15. ¿Un Mal Día?

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Bellamy que está de pie apoyado en lo alto de la muralla con su arma colgada del hombro vigila el frondoso bosque que se expande ante él. Una bandada de salvajes pajaros corrigen su rumbo en pleno vuelo y ladean todos a la vez pasando por encima de los árboles a lo lejos.

Lincoln escala la escalera hasta llegar arriba y se acerca a él.

—Se que estás enfadado —comenzó diciendo él fijándose en su serio rostro—. No debí ocultar lo de Wanheda, pero mi gente aún desconfía a la hora de compartir las costumbres.

Bellamy que ni siquiera le miró siguió contemplando la lejanía.

—Creía que nosotros ahora eramos tu gente —dijo sin más.

Lincoln se le quedo mirando largamente en silencio.

—Sois mi pueblo Bellamy, pero no sois mi gente —repusó él—. Trikru, trigeda...—dijo llevándose la mano al pecho—. Eso es lo que soy.

—¿Lo sabe mi hermana? —preguntó Bellamy antes de volverse a mirarle.

—Octavia es trikru, Bellamy —dijo viendole a los ojos con sincera honestidad—. Aunque su sangre no lo sea, lo es su corazón. Ella comprende a mi pueblo, lo respeta y anhela ser parte de él. Ha trabajado duro para ser aceptada como una de los nuestros y de la mano de Indra lo ha logrado. Ser escogida como una segunda es un honor que no todo guerrero puede alcanzar.

—Ella no es una guerrera, Lincoln —contestó Bellamy enfrentándole—. Es mi hermana. Lo arriesgue todo para bajar aquí y protegerla y tú la has metido en una guerra en la que ella no debería estar.

—Comprendo lo que dices, pero yo no la he metido en nada —dijo él sincero—. Octavia hizo su elección, eligió quién quería ser y en todo momento ha actuado en consecuencia. Ocultarle lo de Wanheda fue la mejor manera de protegerla y de proteger a Clarke, sabía que en cuanto lo supiese ella acudiría a ti y seguramente actuarías precipitadamente poniendo en riesgo todo lo que hemos conseguido aquí.

—¿Ahora soy yo el problema? —se sonrió Bellamy amargamente con un gesto.

—No lo eres, pero tampoco lo soy yo —dejo claro Lincoln mirándole—. No es Octavia, ni esta guerra lo que te tiene así.

—Un terrestre psicólogo —casi se burlo Bell rodando los ojos antes de llevarse los dedos al puente de la nariz y cerrarlos, desde luego ese no estaba siendo su día—. Eso es nuevo.

Lincoln que se le quedo viendo tan solo meneo la cabeza débilmente.

—Estás así por Gina, Bellamy. Lo que has hecho te atormenta aunque sabes que es lo correcto, deseas a Clarke de la forma en que yo deseo a Octavia.

—Sigue siendo mi hermana, no se si quiero tanta información, gracias —quiso frenarle él lanzándole una mirada.

—Lo que quiero decir es que has actuado bien al escogerla a ella, mereces estar bien y tener el amor de alguien que te corresponda de igual forma. Clarke es perfecta para ti y aunque ahora pienses que no la mereces, créeme que te la has ganado con creces.

Bellamy que bajo un instante la mirada suspiró. Desde luego Lincoln era alguien leal de quien poder fiarse, que siempre encontraba las palabras exactas duras o no para hacerle enfrentar sus miedos.

—Siento haberme comportado como un idiota, hoy no tengo un buen día —se disculpó a regañadientes Bellamy antes de tenderle la mano en son de paz.

Lincoln que no la tendió se quedó mirando fijamente tras él, viendo al sequito de guerreros y caballos que precedían a Indra y mucho más atrás a la Comandante.

—No se porque tengo la sensación de que no va a mejorar —apostilló Lincoln seriamente.

Continuara...  

Asumámoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 1. (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora