Capítulo 74

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Cuando entro a la habitación de Tarik, no lo encuentro en tan mal estado como me lo estaba imaginando.
Al parecer alguien si se tomó muy bien la muerte de su padre.

—¿Tarik? —le llamo pero no parece quitar su atención de los planos que tiene entre manos—. ¿Qué haces?

—Tengo que planear lo nuevo que voy a implementar en la cuidad —me acercó lentamente a él sin perderle de vista—. Pienso hacer una nueva pirámide. Una para cuando nosotros ya estemos en edad avanzada y los dioses decidan llevarnos y otra para mi padre.

—Tarik... no creo que sea necesario hacer esto —murmuro, acercándome—. Pondrías a muchas vidas en peligro y a trabajar bajo unas malas condiciones...

—No me importa, para eso están —se gira y veo que está un poco desaliñado—. Para eso me sirven, para cumplir mis mandatos.

—¿Sacrificarías esas vidas para hacer esto? Porque sí es así, olvídalo. Yo no quiero ningún templo ni pirámide. Además, tienes varias, no sé porque quieres una nueva.

—Se que mi padre se hubiera puesto muy orgulloso —mis palabras son ignoradas y no puedo evitar apretar la mandíbula—. A pesar de que él nunca me hubiera apreciado... yo en verdad lo quería, pero él no parecía quererme. Siempre fue Tau su favorito y siempre odie eso de mi hermano. Él siempre obtenía todo y yo...

—Estoy segura de que sí te quería —me acerco hasta él y cuando pongo mi mano en su brazo él se la sacude—. Eras su hijo...

—En realidad no —cuando me mira veo varias emociones—. Mi madre tiene varios secretos. Secretos que nunca nadie supo, y dudo que lleguen a saber. Uno de ellos es que en verdad yo no soy hijo de Amun. Mi madre tuvo varios amantes, entre ellos el hermano más pequeño de Amun, Tor. Siempre buscó el modo de poder llevar a Amun a la cama, pero este amaba demasiado a la madre de Tau y siempre la ignoraba o la rechazaba. Tor murió en la guerra antes de que siquiera supiera de mi. A mí madre le encantaba jugar con él a pesar de que deseaba a Amun. En una fiesta que hubo antes de su muerte, al parecer los dos hermanos bebieron mucho y mi madre aprovechó la oportunidad. La verdad no recuerdo bien lo demás, pero el caso es que no soy hijo de Amun sino de Tor.

—¿Lo sabe Tau?

—No —suspira—, pero Amun creo que sí lo sabía o al menos lo sospechaba. Por eso no estuvo muy contento de que yo tomara el trono.

—Esto...

—Eso nadie lo sabe, ni lo deben de saber —me mira a los ojos detenidamente y un escalofrío trepa por mi columna—. Prácticamente puedo hacer lo que yo quiera con mi vida... Pero eso ya no importa, ahora sí no tienes nada más que decirme ni preguntarme, sería magnífico que te fueras. Sé que estás aquí porque mi madre habló contigo. Si me pregunta le diré que te quedaste aquí, ahora, adiós. Tengo una pirámide que planear.

Esta información en verdad es... inesperada. Y como no tengo nada más que decirle, simplemente me voy.

Casada con el faraón. [J. R. 1]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora