Wattpad Original
Te quedan 42 partes más de forma gratuita

47. Una niña de ojos alegres

39.7K 4.4K 519
                                    

Capítulo escrito con música tristona de fondo. Otra vez :") 


***

Vi a una niña de ojos alegres, cada expresión de su delicado rostro solo denotaba felicidad, sin una pizca de desdicha.

A simple vista, era una niña afortunada; con la suerte de tener unos padres que se amaban con locura y una hermanita adorable que solo pensaba en jugar o en pasar tiempo con su hermana mayor. No había preocupaciones más allá de cosas triviales, como el de tender la ropa, entrar a casa antes del anochecer o en pensar qué comer al día siguiente. Nada extraordinario.

Aquello era felicidad, era sentirse pleno y amada. Cuando esa misma familia se desmoronó, ni esa niña ni nadie pudieron hacer nada para rescatar lo bueno.

Pensar que le prometí a Sauto que soportaría todo, seguía siendo difícil para mí presenciar de nuevo estos recuerdos. No podía soportar ver cómo esa niña risueña perdía a sus seres queridos o ver cómo todo su mundo se desmoronaba antes sus ojos. Sobre todo, yo no quería ver cómo Jamilé comenzó a ser lo que era ahora, una mujer frágil, sin un deseo mayor que pudiera romper las barreras que las ideologías de un hombre sin escrúpulos le plantó en la cabeza. Porque querer aspirar a ser la esposa de alguien, era una limitación y una barbaridad.

Y de un momento a otro, sentí ese gran vacío que mis recuerdos dio sin previo aviso. Estaba sumergida en mis pensamientos y viendo cómo ocurrieron las cosas, cuando de pronto las escenas cambiaron. Desconcertada, me giré hacia Sauto, que se hallaba en silencio a mi lado.

—¿Por qué hay un salto? ¿Qué pasó esa noche? —le pregunté a Sauto.

Sabía que algo andaba mal. Esa noche cuando todo perdió sentido, no se mostraba en este recuerdo, aunque claramente recordaba casi todo. Todo lo que ocurrió esa noche, había dado un cambio brusco que me fue inevitable preguntarle algo al respecto.

—Son sus recuerdos, señorita; si algo no aparece aquí, es porque aún se niega a admitir que realmente pasó.

No. No. No. Estaba segura de que la razón no era ese. Yo realmente había comenzado a aceptar todo lo ocurrido, por más doloroso que resultara. En un inicio sabía cuán triste sería revivir mis momentos, o la desesperación que sentiría cuando viera cómo todo iba pasando ante mis ojos, era consciente de cada hecho. Sabía que aunque todo hubiese pasado, el dolor jamás perdería fuerza y que sería tan cruel conmigo para compensar mis años de olvido. Y también sabía que aunque intentara interferir en ese destino atroz y mantuviera la esperanza de cambiar los hechos, nadie me vería ni escucharía. Yo era como un simple fantasma ahora, alguien inexistente. Alguien que navegaba entre sus recuerdos nada más.

Sabía que esa noche fuimos atacados por un monstruo enorme y el único que me salvó de ser devorada fue el mismísimo Sauto.

Ahora recordaba ese hecho. Entonces, ¿por qué él se negaba a mostrármelo?

Algo importante pasó después, pero Sauto intentaba ocultarlo.

—Ah —me limité a decir—. ¿Es eso?

Sabía que no era así. Recordaba con mucha claridad todo lo acontecido o lo que sucedió los días después de ese. Existía una parte de mi memoria que no conseguía escarbar, pero no se debía a mí, sino a algo más. Estaba segura de ello.

Sin embargo, me quedé callada. Acepté las palabras de Sauto por una razón, porque esa parte que él no quería que viera, guardaba sus secretos también. Tal vez estaba en lo cierto o simplemente prefería verlo de ese modo.

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora