Capítulo 24

38.2K 3.4K 163
                                    

—El que te mudes a mi habitación, no quiere decir que vas a dormir conmigo —miro a Tarik quien se encuentra tirado sobre las mantas de mi cama con los brazos detrás y solo un pedazo de la tela cubriendo su entrepierna que se, está desnuda.

Bastardo...

—Deberías apresurarte que se están enfriando las sábanas a mi lado.

Tomo un cojín del suelo y mientras me levanto se lo lanzó con todas mis fuerzas.

—¡Cerdo bastardo hijo de los dioses malditos, sal de mi cama y cúbrete tu pequeña descendencia si no quieres que se la dé de comer a Stet! —con cada palabra le lanzo lo que encuentro, inclusive mis zapatillas salen volando hasta parar a su cara.

Al escuchar como suelta una carcajada salgo airada de mis aposentos.

—¡Púdrete en el inframundo! —grito antes de cerrar la puerta y comienzo a caminar sin rumbo fijo.

Me cuesta calmarme pero cuando por fin lo logro la fría brisa de la noche me envuelve.
Cierro los ojos e inhalo profundamente empapándome de la fragancia de las flores.

—¿Qué fue todo eso? —al abrir los ojos me encuentro con Tau sonriendo.

—El estúpido de tu hermano ensuciando mis sábanas con su asqueroso cuerpo y su pequeña descendencia colgándole de entre las piernas —sonrío de lado volviendo a cerrar los ojos.

—Mi madre te hubiera quemado viva por todo lo que le dijiste —su voz está teñida de completa diversión.

—Pues si con eso me deshago de él, por mí está bien —sonrío ampliamente y por fin me pongo cara a cara—. Además, esa es una ventaja de estar del otro lado del palacio lejos de los faraones.

—Dejaste a Stet —a pesar que está lejos de mi, cuando estira su mano logra tomar la mía.

Además no es como si yo le pusiera mucha resistencia que digamos.

—Estará bien —suspiro disfrutando de la sensación de su piel contra la mía—. Sé que le gustará gruñirle a tu hermano.

Tira de mí y cuando estoy lo suficientemente cerca me envuelve entre sus brazos. Entierra su cara en mi cuello y siento cómo comienza a besarlo lentamente.

—Tau... —susurro y se detiene—. Estamos en medio de un pasillo y cualquiera podría aparecer.

—Lo siento —susurra sin apartarse—. Pero es que hueles tan exquisito y eres tan hermosa...

—Entonces vayamos a un lugar más apropiado donde nadie nos pueda encontrar —sonrío tomándolo de la mano mientras nos echamos a correr.

Nuestras risas son bajas mientras recorremos los pasillos y tras separarme de Tau tras darle un beso y continuar, nos detenemos al doblar en un pasillo.

—A ti era a quien estaba buscando, necesitamos hablar —mi hermano me sonríe y tras echarle un vistazo a nuestras manos enlazadas se da media vuelta y comienza a alejarse.

—Te veo en mi alcoba —me susurra Tau antes de que me separe de él y siga a mi hermano.

Casada con el faraón. [J. R. 1]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora