos, y los pájaros abandonaban sus nidos despavoridos. El temblor cada vez se hacía más fuerte. Figuras horrorosas e indescriptibles empezaron a aglomerarse frente al castillo. Sin pensarlo, retrocedí.

¿Iban a invadir el castillo?

Con el corazón latiendo frenético, me atreví a volver a echar otro vistazo al exterior solo cuando el temblor se detuvo por completo, cuando creí sentirme seguro y confiada para mirar una segunda vez. Las criaturas permanecían absortas mirando el castillo sin hacer nada, como si esperaran algo... o a alguien. Algunas caminaban y soltaban ruidos estridentes y hasta agónicos.

Esos mugidos animales parecía ser un suplicio elevado hacia el cielo. No entendía lo que sucedía o porqué la repentina aparición de esas monstruosidades, pero incluso yo podía interpretar un sentimiento cargado en dolor y añoranza. Los monstruos estaban llamando a alguien.

Los monstruos lloraban, agonizaban.

¿Pero por qué?

No lo sabía.

En la lejanía, algo captó mi atención. Algo parecido a un ave gigante venía volando directo al castillo, se movía con libertad sobre la copa de los árboles, acompañado de otra criatura que apenas se veía como una pequeña mancha blanca moviéndose de un lugar para otro. Quedé tan absorta viendo los dos monstruos, lo que provocó mi lenta reacción. Pasó con una rapidez asombrosa a mi lado, en un instante rompió la distancia que nos separaba. El gran bullicio me hizo reaccionar y el miedo pronto se presentó.

Entró a mi aposento de una manera tan poco agraciada y se estrelló contra la cama y fácilmente lo destrozó. Escuché un gruñido adolorido. Si mi corazón estaba por explotar viendo las imágenes monstruosas afuera del castillo, ahora que permanecía en la misma habitación con uno, sentía que mi esperanza de vida disminuía drásticamente.

Era consciente de que los monstruos del castillo eran diferentes, especiales, pero desconocía si la criatura que irrumpió a mi aposento era de los buenos o de los malos. Quizá era más malo que bueno. El castillo ahora era un sitio peligroso, los monstruos eran inestables y no reconocerían a nadie más que su amo. El miedo aumentó ante esa idea. No tenía escapatoria. Me arrinconé en una esquina cerca de la ventana mientras veía al monstruo incorporarse con lentitud. Tras el aterrizaje tan poco elegante y con los destrozos que causó a su alrededor, aunque fuera un monstruo fuerte, era imposible que saliera ileso. Empecé a sopesar mis posibilidades.

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora