77. Te Voy A Echar De Menos

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Ontari no puede dormir. A pesar de saber que debería hacerlo es incapaz de dejar de mirar como Eilan duerme sobre la mullida cama. El viaje ha sido largo hasta poder llegar aquí. Hasta poder tenerle de vuelta consigo.

La sorpresa sobre su coronación no ha sido nada en comparación con poder tenerle nuevamente con ella. Esa ha sido la gran hazaña que como Heda, nunca podrá agradecerle suficiente a Lexa.

Contemplando su rostro dormido nadie diría que no está acostumbrada a hacerlo. Todos sus instintos se revelan tan naturales con él que le es difícil mantener la arraigada pose de mujer fría y distante.

Eilan es todo dulzura, esa clase de dulzura que solo las personas no corrompidas tienen. Esa clase de dulzura e inocencia de las cuales solo los bebés poseen. Renunciaría a la corona, a Azgeda y al propio mundo con tal de no verle sufrir jamás de ninguna manera.

—Ha crecido mucho desde la última vez que pudimos verle —murmuró Roan desde la puerta fijándose en la apacible figura que reposada descansaba sobre la cama de Ontari en la Torre—. Se parece a ti...

Ontari que por el tono de su voz vislumbró que había estado bebiendo tan solo le arropó mejor.

—Me he enterado por los guardías que ahora eres reina —masculló él entrando vacilante en la habitación—. Estarás satisfecha.

—Le he cortado la garganta a tu madre, Roan —repuso Ontari directa antes de volver la cabeza para clavar sus gelidos ojos en los suyos—. Así que si, lo estoy.

Roan que le sostuvo la mirada largamente apoyó la mano de la pared tratando de desperezarse un poco algo abotargado por el alcohol y tantas buenas nuevas.

—De todas las decisiones precipitadas y estupidas que ha podido tomar Lexa, nombrarte reina ha sido la más disparatada de ellas.

—¿Crees que tú lo harías mucho mejor? —preguntó Ontari arqueando debilmente una ceja.

—Sé que lo haría mucho mejor —contestó Roan nada más oír la pregunta.

—No lo creo —murmuró ella con un arrogante gesto mirándole fríamente—. ¿Sabes por qué no?

—Ilumíname...

—Porque un buen rey ha de tener valor para hacer lo necesario para proteger a su gente y tú has preferido resguardarte cobardemente aquí en lugar de enfrentarte a aquella que te da tanto miedo y recuperar así a nuestro pequeño.

Esas palabras hirieron el orgulloso ego de Roan de un modo en qué solo Ontari era capaz de hacerlo.

—Estabas dispuesto desde el principio a no hacer nada, a renunciar a él pero yo no —dijo Ontari convencida de ello sosteniéndole la mirada con fiereza—. Este es mi hijo, y nadie absolutamente nadie le va a apartar de mi lado aunque deba degollar a cada hombre, mujer y niño que se cruce en mi camino para ello.

Roan que supo que hablaba mucho más en serio de lo que nunca antes había hablado hizo un gesto.

—También es mi hijo y le quiero pero no voy a dejar Azgeda en tus manos, Ontari. Ese también es mi pueblo.

Ontari que se le quedó mirando al escucharle hizo un imperceptible gesto.

—¿Vas a desafiarme?

—Temo que así es —dijo Roan todo lo sereno que su presencia le infundía.

Ontari que sabía que él también hablaba en serio en aquel momento dirigió la mirada a su niño acariciando con sus dedos su dulce mejilla.

—Es una lastima que vaya a crecer sin padre —murmuró Ontari indescifrablemente—. Pero si es lo que quieres, adelante. Presenta a Lexa tu desafío —volviendo la cabeza hacia él para enfrentar su rostro de nuevo—. Lamento que esto vaya a dolerte a ti mucho más que a mi, pero prometo ser rápida en matarte.

Roan que endureció la expresión de su rostro al oírla creerse superior a él en la contienda hizo un gesto.

—¿Crees que podrás hacerlo?

—¿Por mantener a Azgeda y a mi hijo en mi poder? —una enigmática sonrisa emergió en su rostro—. Sé que podré hacerlo.

—Entonces te deseo suerte en tus últimas horas de existencia —repuso Roan fijándose en aquel rostro que tanto tiempo había amado en secreto.

El rostro de Ontari adquirió una compasiva sonrisa carente de sentimiento.

—Oh, Roan —se burló ella mientras ladeaba ligeramente la cabeza para contemplarle con lástima—. Voy a echarte mucho de menos....

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora