Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)

154. No Lo Hagas...

La tarde ha caído sobre los bosques de Polis, la brisa mueve las hojas de los árboles jugando con los últimos rayos del día que se reflejan sobre la superficie del campamento. Clarke que está sentada en la orilla del río tiene una cadena afianzada a su tobillo mientras trata de asearse como puede bajo la atenta mirada de algunos hombre de Andros que a lo lejos vigilan ese tiempo.

Nylan que se frota los brazos con el agua quitándose la tierra y la suciedad de los brazos agradece ese tiempo de aseo el cuál no tienen tan a menudo como quisiesen. Abigail que ha sido la primera en irse porque uno de los hombres se había herido en la espalda está dentro de una de las tiendas. Starlette que apenas tiene fuerzas para arrastrar los pies llega a la orilla metiéndose poco a poco en el agua sin importarle lo fría que está.

Clarke que mueve la cabeza al verla hacer eso a poco menos de un metro de ellos se sinte verdaderamente mal por ella. Desearía hacer pagar a Vexor por lo que ha hecho aunque sabe que esa es una idea deshechable que ahora mismo no es posible que se cumpla.

—¿Estás bien? —murmuró en voz baja Clarke fijándose en los hombres a lo lejos hablando entre ellos sentados sobre las rocas. La preocupación en su rostro era algo más que evidente en aquellos momentos.

Starlette que se sumergió al llegar a la parte profunda sintiendo la cadena de su tobillo no ceder ni un ápice más cuando volvió a salir a la superficie se pasó las manos por la cara sintiéndose temblar completamente abatida en silencio.

Nylan que se fijó en ella apartó la mirada con pesar dirigiéndose a Clarke.

—Tarda algún tiempo en volver a hablar siempre que ocurre eso...

Clarke que se la quedo viendo realmente apocada por ella baja la mirada al agua restregándose la tierra y el barro seco del rubio pelo.

¿Así que era algo que pasaba a menudo? La rabia y el desprecio que sentía por Vexor era mayor ahora que sabía eso. Debía hacer algo por ella, debía hacerlo. No podían seguir consintiendo eso.

Clarke que cerro los ojos se sumergió también tanteando la arena del fondo buscando una piedra, un objeto afilado, algo que le permitiese llevar a cabo su venganza. No halló nada salvó rocas de gran tamaño entre la arena.

Clarke que tomo aire al salir viendo el agua volverse amarillenta y marrón al deshacerse todo el barro que llevaba encima la vio de espaldas a ella y el estomago se le encogió.

Tenía marcas por todas partes, sangre allá donde no debería haber nada. Temblaba como un animalillo desvalido y el largo cabello oscuro se le pegaba junto al camisón a la piel. Su aspecto era... era algo que Clarke nunca antes había visto en nadie. Algo que la afectaba de una manera que ni comprendía por lo que suponía eso para alguien que parecía estar tan indefensa ante Vexor como lo estaba ella.

—Le mataré —susurró Clarke con desprecio en voz baja casi para si.

Nylan que la escuchó se detuvo unos instantes antes de mirar a los fieros mercenarios a lo lejos y mirarla a ella.

—Ni se te ocurra intentarlo o estarás muerta —la reprendió en voz baja él—. Tú no sabes de lo que son capaces ellos. Lo que te harían si lo intentarás...

—¡Eh, vosotros dos! —gritó uno de los guerreros al darse cuenta de que estaban cerca el uno del otro—. ¿Qué cuchicheais?

Nylan que alzo la vista de inmediato al igual que Clarke, Starlette y quienes estaban cerca se le quedaron mirando.

—¡Solo le decía que debía frotar bien el barro de su ropa o pronto apestaría! —mintió Nylan quedamente al mirarle bajando la mirada al agua de nuevo al igual que el resto para seguir lavándose.

El mercenario asintió tras un largo vistazo y volvió a bromear y a charlar con el otro centinela.

—Hazme caso, no quieres hacer eso —susurró apenas audible Nylan dándoles la espalda para restregar bien sus piernas bajo el agua.

Clarke que ya no estaba ni segura de lo que quería si algo tenía claro era lo que debía hacerle a Vexor para que la dejase en paz de una vez por toda. No pararía hasta detenerle porque no podía soportar la idea de quedarse de brazos cruzados.

Ella simplemente no era así...

Continuara...