133. ¿Qué Lugar Es Este?

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La tarde había caído sobre los verdes y embebidos bosques de Polis sin que Abby fuese apenas consciente de ello. La lluvia había dado algo de tregua aunque el cielo no parecía tener intención alguna de despejarse.

Un gemido, suave apenas audible brotó de los labios de Clarke que se movió sobre la dura tierra intentando despertar en su regazo.

Abby que tenía la mirada puesta a lo lejos en el campamento pero sobretodo el la tienda principal de donde no había visto salir más a Lincoln se dio cuenta de ello y rápidamente reaccionó.

—Eh, eh tranquila pequeña —murmuró con preocupación viendo a Clarke llevarse las manos a la cabeza desorientada y algo abrumada por el fuerte golpe—. Tranquila...

—¿Mamá? —preguntó abrumada Clarke tratando de incorporarse con su ayuda.

—Si, cariño —respondió Abby ayudándola a apoyar la espalda contra los barrotes de la jaula—. Soy mamá.

Clarke que sentía dolor en la cabeza y una sensación extraña de hinchazon se palpó con las manos sintiendo algo de sangre seca en su cabello por atrás y el dolor hizo que los últimos acontecimientos de sus vidas llegaran a ella todos de golpe.

—¿Qué sitio es este? ¿Dónde estamos? —preguntó Clarke comenzando a agitarse un poco al tratar de levantarse—. ¿Y Lincoln? ¿Te han hecho daño?

Abby que pudo sentir la angustia y la confusión en su voz la sujetó para que no se levantase de aquella manera.

—Nos han encerrado, Lincoln está fuera con ellos —explicó Abby atropelladamente—. Escúchame Clarke, escúchame —dijo tomándola del rostro asegurándose antes de que no hubiese nadie cerca—. No pueden descubrir que tú eres Wanheda, ¿me oyes? No pueden.

Clarke que se sintió aún más desorientada y confusa fue a decir algo pero su madre la interrumpió antes siquiera de que pudiese.

—Son esclavistas. Mercenarios de los bosques de Heda, si descubren quién eres tendremos problemas.

Clarke que cerro los ojos porque la apagada luz que llegaba a ella le molestaba asintió algo hostigada y fatigada.

—Vale... vale, no diré nada solo quiero hablar con ellos, quiero...—al intentar levantarse agarrándose de los barrotes las piernas le fallaron y Abby la sujeto.

—No, no quedate quieta, quedate quieta —dijo su madre tratando de que se volviese a sentar—. Te has llevado un buen golpe en la cabeza, deja que te examine...

—Estoy bien —murmuró Clarke tratando de mantener el tipo al tocarse la cabeza—. Solo... solo un poco mareada...

Abigail que se preocupó aún más al verla así se coloco tras ella apartando con cuidado su pelo para ver el origen de la sangrante herida, por suerte nada grave tras comprobarlo. Tan solo el duro golpe. Eso la tranquilizó un poco y tomándola del rostro examinó sus pupilas en busca de alguna señal que le indicase lo contrario.

—¿Ves bien? ¿Ves borroso? ¿Ves doble?

Clarke abrumada trató de apartarla de ella con la mano ya que la estaba saturando un poco.

—Estoy bien —insistió Clarke tratando de volverse hacia los barrores viéndolos enterrados en la tierra por el húmedo fango—. Tenemos que salir de aquí, tenemos que...

—Lincoln está en ello, les conoce —dijo Abby apartando su mano de los barrotes para que no hiciese fuerza contra ellos ya que podía hacerse daño—. Creen que somos sus prisioneras y que nos lleva a Azgeda para vendernos a la reina Ontari a cambio de su favor.

—No lo entiendo —murmuró Clarke viendo a lo lejos a algunos hombres reir y charlar y a otros desollar conejos junto al fuego—. ¿Lincoln les conoce?

Abigail que tampoco entendía bien que les conociese hizo un gesto algo hastiada también.

—Parece ser que si —masculló Abby por lo bajo tratando de recuperar la postura a su lado algo agarrotada y entumecida—. O al menos eso me ha parecido cuando me ha golpeado la cara.

Clarke que frunció el ceño creyendo haberla oído mal la miró al instante.

—¿Qué ha hecho qué?

—Estoy bien —dijo quedamente ella con un gesto—. Sólo que creo que es mejor seguirle la corriente por el momento, puede que tenga un plan para sacarnos de aquí.

El sonido de algo golpeando los barrotes del otro lado de la jaula las asusto y ambas se pusieron en guardia casi inmediatamente.

—¡Tú! —ordenó el fornido guerrero a Abby señalándola con su maza—.¡Ven aquí!

Clarke que volvió la cabeza mirándole por encima de la de su madre se tensó y trató de levantarse parando a Abby con la mano para que no lo hiciese ella protectoramente.

—¡Te he dicho que vengas! —repitió el fiero guerrero apoyándose de la jaula al verlas así.

Abigail que se tensó ligeramente se soltó del agarre de Clarke dándole una mirada para que no hiciese nada ya que aún estaba un tanto convaleciente. Y a pesar de lo que Clarke intentó Abby se acercó a tientas a los barrotes.

—Eres la sanadora, ¿no? —preguntó ásperamente mientras desencajaba el candado de los barrotes para dejarla salir—. ¡Ven conmigo! ¡Andros quiere que le cures la pierna a Lincoln!

Abby que salío fuera algo reticente echó un último vistazo a Clarke para calmarla.

—¡Menudo estrago has causado niña! —masculló él dando una sucia mirada a Clarke al cerrar con fuerza la entrada—. ¡Aunque te aconsejo que la proxima vez apuntes a la garganta ahí nunca fallas!

Clarke que no sabía bien de que hablaba endureció su mirada al escucharle tragando al ver como se llevaba a su madre por el brazo hacia la tienda dejando atrás una áspera risotada.

En cuanto Clarke les perdió de vista se puso en pie apoyándose de los barrotes y se volvió tratando de buscar alguna fisura, algún punto por el que poder salir. A lo lejos había fuego y dos jaulas más con personas dentro aunque desde esa distancia no les veía muy bien.

¿Qué diablos era este sitio? ¿Quienes eran esa gente y por que tenían en jaulas a otros de los suyos?

No entendía nada. Nada salvo que debían encontrar una forma de salir de allí antes de que las cosas se pusiesen realmente feas para ellos.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora