Capítulo 14

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—Encontré esto en... —los hermanos entran y al mirarme se quedan en silencio—. ¿Qué sucedió?

—No lo sé —me rasco el brazo que esta rojo e hinchado—. Cuando terminaron, me vistieron y unas horas después comenzó.

—Voy por la curandera —Tarik desaparece por la puerta dejando una cesta al lado de Tau.

—¿Qué es eso? —estoy a punto de acercarme pero me quedo en mi lugar al recordar cómo estoy.

—Son unas telas que encontramos en el cuarto donde se guardan las cosas que no usamos —me explica mientras se acerca pero retrocedo.

—No te acerques, no sabemos qué es y podría contagiarse...

—Solo es irritación Zaya, al parecer usaron algo que no le gusto a tu piel.

Veo como quita la tapa y dentro hay unas preciosas telas.

—Son hermosas.

—Son algunos vestidos —me explica—. Después del anuncio, podemos mandar a traer a tu casa lo que tú quieras.

—Eso sería magnífico —sonrío—. En verdad no sabría cómo agradecerles todo lo que están haciendo por mí.

—No hay nada que agradecer —sonríe y no puedo evitar derretirme.

Tau es todo un príncipe en lo que cabe de la palabra. Su cabello en vez de ser negro azabache como el de Tarik, es de un castaño claro, los ojos son atigrados y con el delineado con kohl en los ojos haciendo que estos se resalten más.

—Entonces, ¿te gustaría? —regreso de mi pequeña ensoñación y me quedo callada—. Zaya, ¿me escuchaste?

—No —admito con las mejillas encendidas—. Lo siento.

—No te preocupes —suelta una risita—. Te pregunté que si te gustaría cenar hoy conmigo.

—Claro, me encantaría —asiento con una sonrisa.

—Pasaré a buscarte —con esto último la puerta se abre dejando ver a Tarik y la curandera.

Como bien había dicho Tau, es irritación lo que tengo y tras preguntarle a la mujer que me baño ayer, Fraya, dan que lo que me irrito la piel fue un colorante que puso Kiya en el agua.
Ambos príncipes se molestaron pero tras hablar con ellos les dije que era absurdo.

Con la piel irritada no podía presentarme frente a los faraones, así que en cuento se me quite pienso hacerlo ya que pronto mi madre vendrá.

Me quedo en la habitación de Tarik y entre algunas rondas que alcanzaba a ver desde una parte de la ventana que da al balcón, pude ver a Zaybe. 

—Hablando de comida... te traje un poco —veo como Fraya entra con una bandeja repleta de comida.

—No creo comer tanto —con toda esta comida podría darle de comer a los niños que están en las calles.

—Tienes tiempo para comerla –se encoge de hombros—, o simplemente déjala, es tu decisión.

—¿Dónde está Tau?

—En el patio con los chicos nuevos —me explica tomando una manzana—. Por cierto, tu hermano se encuentra por allí.

Tras decirlo sale y lo más rápido que puedo busco uno de los ventanales que da al patio.
Tengo cuidado al asomarme y tras buscar el ángulo correcto, localizó a mi hermano al lado de Tau con Cadmus a su lado.

«Que los dioses me libren... en ese patio esta la mayor parte de mi corazón y pobre de mí si alguno me abandona. »

Casada con el faraón. [J. R. 1]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora