71. Demonios Internos

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Marcus Kane estaba sentado en la sala de mandos de Arcadia con las manos puestas tras la cabeza y los codos clavados sobre sus rodillas aún preguntándose lo que había estado dispuesto a hacer esa misma tarde.

No podía creerlo, su primera decisión seria como Canciller había sido una equivocación total que por poco cuesta la vida de una chica no tan inocente, pero inmerecedora de tal afrenta.

¿Cuándo demonios se había convertido en alguien así? ¿Cómo había sido capaz de tolerar eso?

—Harper ahora descansa —interrumpió la voz de Abby sus pensamientos mientras le miraba apoyada en la puerta—. Le he administrado algo fuerte para el dolor y despertará en unas horas. Es posible que le queden marcas.

Kane cerro los ojos al escucharla totalmente afligido.

—Hoy te has extralimitado, Marcus.

—Yo no quería que esto ocurriese, solo intentaba evitar un mal mayor —admitió él sincero antes de mirarla afligido—. Quería que los terrestres supiesen que estamos de su lado, que somos parte de ellos. Que cualquiera que tratase de matar a uno de los nuestros recibiría el castigo apropiado. Solo intentaba protegernos.

—¿Cómo azotar a una pobre chica muerta de miedo en medio del campamento, frente al resto de sus amigos puede ser una forma de protegernos? —le espetó Abby entrando en la habitación sin dejar de mirarle—. Sé que cómo Canciller tienes mucha presión pero Harper es de los nuestros, es de los buenos y tú hoy allá fuera le has dado la espalda para complacer a otros pueblos que no son el nuestro. ¿En qué clase de persona te estás convirtiendo?

Marcus Kane apartó la mirada deshonrado y abochornado. Él solo había pensado que era lo correcto.

—No lo se, Abby, no lo se...

—Pues si no lo sabes quizás debas renunciar a esa insignia hasta que lo averigües porque la clase de hombre a la que yo se la entregue, jamás hubiese permitido esto —sentenció ella con dureza y decepción antes de coger lo que había ido a buscar y salir por la puerta dejándole allí para que reflexionase sobre ello.

El deber, la justicia y el honor era algo que aún debía aprender a separar o esa clase de decisiones acabarían muy mal para todos.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora