Wattpad Original
Te quedan 57 partes más de forma gratuita

32. Algo se siente incorrecto

43.4K 4.7K 676
                                    

—¿Se encuentra bien?

No lograba descifrar cómo él se las arreglaba para encontrarme o verme cuando nadie más lo hacía. No entendía su forma tan extraña de actuar. Tan solo deseaba estar sola un momento, pero él estaba aquí por alguna razón desconocida.

—Sí —respondí.

Escondí el rostro en mis rodillas negándome a verlo. No quería verme dramática ante nadie ni mucho menos ante él, ya había visto tanto de mí y poco soportaría si conociera más mi lado miserable. Por más que deseara dejar atrás todo lo que fui antes o en la persona que me convirtieron, mis propias creencias se arraigaban a mis pensamientos. Quería dejarlos ir, soltarlos, como Jhüen dijo que podía hacer; y quería hacerlo, pero tenía miedo. Dudaba que alguien pudiera comprender mis propios temores cuando ni siquiera yo podía entenderlos.

Me sentía confundida y demasiado perdida para seguir un sendero desconocido, vacío y sin sentido. No sabía el camino que mis pasos trazaban, solo iba avanzando sin rumbo alguno, sin planes estables a la cual aferrarme o sentirme segura. Probablemente ese era mi mayor problema, tenía miedo de aventurarme en lo desconocido y, hasta no asegurarme de mi bienestar, no me atrevería a hacer algo nuevo.

—Miente —dijo Jhören entonces. Me había olvidado por completo que estaba a mi lado—. ¿Por qué simplemente no puede decir que se encuentra mal? ¿Tan difícil es?

—No haría ninguna diferencia.

—Por supuesto que sí.

—No es así. Si le hubiese dicho que me sentía mal, ¿qué habría hecho por mí? ¿Qué podría hacer?

—Le habría preguntado si podría ayudarla, por supuesto. Me gustaría hacer algo por usted.

—Suena bastante bien.

—Como era de esperarse.

Lo escuché soltar un suspiro pesado, para después escuchar sus pasos acercarse más y más hasta tenerlo sentado a mi lado. ¿Qué pretendía al actuar de ese modo?

—Entonces —prosiguió—, ¿cómo puedo ayudarla?

No respondí, me mantuve en mi posición, rodeando mis piernas con ambas manos y ocultando mi rostro.

—¿No confía en mí?

Permanecí en silencio.

—Somos como hermanos, ¿recuerda?

—Eso dice. No entiendo cómo se inventó esa desfachatez.

—Al menos funcionó para hacerla hablar.

Levanté la cabeza y lo miré por primera vez desde que llegó solo para toparme con su rostro a una escasa distancia del mío. Por alguna razón, no parecía ser el mismo Jhören que acostumbraba a ver al lado de la señorita Rosseta, ni mucho menos el hombre que me esperó enojado en la casa de don Florentino; esta vez se encontraba relajado, despreocupado y sonreía de una manera cálida. No podía negar el cambio que había en él. Jhören era un hombre muy atractivo, alto y guapo, con una belleza de facciones muy marcadas, pero tenerlo a esa distancia me hacía querer resaltar lo que ya sabía, como si me incitara a recordarlo siempre. De la misma forma como noté esos pequeños cambios en su expresión, también percibí cierta nostalgia que lo envolvía.

La persona que tenía a mi lado era diferente, tenía la certeza de ello. Por alguna razón, quise convencerme de que lo correcto era llamarlo por su nombre.

Jhören. Jhören. Jhören.

Pero algo se sentía incorrecto.

—Hablo en serio —volvió a insistir—. ¿Todo bien?

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora