80. Nunca Más Víctima

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Gina que es incapaz de dormir vuelve a removerse en la cama por centesima vez. Cada vez que cierra los ojos la atosigan pesadillas e imagenes tormentosas que la hacen despertar bruscamente ahora que sabe que ha contribuído a la muerte de Jasper e indirectamente en la del bebé de Raven.

Después de mucho meditarlo sabe que quedarse en la cama es inútil cuando no puedes dormir. Decide levantarse e ir al baño para mojarse un poco la cara y despejarse así algo más antes de salir de la habitación.

Cuando se inclina sobre el lavabo y abre el grifo junta sus manos hasta que estas se llenan a rebosar y las dirige a su rostro sintiendo el frío aclarar un poco su estado de animo.

La segunda vez cierra sus ojos con el rostro completamente empapado antes de cerrar el grifo y alargar la mano cogiendo una toalla para secarse el rostro. Cuando consigue hacerlo y se dispone a darse la vuelta, una fuerte mano la agarra por el cuello pegandola contra el cristal del lavabo.

El estallido del cristal a sus espaldas hace que Gina abra los ojos de golpe viendo el rostro de Raven mortecino y enfermo frente a ella. Su pesada respiración hace que le cueste un poco enfocarse en ella pero su determinación es férrea.

—Raven...—acertó a decir Gina temerosa al verla así.

Raven que contemplo sus ojos totalmente ajena hizo un débil gesto.

—No he podido dejar de pensar en cómo consiguió Jasper la espuma y el cubierto...

Gina que tembló al verla así miro instintivamente hacia la puerta tras Raven.

—Raven, por favor escúchame... yo.. yo no quería esto...

—Tú sabías que Jasper estaba mal, tú sabías que con la motivación necesaria haría todo cuanto quisieses...

—Raven...

—Fuiste la última persona que entró en la sala de retención antes que yo —respondió Raven distante y temblorosa aún por el dolor que apenas hacía que se mantuviese en pie—. Lo sé porque pregunté si podía llevarle comida y me dijeron que tú ya te habías encargado de ello...

—No quiero hacerte daño —dijo Gina quedamente mirándola.

—Es tarde para eso —repuso Raven mirando sus ojos fríamente—. Y también lo es para ti...

Sus enigmáticas palabras desconcertaron a Gina que apenas tuvo tiempo a preguntar nada cuando sintió cómo Raven clavaba con fuerza uno de los bisturis de enfermería sobre su cuello en el mismo sitio donde Jasper había amenazado con hacerle daño a ella.

Un ahogado grito escapo de los labios de Gina al tiempo que la sangre salpicó el rostro de Raven y su camisón, viéndola llevarse las manos desesperadamente al cuello antes de resbalar por el lavabo y caer a sus pies sofocadamente luchando por tomar las últimas bocanadas de aire.

Raven que retrocedió unos pasos contemplándola desde su altura eludió la mano de Gina que trataba de alcanzarla implorando ayuda. Había matado a su bebé, Jasper y ella lo habían hecho. Jasper había pagado y ella iba a salirse una vez más con la suya como si nada de lo que le hubiese hecho tuviese consecuencias. Como si la protección de Bellamy la volviese una intocable para todo, eso se había acabado.

Gina iba a pagar por ello. Su bebé merecía vivir. Él no había hecho daño a nadie, y ellos le habían matado sin darle la oportunidad de llegar a este mundo. No, de ningún modo Gina iba a librarse de ello.

Pagaría igual que pagarían todos aquellos que alguna vez le hiciesen daño. Se acabó el ser la víctima, en ser la que siempre sufre y paga los platos rotos de los demás. Se acabo el ser la débil, la que todos pueden vapulear.

Esa Raven murió en aquella sala junto a su bebé, y la nueva no iba a volver a permitir que nadie la dañara nunca más.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora