Wattpad Original
Te quedan 36 partes más de forma gratuita

53. Eres deliciosa

34.6K 4K 1.3K
                                    


Algo en Sauto cambió.

Fue un instante, casi imperceptible.

Se desmoronó frente a mis ojos.

Y solo me quedó abrazarlo.

No podía contextualizar en palabras lo que pasaba, lo que veía en él en ese momento. Tampoco veía la naturaleza de lo que sucedía, solo sabía que el cambio estaba presente, tan tangible como yo, como él, como todos. Sauto cayó al suelo de rodillas, con la respiración desbocada.

Antes de que cayera al suelo de frente, permití que al menos se apoyara en mi cuerpo. Dejó caer su cabeza sobre uno de mis hombros.

—Perdón —balbuceó apenas audible—, pero todo esto me están matando por dentro.

—Crecí —le dije esperanzada—. Soy toda una mujer ahora.

Él soltó un suspiro profundo.

—¿Y? —respondió indiferente

—Que ya no soy una niña. Esperaba que pudiera contarme lo que le atormenta. Estoy dispuesta a escucharlo y ayudarlo tanto como pueda.

Sauto hizo cierto ruido con los labios que solo pude asociarlo como una burla.

—No ha visto ni la mitad de lo que soy —espetó con incredulidad.

—Pero lo conozco lo suficiente.

—No —espetó con voz molesta—. Usted cree hacerlo. Así como el resto, le pintaron a un Sauto que no soy y se lo voy a demostrar...

—No importa —lo interrumpí—. Sé que usted es el hombre que me salvó aquella noche. ¿Recuerda?

—¿Cómo puedo olvidarlo si se trata de mi último recuerdo? —preguntó sin ningún ápice de emoción—. Vagaba esa noche, y el que nos hayamos conocido fue una simple coincidencia. Y estaba de malhumor.

Me limité a escucharlo y antes de que pudiera agregar algo más, con voz neutra él agregó:

—Aun así, sus pensamientos sobre mí se limita únicamente en esa noche. En conclusión, no sabe nada. Ni yo podría saber algo de usted más de lo que ya me ha contado.

—Si usted me permitiera conocerlo, yo sabría comprenderlo mejor. Sabría entender qué lo tiene tan mal.

—Huiría de mí, usted no dudaría en aventar todo por la borda y huir.

Algo en su voz cambio.

Incluso sus manos que estaban a cada lado de su cuerpo se levantaron y se colocaron en mi cintura. Al principio solo fue un ligero roce que él tímidamente comenzaba a hacer, pero de un momento pasó a ser atrevido, que movía los dedos sobre la tela de mi vestido, causando que me retorciera de la hormigueante sensación que enviaba a todo mi organismo.

—Incluso ahora, sabe que lo mejor es huir —volvió a decir, levantando ligeramente la cabeza sin mostrarme su rostro—. Sabe que si le revelo todo, no habrá vuelta atrás. Huirá, contará al mundo lo que vio más allá de este rostro.

—No podría... —Solté un grito ahogado al sentir la leve presión en mi cintura.

—¿Lo ve?

Entonces, volvió a lamerme por el cuello.

—Tengo una debilidad demasiado fuerte, ¿quiere saber qué es?

No sabía si aquello era exactamente lo que quería escuchar. Si la respuesta que se apresuraría a decirme sería lo que alguien como yo podría asimilar o si estaba tan preparada para escucharlo tanto como decía. Sauto sin darme tiempo a responder, él lo contó con cierto tono divertido en la voz.

Princesa de un castillo de monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora