Casada con el faraón. [J. R. 1] ✔️

Capítulo 59

Creí que la coronación iba a ser algo espectacular debido a los dioses. Pensé que iba a sentir el peso del poder que ahora recae tanto en mí como en Tarik, pero el único peso que siento es el de mi vientre y el de la corona sobre mi cabeza.

—Me voy a desnucar —gruño y Henutsen se acerca rápidamente a quitármela.

—Es temprano, alteza —hace la observación y suspiro al tener un peso fuera de mi.

El otro peso tardaría aproximadamente cuatro meses en ser liberado, así que ese todavía no puede salir.

—Me aburrí —me encojo de hombros y me siento mientras me cepillo el cabello—. Muchos borrachos queriendo bailar y un montón de sacerdotes a mi alrededor con sus tontas profecías queriendo saber si algún sueño mío está relacionado.

—Le prepararé un baño.

—Gracias —sonrío y cuando sale me quito las joyas.

Cuando regresa y me meto en la ducha me quedo un buen rato disfrutando del agua.
En estos momentos en los que estoy en mi habitación sola es cuando me permito respirar con tranquilidad.

Cuando salgo encuentro a Stet recostada en mi cama.

—Veo que tienes quien te caliente la cama —la pesada voz de Tarik me sorprende pero no volteo en su dirección.

—¿Ves que existen otros modos de calentar la cama? —le sonrío mirándolo sobre mi hombros mientras me meto en las mantas.

—¿Por qué la mataste?

—Tenía mis razones —me encojo de hombros y acaricio el pelaje de Stet.

—Deben de ser unas razones muy ocultas porque nunca te había importado lo que yo hiciera.

—Claro que me has importado, cariño —sonrío—. Tus asuntos son mis asuntos y quien se meta en tu cama es gente muerta.

—Entonces debo suponer que también lo es en tu caso —me mira con una ceja alzada—. Todo el que entre en tu cama es hombre muerto.

—El único que ha entrado eres tú —veo la desconfianza en sus ojos pero no dice nada ya que no tiene pruebas que digan lo contrario—. Por cierto, en unos días iré a ver al abuelo.

—No puedes viajar en las condiciones en las que estas, además tienes obligaciones como mi esposa.

—Habló el abuelo con tu padre y no está a discusión.

Con esto me acuesto y apago la vela dando por finalizada la conversación. Tarik tarda en irse pero después de unos minutos escucho sus pesados pasos alejarse. En unos días veré a Tau.