74. Lo Correcto

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Fuera yacía oscuro cuando Harper consiguió abrir los ojos aún algo adormecida por los sedantes. Quiso moverse pero un intenso y ardiente dolor le cruzó la espalda y gimió suavemente de dolor aferrandose con las manos a la camilla.

Monty que tenía la mirada puesta en el suelo reposado sobre la silla a su lado la escuchó y salió de sus pensamientos posando la mano sobre la sabana que cubría su cadera.

—No, no debes moverte —murmuró suavemente él intentando que no lo hiciese—. Abby ha dicho que no debes hacerlo o te dolerá más.

Harper que cerro los ojos al oírle trató de respirar hondo pero notaba dolorido todo su cuerpo especialmente la zona del pecho y la espalda.

—¿Cuánto he dormido? —acertó a preguntar ella con la voz tomada.

—Has estado inconsciente solo unas horas, ya ha oscurecido —le dijo él dirigiendo la mirada hacia un tragaluz a lo lejos donde solo la luz de la luna se reflejaba sobre el suelo—. ¿Cómo te encuentras?

Harper que se humedeció los labios sintiendo la boca muy seca intentó sonreir amargamente para restarle preocupación.

—Como si me hubiesen flagelado al sol...

Monty que se sonrió con tristeza al escucharla sintió sus ojos humedecerse.

—Eh, eh vamos —susurró Harper en broma para que no se pusiese mal—. Me pondré bien, aún he de patear unos cuantos culos antes de mi gran momento.

—Lamento mucho lo que te ha ocurrido —repuso él compungido inclinándose hacia delante para acariciar su largo cabello que le caía por el cuello dejando la espalda al descubierto—. Kane no debió hacerlo.

—Él solo creía que era lo correcto —quiso convencerle ella—. Lo entiendo.

—Yo no, odio esto —mirándola afectado antes de bajar la mirada—. Le odio a él.

—No digas eso —dijo ella con un gesto buscando sus ojos—. Kane ha hecho mucho por todos nosotros desde que llegó a la Tierra.

—Como todos Harper, y mira en cuanto ha tenido ocasión lo que te ha hecho.

Monty que apartó la mirada con rabia no sabía como ella podía aceptar eso así como así, pero era Harper, ella no podía evitar ser así de benévola y compasiva a veces.

—Si no hubiese sido por Kyle, él...

—No lo pienses —murmuró ella con un gesto no queriendo que se mortificase más de lo necesario.

—No puedo evitar pensar que hubiese ocurrido si hubiesen continuado —tembló él de pura impotencia.

Harper cerro los ojos sintiendo un intenso dolor al rememorar lo que había sentido durante los primeros. Treinta posiblemente no los hubiese soportado.

—Es la primera vez que me alegro de que mis padres no sigan con vida para ver esto —se sonrió ella con amargura sintiendo rodar una lágrima por el rabillo de su ojo ocultando el rostro sobre la camilla—. No se si mi madre hubiese podido resistir esto, tenía mal el corazón, ¿sabes?

Monty que la escuchó dirigió su mirada hacia ella, Harper no solía hablar mucho de sus padres.

—¿Por eso os detuvieron en el Arca?

Ella tardó un segundo en poder responder.

—Necesitaba las medicinas pero creían que era tarde para ella y no querían malgastarlas. Mi padre y yo no podíamos quedarnos simplemente ahí sin hacer nada solo para verla morir.

A Monty se le encogió el estomago al pensar en su propia madre y en lo que habría hecho él para protegerla si hubiese sido ese el caso.

—Nos encontraron asaltando la enfermería y nos detuvieron a ambos. A él le flotaron y a mi... bueno, ya sabes lo que hicieron. Mi madre murió semanas después mientras yo seguía internada en la Jaula del Cielo.

Sus ojos reflejaban lágrimas de dolor y tristeza recordando eso y ella los cerro para que no las viese.

—Ni siquiera pude despedirme de ellos...

Monty que llevo la mano a su brazo en señal de apoyo intentó consolarla como pudo.

—Estarían muy orgullosos de ti si pudiesen verte.

La sonrisa que afloró en el rostro de Harper entre lágrimas hizo que se sintiese extrañamente reconfortada.

—Estoy un poco cansada, ¿te importa que duerma un poco?

—No, claro que no —contestó Monty cubriéndola cómo pudo con la sabana sin querer hacerle daño—. Duerme cuanto quieras, yo estaré aquí cuando despiertes.

Harper que se le quedó mirando asintió imperceptiblemente apoyando la mejilla de nuevo en la almohada cerrando los ojos. Sumirse en un profundo sueño no le costaría mucho ahora que sabía que alguien más estaría velando por ella. Alguien tan especial como él.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora