Wattpad Original
Te quedan 13 partes más de forma gratuita

76. Pesado

24.2K 2.9K 921
                                    


Disfruten el capítulo, monstruitos.

***

Gael comenzó a regañarme por mi actitud desinteresada y por mi falta de voluntad de huir ante un peligro inminente.

—Sabía que vendrías, ¿cuál es el problema? —le repliqué.

Entendía su punto, por supuesto que lo hacía. Tras una noche interrumpida de sueños alocados y deseos expuestos, era evidente que mi humor no sería lo mejor del día. Si no fuese una simple humana y tuviera algún tipo de poder como Sauto o los monstruos, probablemente habría reaccionado ante cualquier amenaza. Habría destruido todo a mi alcance. A comparación de mis imaginaciones sin preceptos y absurdos, me correspondía esperar ser rescatada y aceptar mi destino. Por eso compadecía a Gael en estos momentos.

Le afectaba de gran manera cualquier cosa que fuese a sucederme, pues se le había asignado la tarea de protegerme y cuidarme en todas las circunstancias posibles hasta el día de mi muerte. Conocer esa información, e incluso así, no huir cuando debía, me hacía sentir como una malagradecida e inútil en su totalidad. Las ganas no eran mi mejor compañía en este momento, ni siquiera para discutir.

Gael pasó el resto de la mañana enfurruñando, soltando maldiciones para sí mismo, seguro pensando que nada era peor que cuidar a una mujer caprichosa como yo. Ni desayunamos por culpa de la intervención de los bandidos, por lo que nos dedicamos a abandonar el sitio y seguir caminando. Sabiendo eso, me armé de valor para pedir disculpas.

—No volverá a pasar —le dije con tristeza—. Huiré o intentaré ganar tiempo la próxima vez —agregué.

Gael se detuvo y se volvió hacia mí con una expresión neutra.

—No habrá una próxima —comentó.

—¿A qué te refieres?

—Es culpa mía por no buscar un sitio fijo donde vivir. Estoy considerando la idea de quedarnos con los humanos.

—Podríamos volver al castillo —sugerí con inocencia, sin pensarlo.

Gael hizo cierto sonido con la boca, en señal de burla.

—¿Volver al castillo? —expresó con un tono fastidiado—. El castillo es el último lugar donde la llevaría. Es peligroso.

—¿Por qué? —insistí.

Silencio.

Noté que su rostro ensombrecía y evitaba cualquier contacto visual.

—¿Gael? —lo llamé, preocupada—. ¿Qué me estás ocultando?

De nuevo, silencio.

No insistí más, aunque quería averiguar los secretos que los monstruos estaban ocultando. Solté un suspiro profundo. Lo que fuese que estuviese sucediendo en ese lugar, Sauto encabezaba el misterio. Creía a Sauto cuando dijo que el castillo era el sitio más seguro tanto para monstruos y humanos por iguales, pero también creía en las palabras de Gael al decir que ahora era peligroso. A juzgar lo sucedido en el castillo y mi último vistazo del sitio antes de partir con Gael, era evidente que la situación había cambiado de manera drástica.

Aún recordaba las criaturas grotescas en el que se habían transformado los habitantes del castillo. Su figura humana habían sido sustituidos por diversas partes de animales, pieles y apariencias terroríficas; incluso Naseen y Magüen habían abandonado sus aspectos tiernos.

—También quiero volver —balbuceó Gael para mi sorpresa—. No hay regla que me lo prohíba.

—¿Qué te detiene? —inquirí.

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora