65. La Ley Es La Ley

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Harper que permanece sentada sobre uno de los bancos de la sala de retención. Tiene la mirada clavada en la puerta, no puede quitarse de la cabeza el rostro de Jasper cuando se vio sorprendido por las balas.

Monty que está preocupado por ella pone la mano sobre su espalda intentando reconfortarla un poco aunque sabe que no hay nada que pueda decir en ese momento que consiga darle el consuelo que ella necesita. Jasper era su amigo, su amigo del alma y aunque debería odiarla por ello, él realmente no puede hacerlo.

Harper salvó su vida. Ella estuvo ahí para hacer lo que él jamás se hubiese atrevido y gracias a lo que hizo sigue con vida. No puede odiarla por ello.

—Estoy seguro de que Kane reconsiderará todas las opciones, no debes preocuparte por ello —repuso Monty en un susurro fijándose en como en el pasillo estaban apostados varios guardias haciendo el relevo—. Lo hiciste para protegerme, lo tendrán en cuenta Harper.

Ante su silencio Monty tragó algo afectado bajando la mirada sabiendo que no ayudaba en aquel momento.

—Abigail no permitirá que te hagan daño —dijo él algo nervioso como si esa opción fuese la más propicia después de lo ocurrido.

—He matado a alguien —murmuró Harper lacónicamente sin mirarle, sujetando con sus manos los puños de su cazadora mientras las lágrimas llenan sus ojos—. No perdonaran eso.

Monty que cerro los ojos con fuerza no quiso imaginar lo que Lexa la haría si ahora que eran el decimotercer clan respondían ante ella.

—Lo solucionaremos. Lo arreglaremos Harper, tú solo... solo mantente firme en tu versión de los hechos.

—¿Y que versión es esa?

Monty que vio caer una lágrima sobre su regazo se sintió algo sobrecogido al contemplarla.

—Jasper me atacó. Iba a matarme y tú lo impediste, no hay ninguna otra versión. Debes decir eso siempre que te lo pregunten.

Harper que cerro los ojos sintiendo el salado sabor de las lágrimas en sus labios temblo al imaginar como iba a ser ser sometida a un juicio ahora que respondían como decimotercer clan.

—Nadie va a hacerte daño, Harper. Nadie. Te lo prometo —le aseguró él inseguro.

Los prestos pasos por el metálizado suelo del pasillo hizo que Monty alzara la cabeza y que Harper abriese los ojos.

Los guardias abrieron las puertas en cuanto Kane, el Canciller de Arcadia y portador de la marca de la Coalición entro con el semblante serio y algo compungido. Miller estaba tras él armado al igual que otro de los guardias y ni siquiera se atrevía a mirarla.

—Han decidido ya, ¿verdad? —acertó a preguntar Harper lentamente sabiendo que era así por sus caras.

Marcus Kane asintió imperceptiblemente y bajo la mirada un instante antes de volverla a elevar.

—Esto es muy difícil para todos Harper, Jasper hizo mucho daño antes de morir y aunque es culpable por ello, no puedo permitir que su muerte quede impune. Eso podría sentar precedentes entre los nuestros y ahora mismo no podemos permitírnoslo.

Harper que tembló ligeramente asintió evadiendo su mirada y Monty se puso en pie inmediatamente confuso.

—Ella solo trataba de protegerme, Kane. Tú lo sabes. Jasper... Jasper había perdido completamente el juicio al morir Maya, no podéis castigarla por lo que ha hecho. Ha sido defensa propia.

—Lo siento —se disculpó Kane afectado aun sabiendo que todo lo dicho era cierto. Kane volvió la cabeza hacia Miller haciendo un gesto, y Miller obedeció dirigiéndose a ella.

—No, espera —protestó Monty entendiendo lo que ocurría parando la mano de Miller que tomaba suavemente a Harper del brazo para levantarle—. No podéis hacer esto, no podeis llevárosla así. No podéis.

Harper que se puso en pie con ayuda de Miller se volvió hacia él temblando e hizo un imperceptible gesto para que lo dejase.

—Déjalo Monty...

—¿Qué? —palideció él al ver que ella iba dócilmente a cooperar volviéndose nervioso hacia Kane y hacia Miller—. No, no Kane. Es Harper siempre ha estado de nuestro lado, siempre ha respetado las reglas no podéis hacerle esto.

—Apártate Monty, no hagas esto más difícil —le pidió Miller ensombrecido con un gesto.

Kane que vio que Harper iba a cooperar decidió dar la sentencia allí mismo.

—Josephine Harper por ser reincidente y haber cometido el delito de asesinato, según las leyes de Arcadia y de la Coalición no me queda más remedio que condenarte a treinta latigazos.

Ella tembló más y su estomago se sobrecogió mientras agachaba la cabeza mientras las lágrimas le recorrían el rostro en silencio.

Monty que palideció negó demasiado impactado antes de interponerse entre ella y Kane para que no se la llevase.

—Sabes que lo que haces está mal. Ella no ha hecho nada que alguien en su misma situación no hiciese.

Kane que contempló sus ojos bastante afectado se inclinó ligeramente susurrando en voz baja.

—Es la única forma de mantenerla con vida sin contradecir la ley de la Comandante. No quiero hacerlo, créeme no quiero pero he de ser inflexible en esto o la Coalición lo tomará como un signo de debilidad y tarde o temprano nos lo hará pagar como clan.

Los ojos de Monty se llenaron de lágrimas al comprender que lo que decía era totalmente cierto y sus ojos fueron a parar a la figura de ella que temblaba indefensa bajo la insegura mano de Miller.

—Lamento mucho que deba ser así —repitió Kane antes de darse la vuelta y abandonar la sala de retención seguido de Miller, el otro guardia y Harper.

Monty que no pudo evitar fijar su mirada en ella mientras las lágrimas le caían por la cara cerro los ojos con fuerza. Por no haber detenido a Jasper a tiempo, Harper iba a pagar las consecuencias.

No había nada que pudiese hacer para evitarlo y lamentaba todo ello.

Continuara...

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora