Wattpad Original
Te quedan 15 partes más de forma gratuita

74. Alguien de pocas palabras

19.8K 2.8K 777
                                    

Disfruten el capítulo, monstruitos.


***


No me di cuenta que andaba descalza y en ropa de dormir hasta que Gael me lo hizo notar. Debido a la conmoción tampoco pude atender a la lesión que Sauto le había hecho a Gael, lo curioso del asunto era la ausencia de una lesión contundente que requiriera mayor atención. Gael se había encogido de hombros ante mi preocupación excesiva. Acto seguido fue a buscarme un par de calzados y algo de vestimenta en el próximo poblado, dejándome en el bosque en un sitio que consideró seguro.

No pasó incidente alguno en su ausencia, lo que agradecí porque sería una presa fácil de cualquier monstruo, animal salvaje o bandidos desquiciados.

—¿Dónde iremos? —le pregunté, curiosa—. ¿Cuándo volveremos al castillo?

—Estaremos fuera por un tiempo indefinido. El tiempo de los humanos en este mundo es corto, puede que usted jamás vuelva.

Sus palabras fueron como puñales que atravesaban mi corazón.

—¿Y tú? —quise saber.

—Cuando cumpla mi deber de cuidarla y protegerla... volveré.

En pocas palabras, estará conmigo hasta el día de mi muerte. No quise saber más. Tenía la leve impresión de que las respuestas a mis cuestiones dolerían y solo terminaría en un solo punto.

Pasamos varios días y noches vagando sin rumbo alguno. Dormimos en la intemperie, frente a una fogata que Gael improvisaba en el primer lugar que encontraba deshabitado, donde solíamos improvisar alguna comida que proporcionaba la naturaleza: pájaros, pescados, frutas y otras cosas. Tenía entendido que los lujos habían acabado. De vez en cuando recordaba las veces que rechacé o desperdicié comida en el castillo.

Durante el tiempo de nuestro viaje sin rumbo, no tacaba lidiar con ataques de bestias salvajes. Todavía recordaba con curiosidad esa ocasión cuando nos topamos con un monstruo de apariencia completamente humana. De no haber sido por Gael, que me avisó de su verdadera naturaleza, no me habría percatado de ese hecho. Recordaba haberle preguntado a Gael si existían más criaturas que igualasen a Sauto en poder o que poseyeran la habilidad de transformarse a voluntad en un humano. O por qué solo las bestias atacaban a los humanos y no quienes aparentaban ser uno.

No obtuve respuesta alguna. Gael se mostraba taciturno y serio, alguien de pocas palabras.

En nuestra travesía, pudimos enterarnos de que existían personas que se dedicaban a darles caza a los monstruos. Un hecho que no conocía ni imaginé, era grande el mundo y solo permanecí en una burbuja bastante limitada. Desconocía tantas cosas del mundo hasta ahora que recorría sus bosques y pueblos en completo silencio y sin llamar la atención. A ojos de la gente, éramos una pareja de enamorados que no poseían un sitio fijo; ante los monstruos que reconocían a Gael como un monstruo, no éramos más que una pareja destinados al fracaso, como solían decir.

—Esas marcas que ella posee en el cuerpo, lo causaste en un momento de descontrol. Un claro hecho de que monstruo y humano no deben convivir en armonía —habían sido las palabras de ese monstruo con apariencia humana cuando notó la naturaleza de Gael y la mía. No parecía decirlo con apatía o con el deseo de causar discordia o algún tipo de sentimiento negativo entre nosotros, sino de una simple advertencia sin segundas intenciones. Había notado en su semblante una terrible congoja que parecía atormentarlo.

Había querido preguntar a qué se debían sus palabras o el significado que tenían para él. Sin embargo, tan solo nos miró con tristeza antes de seguir su camino y dejarnos atrás. A Gael poca importancia le prestó. Me hubiese gustado saber en qué terminaba la relación de un humano y un monstruo. ¡Cómo me hubiese gustado averiguar qué habría pasado entre Sauto y yo!

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora