150. Se Acabó

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En la sala de suministros muy cerca de la sala de comunicaciones, Raven permanece de pie frente a su habitual mesa de trabajo. Tiene en la mano el pequeño dispositivo azul que Jaha asegura borrará todo lo malo de su vida y lo observa fijamente visiblemente afectada.

—Su voluntad es fuerte —reconoció A.L.I.E vestida de rojo tras el antiguo Canciller.

Jaha que observa a Raven cerca de la mesa se sonríe apaciblemente para si.

—Pronto descubrirás lo fácil que es escoger el camino correcto —dijo a Raven contemplándola dudar—. La Ciudad de Luz hará que todos esos miedos, esos dolores desaparezcan y encuentres la paz que necesitas Raven. Las personas como tú y yo somos visionarias, mentes atrapadas en limitaciones humanas que no llevan a ninguna parte...

Raven que tembló ligeramente cerro los ojos al escucharle, lo único que ella quería era que todo ese dolor desapareciese. Dejar de sentirse así. Llevaba días enteros sin dormir, apegada a la idea de que el dolor se iría y ella volvería a ser tal como era antes, más el paso del tiempo le había demostrado lo contrario.

—Yo solo quiero no tener que sentirme así nunca más —murmuró ella afligida sintiendo sus ojos humedecerse al tener que recurrir a "milagrosos" remedios.

—Lo harás, te lo prometo —repuso Jaha atento a ella.

A.L.I.E que ladeo la cabeza ligeramente expectante viendo como Raven reflexionaba cada vez más convencida de hacerlo la vio cerrar los ojos una vez más y temblar antes de llevarse el dispositivo cerca de los labios.

Jaha que sintió el corazón latirle con fuerza ante la expectación se sonrió para si hasta que una mano se cerró con fuerza en torno a la muñeca de Raven parándola de golpe.

Raven que abrió los ojos volvió la cabeza hacia la izquierda al igual que hizo él.

—Se acabó la fiesta —dijo Octavia con decisión antes de dar una dolorosa mirada a Jaha cargada de determinación—. Saca esta porquería de mi campamento antes de que te lleve a ese bosque y te abandone allí tal y como te encontré.

—¿Lo sabe? —insidió la roja mujer fijándose en Octavia arrancarle a Raven de la mano el dispositivo.

Jaha que no le contestó se centro en mirar a Octavia.

—Trato de ayudarla, cosa que no veo que estes haciendo tú.

Octavia que no estaba para jueguecitos sucios enfrento sus ojos con decisión.

—Raven, sal de aquí.

Raven que dudó unos instantes realmente no quería tener que lamentar más nada y dando una última mirada a Jaha paso por detrás de Octavia y se marchó por la puerta con algo de esfuerzo.

—Está sufriendo, ¿acaso no tienes compasión? —repuso Jaha mirando a Octavia serenamente a los ojos.

—Mucha más de la que tuviste tú al enviar a cien niños a la Tierra para morir —contestó Octavia con la misma entereza que él dando un paso amenazante—. Mucho más de la que tuviste al enviar a trescientas veinte personas a la muerte así que no me hables de compasión porque eres el menos indicado para ello.

—Me equivoqué, lo reconozco pero estamos vivos gracias a mis decisiones Octavia.

—Todos no pueden decir lo mismo —le recordó ella arqueando una ceja al escucharle—. No sé que es esto de aquí ni sé porque tan desesperadamente necesitas que alguien lo tomé pero si vuelvo a verte ofrecer algo de esto a alguno de mi gente te expulsaré del campamento y te dejaré a tu suerte hasta morir.

A.L.I.E que abrió sus ojos con impresión ladeo la cabeza mirando ahora a Jaha.

—¿Tu gente? —Jaha se sonrió sin ganas devolviéndole la mirada—. ¿La misma gente que te encerró, que te dio la espalda y que flotó a tu madre? ¿Esa gente?

Octavia que endureció su rostro al escucharle era lo suficientemente inteligente para saber que solo buscaba provocarla.

—La misma gente a la que salvé y por la que muchos de los cien murieron protegiendo, esa gente —le espetó lentamente Octavia con determinación sosteniendo su mirada.

Miller que llegaba por el pasillo haciendo su guardia junto a Neals otro de los chicos, se asomó mirando a Octavia con Jaha.

—¿Nos llamabas? —preguntó él viendo como los ojos de ella desafiaban los de Jaha.

—Si, acompañad al ex Canciller Jaha a la sala de retenciones y confiscad cuanto haya en su habitación, quiero revisarlo todo —ordenó ella con autoridad con un tibio gesto viendo la expresión de Jaha cambiar súbitamente.

—Cometes un error —acertó a decir él sintiendo a Miller y a Neals acercarse a él para detenerle y llevarle a la sala de retenciones.

—No, el error lo cometes tú al creer que confiaré alguna vez de nuevo en tu palabra —sentenció ella antes de hacer un gesto a los chicos—. Llevaoslo...

—Octavia, debes escucharme, debes...—fue lo último que escuchó decir a Jaha antes de que los chicos le sacasen al pasillo para conducirle a la sala de retenciones.

Octavia que abrió la mano viendo el azul dispositivo puso una cara. Jaha había estado muy extraño predicando sobre un lugar llamado Ciudad de la Luz, un lugar lleno de paz y amor al que se conseguía llegar a través de eso. No conocía de nadie aún que lo hubiese probado pero sospechaba que Jaha quería que Raven fuese la primera en hacerlo por algún motivo.

Nadie iba a sucumbir a nada de eso estando allí. Un guerrero no rehuye el dolor, lo enfrenta como puede y busca la manera de seguir adelante hasta que el momento de cruzar la orilla y reunirse con los suyos sucede.

Tenía todo el tiempo del mundo para ello pero Jaha no jugaría con la mente de nadie, ella no permitiría eso en su campamento.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora