Capítulo 66

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«Zaya.»

Me remuevo y gruño.

—Zaya...

Abro los ojos lentamente y me encuentro con Tarik.

—¿Qué haces aquí? —murmuro con la voz ronca.

—Tienes que volver —vuelvo a cerrar los ojos y decido ignorarlo—. Vamos Zaya, mi padre está enfermo.

—¿Qué?

—Mi padre ha caído gravemente enfermo —me mira y noto preocupación y mucho miedo. Miedo puro bañando su expresión—. Toda la familia se está reuniendo. El abuelo y Tau ya están allá. Solo faltas tú y Thabit y este piensa irse ahora mismo.

—Acabo de llegar. No podemos...

—No podemos quedarnos —me mira con una suplica silenciosa y leve, y no puedo evitar ablandarme—. No esta vez. Por favor...

—Muy bien —gruño y me levanto poco a poco—. Vayamos entonces.

Tardamos un poco pero al final nos encontramos los tres abordo del barco.

Me quedo en cubierta con Tarik pero este se va al poco tiempo dejándome sola con Thabit.

—Apenas ayer llegaste y hoy ya vas de regreso —sonríe y ruedo los ojos al escuchar su tono—. Pero no estés tan triste, pude conseguir lo que me pediste.

—¿Dónde lo...?

—En tu baúl claro está que no —me mira y suspiro tratando de dejar que el balance me ayude a contrarrestar la repentina sensación de malestar que me inunda—. Están en las mías. Llegando se lo daré a Henutsen.

—Gracias —atino a decir.

—Para eso estamos —tras esto me marcho y y trato de dormir.

Me despierto al sentir un dolor agudo en la parte baja del vientre, y mi respiración comienza a volverse trabajosa por el esfuerzo monumental que estoy haciendo para no comenzar a chillar.
El miedo comienza a inundarme mientras el dolor no cesa.

—¡¡TARIK!! —grito con pavor a la oscuridad esperando que alguien me oiga—. ¡¡Alguien venga, por favor!!

Cuando otro espasmo me recorre la puerta se abre y aparece Tarik seguido de Thabit quienes están todos desarreglados.

—Por los dioses —escucho decir a Tarik y se acerca hasta mi—. Respira Zaya, vamos. Solo estas nerviosa...

—Me duele mucho —le tomo la muñeca y con lágrimas en los ojos se la aprieto sintiéndome aterrorizada—. Algo nos está pasando... por favor, tengo tanto miedo, Tarik.

—No, no, todo está bien. Solo estás algo alterada —trata de tranquilizarme tomando asiento a mi lado y su expresión me sorprende al verle tan... afligido—. Vamos, respira. Inhala... exhala...

Con las mejillas surcadas en lágrimas hago lo que me dice y tras ver que no desaparece el dolor suelto un sollozo pero Tarik no deja de repetirlo.

Cuando veo la puerta no encuentro a Thabit.

—¿Cómo se sienten?

—Sigue doliendo y mucho.

—Vamos, yo sé que puedes...

—Ya llegamos y ya he avisado que lleven a la partera a los aposentos de Zaya —Thabit interrumpe y tras un asentimiento de Tarik, veo sorprendida como aleja a Thabit cuando se acerca para cargarme y lo hace él.

—Avísale a mi abuelo de lo que está pasando —mientras camina a toda prisa por el pasillo veo a varios guardias acercase pero los deshecha mientras se acerca hacia la bajada—. Llevaré a Zaya a su habitación.

—No vas a poder llevarme cuesta abajo —niego mirando borroso la bajada que da al muelle donde se encuentra la cuadriga—. Bájame, sino nos vamos a caer.

—No —gruñe y tras alzarme un poco más comienza a caminar.

El corazón lo tengo en la garganta mientras bajamos y para calmarme retomo el ejercicio.

Tarik me deja sobre un pequeño cojín y toma las riendas del carro que se encuentra esperándonos.

Comenzamos a movernos y los espasmos van y vienen.

—Por los dioses —exclamo y siento como algo se derrama entre mis piernas.

—¿Qué sucede?

—No sé —murmuro con los ojos abiertos y con manos temblorosas, toco el líquido—. Algo se me derramó... no sé si es pipí. No creo que sea pipí.

—Esto no está bien —le miro y le veo preocupado mientras agarra con fuerzas las riendas—. Aguanta un poco más, ya estamos llegando.

Antes de que se detenga otro espasmo me inunda y nada más parar ya estoy nuevamente en los brazos de Tarik recorriendo a toda prisa el pasillo.

—¡¡Rápido!! —ordena Tarik hacia los guardias que nos observan nada más entrar—. Siente mucho dolor.

Tras tocar mi cama, empiezan a revolotear a mi alrededor y cuando toca revisión Tarik se va.

—Necesita descansar alteza —la partera me acomoda y asiento—. Ahora se encuentran estables, pero hay probabilidades de que en estos días incluso en estas horas regresen. Al parecer está en labor de parto.

—¿Qué? —le miro extrañada—. Aún falta un mes exacto para que nazca. No debería... no debería estar pasando esto.

—Al parecer no —me mira—. Debe de descansar y no preocuparse, eso no es bueno.

—Gracias —asiento y cuando se va la puerta no se cierra y entra Thabit.

Al verlo no puedo evitar esbozar una débil sonrisa.

—Ya sé que me veo horrible...

—Necesitamos hablar sobre Tau.

Con esto mi sonrisa se borra y aguardo a que Thabit se acerque.

«Por todos los dioses... ¿Qué está pasando aquí?»

Casada con el faraón. [J. R. 1]  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora